viernes, 11 de septiembre de 2015

1923 El inicio de la dictadura de Primo de Rivera, el alcalde que no quería serlo y el "margullo" de muchos políticos.

La alianza del Presidente Antonio Maura con el Ministro de Hacienda Francisco Cambó a partir del gobierno de 21 de agosto de 1922 ha sido considerada por los historiadores como una experiencia de reformismo conservador, con el objetivo principal de acabar con el deterioro de la monarquía constitucional de Alfonso XIII e impedir una salida violenta. El diseño de un Estado economicista por Cambó, con la pretensión de recuperar así el prestigio del poder público, lo sustentaba  la reforma del sistema bancario español, siguiendo  el modelo de la Reserva Federal americana, convirtiendo al Banco de España en el “banco de los bancos” con el control de la actividad crediticia y el control de cambios, regulación que llevó a cabo, que se completaría con la nueva legislación aduanera más proteccionista y la reforma fiscal que contenía la reorganización de las haciendas locales, con el objetivo final de acabar con el déficit del Estado a través de la mayor y más equitativa recaudación.

Pero el pretendido saneamiento financiero del Estado para superar la crisis, se enfrentaba desde su concepción a la oligarquía,  presente en el parlamento con los partidos dinásticos, liberales y conservadores, que se repartían por turnos el gobierno del Estado y donde anidaba el “caciquismo”, frente a los cuales las otras opciones políticas reformistas tampoco aportaban soluciones, sin olvidar la fuerte oposición de los militares a la reducción del presupuesto del Ministerio de Guerra, el principal causante del déficit acumulado.

Cuando el gobierno en marzo de 1922 presentaba en las Cortes el presupuesto del Estado sobre las bases de la reforma fiscal, antes incluso de su debate, Maura ya conoció que su proyecto no prosperaría y presentó la dimisión de su gabinete.

Alfonso XII encomendó la formación de un nuevo gobierno el 8 de marzo al conservador José Sánchez Guerra y Martínez, gobierno en el que se concentraban  mauristas, conservadores y miembros de la Lliga Catalana. Desde los primeros momentos se propuso acabar con el “pistolerismo” de la patronal en Barcelona y la destitución del gobernador civil Severiano Martínez Anido, quien toleraba a los patronos y reprimía los grupos anarquistas barceloneses, en un intento de recuperar la paz social. Sobre este gabinete pesaba el paso del tiempo y en diciembre entraba en las Cortes la discusión del expediente Picasso sobre el “Desastre de Annual”, y en concreto, el debate sobre las responsabilidades supuso la caída del gobierno por la división de opiniones dentro de los propios conservadores.

La formación de un nuevo gobierno fue encomendada por el Rey al liberal  Manuel García Prieto, quedando formado el 7 de diciembre de 1922 con el apoyo de los reformistas de Melquíades Álvarez, conformando así un gobierno de concentración liberal. En su programa incluía la reforma de la constitución, afrontando la limitación del poder del clero sin la pérdida de la confesionalidad y un auténtico sistema de monarquía parlamentaria. No dudó tampoco en anunciar su propósito de avanzar en el proceso de responsabilidades por el “Desastre de Annual” y solicitar al Senado el suplicatorio para poder procesar al general Berenguer que gozaba de inmunidad parlamentaria, cuestión a la que habría de añadir sus actuaciones para reafirmar la primacía del poder civil sobre los militares, en los dos frentes conflictivos que tenía abiertos en Cataluña y Marruecos.

Con dicha meta de obtener una mayoría convocaba elecciones en abril de 1923, en las que se repiten los vicios electorales de la "oligarquía y caciquismo". La coalición de liberales y reformistas obtuvieron 223 escaños, mientras que las tres fracciones conservadoras quedaban con 108. El PSOE tuvo también un sensible avance con la obtención de 7 escaños por Madrid.

Con esta mayoría el gobierno emprende la discusión de la nueva constitución y no tarda en manifestarse la oposición de la Corona ante la posible pérdida de prerrogativas, de la Iglesia Católica interviniendo el propio Nuncio oponiéndose al art. 11, y del Ejército, en particular del General Miguel Primo de Rivera, Capitán General de Cataluña que abanderaba el creciente malestar en el ejército. Cuando se creía que el gobierno podía presentar el suplicatorio para procesar al General Berenguer, el 13 de septiembre el general Miguel Primo de Rivera se sublevó contra el Gobierno y dio un golpe de Estado. Al siguiente día el gobierno pidió al Rey la destitución inmediata de los generales sublevados, y la convocatoria de las Cortes Generales, pero el monarca no apoyó la medida y el gobierno tuvo que dimitir. Poco después Alfonso XIII nombró a Primo de Rivera Presidente del Gobierno. Se declaró el estado de guerra, la suspensión de las garantías constitucionales y la disolución de las Cortes.

El general Primo de Rivera se constituyó en Ministro Único, asesorado por un Directorio Militar, que inmediatamente obtuvo el respaldo de la oligarquía de terratenientes e industriales. Las primeras decisiones del Directorio fueron la prohibición de la bandera e himno catalanes y la limitación del uso de la lengua catalana al uso privado. En cuanto al orden público se estableció una política de “mano dura”.

El Directorio desconfiaba del interesado apoyo de la oligarquía y el caciquismo, a los que culpaba de los males del Estado, y Primo de Rivera después de conocer el fascismo de Mussolini en su viaje a Italia y su “Partido Popular Italiano”, optó por la constitución en abril de 1924 del nuevo partido apolítico “Unión Patriótica” en el que se integrarían los católicos antiliberales y antidemocráticos no carlistas, como partido único de la gran derecha conservadora española, incorporándose en las provincias bajo la tutela de los gobernadores militares y civiles todos los “hombres neutros y honrados”, opuestos al liberalismo, a los oligarcas y caciques, organizados en juntas locales y provinciales.


Escultura homenaje a A. Martín Reyes
en la actual Fábrica del Ron
El año se iniciaba bajo el mandato del alcalde Domingo Barbosa Quesada y con la misma corporación de cuatro años atrás, por la proclamación en el cargo de la mitad más antigua que se presentó a la renovación en el pasado mes de febrero, y la única novedad de la incorporación en dicho momento de Alfredo Martín Reyes. Esa corporación “liberal” heredera del espíritu “leonino” acordó a finales del año anterior sumarse a la suscripción iniciada por Francisco Gourié Marrero, desde su condición de Presidente de la Heredad de Aguas en la que continúa, destinada a la construcción de un Monumento en homenaje a Fernando León y Castillo. El Ayuntamiento acordó donar nada menos que 1.000 pesetas para la tan “social” finalidad.

El sábado 20 de enero visitó Arucas el nuevo gobernador civil Casimiro Torres Sánchez Somoza, nombrado el pasado 22 de diciembre, perteneciente al partido “liberal” de García Prieto, cuyo representante en la isla era el conocido como “Partido Democrático”, liderado por el diputado Salvador Manrique de Lara, y herederos del desaparecido “Partido Local Canario”, conocido como los “locos”, que fue liderado por Carlos Navarro Ruiz y vice-presidido por el mencionado diputado. Era por consiguiente de la opción política contraria a los “leoninos”, convertidos ahora en “liberales” que mandaban en Arucas, y que se disputaban el espacio político común. Fue una visita oficial obligada en la que conoció la presa del Pinto y la Iglesia, sin escala en las Casas Consistoriales, aunque no dudamos que por cortesía y dependencia jerárquica administrativa el alcalde fuera su anfitrión.

El domingo 28 de enero fallecía en su casa de la playa de Las Canteras el exportador José Suárez Suárez, gran gestor de la Frutera Hespérides que canalizaba todo el negocio exportador del plátano de la gran familia de los Suárez de la Cruz de Pineda, y que tuvo una actuación decisiva con los británicos para el mantenimiento de volúmenes de exportación durante la Gran Guerra representando y liderando ante dichos consignatarios a todo el sector exportador de la isla. Fue enterrado en el cementerio de Arucas.

Al inicio de la segunda quincena de febrero se llevaron a cabo protestas de comerciantes vecinos de Arucas contra los arbitrios establecidos por el ayuntamiento al transporte de mercancías por automóviles y camiones, que además ocasionaban detenciones por la guardia municipal. De poco valieron sus protestas dado que el ayuntamiento mantuvo sus arbitrios especiales.

Era el primer año en que Arucas celebraba las Fiestas de Carnaval con gran esplendor, y para la que además de los bailes en las distintas sociedades culturales, se organizaron para el domingo 18 de febrero dos grandes actos.

«… a la una se verificará una gran riña de magníficos gallos, entre los partidos de Las Palmas y de esta población, la cual se efectuará en el llamado Teatro Nuevo», que había sido acondicionado su interior sin techar para dicha celebración por los hermanos Martín Reyes.

Y por la tarde tuvo lugar una batalla de serpentinas y confetis en la calle de León y Castillo «El acto dará principio a las cuatro y media y tendrá lugar en la calle de León y Castillo, pudiendo concurrir a él todos los automóviles y carruajes que lo deseen sin que para ello tengan que abonar cantidad alguna».

Durante el mes de marzo corría cierta inquietud entre los políticos como consecuencia de los rumores que llegaban sobre la posible convocatoria de elecciones generales para desbancar la mayoría “conservadora”. Tratándose de un gobierno “liberal Garcia-prietista” quien las convocaba, tampoco lo tenían claro la corriente “liberal romanonista” de Mesa y López, porque se sabía que la convocatoria de elecciones generales comportaría una revisión de los apoyos que pudieran tener unos y otros en los ayuntamientos. Era la realidad de los partidos desestructurados ante la falta de los líderes clásicos.

También coincidía con la rectificación del censo electoral para incluir a los que cumplían dos años de residencia en el municipio o 25 de edad, del que se dudaba se terminara a tiempo. Todo el ambiente político era muy circunstancial, más todavía cuando se hablaba de “ruidos de sables” entre los militares, descontentos por el escaso apoyo y atención que recibían de los políticos, dedicados en cuerpo y alma a desbancarse unos a otros, y en “crucificar” a los que habían defendido al Estado en el Rif.

«Sigue el Gobierno preparando la tramoya electoral, sin hacer caso de las protestas que se formulan contra los procedimientos que se emplean: nombramientos de Alcaldes de R.O., destitución de Ayuntamientos y otros que recuerdan los tiempos de Romero Robledo.

Diríase que el fin justifica los medios y que todos se disputan lícitos cuando se encaminan a obtener la mayoría en los próximos comicios. Aun no han sido disueltas las Cortes conservadoras ni se ha señalado fecha para las elecciones. Créese que éstas se celebrarán en Abril y que el nuevo Parlamento comenzará a funcionar en Mayo.

Así lo indican noticias recibidas de Madrid; pero con seguridad nada se sabe todavía. Como se sabe se han fraguado maniobras políticas para derribar al Gobierno de concentración de las izquierdas, mostrándose los conservadores, por lo menos algunos elementos inquietos, esperanzados de volver a gobernar con las actuales Cortes.

En el primer fin de semana de mayo se celebraban en el Trapiche los festejos en honor a su patrono san José de la Montaña.

«Dia 5.- Desde las primeras horas de la mañana, se procederá al arreglo de la plaza y calles que recorrerá la procesión, por los comisionados y señoritas del barrio. A las doce una banda de música anunciará el comienzo de las fiestas, disparándose multitud de cohetes voladores é izándose la bandera del Santo en el sitio de costumbre. A las ocho rosario, lectura de la novena del Santo y sermón, quemándose a la salida una variada colección de fuegos artificiales confeccionados por afamados pirotécnicos de esta isla.

Día 6.- A las siete misa rezada, a las diez función solemne predicando un notable orador sagrado y procesión, que recorrerá el trayecto de costumbre. A las tres paseo y rifa de un valioso arco cuyo producto se destina a sufragar los gastos de la fiesta. Todos estos actos serán amenizados por una banda de música».

El art. 75 del Real Decreto de 11 de septiembre de 1918 y en la Real Orden de 8 de Noviembre de 1922, la Junta Municipal designa los vocales natos de las Comisiones de evaluación de los repartimientos. La forman de parte Real, el mayor contribuyente por rústica, por urbana, por rústica en concepto de forasteros y por industrial. Y de parte personal, el mayor contribuyente por rústica por urbana y por industrial.

Nuestro primer cronista nos cuenta que «El domingo 3 de Junio de 1923, el Sr. Cura de Bañaderos bendijo el cementerio de dicha parroquia, pero por ciertos detalles que había que ultimar se vino á hacer el primer enterramiento el día tres de Octubre de dicho año».
Cementerio en 1928 (banaderosypuertillo-blogspot-com-es)
Los “ciertos detalles” a que hace referencia la crónica, no son otros que la aprobación de la licencia por la Comisión Permanente del Cabildo Insular, que tuvo lugar en la sesión celebrada el 2 de octubre. Fueron aprobados los expedientes de construcción ejecutados por el Ayuntamiento de Arucas para los cementerios del Bañaderos y de Montaña de Cardones.
Cementerio de Cardones (pueblos de España-org)
El fin de semana 9 y 10 de junio, los vecinos del Cerrillo celebraban sus fiestas en honor del Cristo de la Salud «La noche del 9 habrá iluminación, música y función de fuegos artificiales. A las 10 de la mañana del domingo 10, función religiosa con panegírico y procesión. Por la tarde juegos de cintas y del gallo y por la noche verbena y música».

No todos tenían tiempo para celebrar fiestas en Arucas. La voracidad de los patrones agrícolas por exportar la mayor cantidad de plátanos que tantos beneficios reportaba, les llevaba a exigir a sus obreros más allá del tiempo máximo de la jornada laboral establecido en ocho horas. No dudó la Federación Obrera de Arucas en trasladar su queja al diputado a Cortes Rafael Guerra del Río, quien dio a conocer en la cámara de Diputados el nombre de Arucas, y no precisamente por su maravilla de templo parroquial.

«El señor Guerra del Rio denuncia que los terratenientes de Arucas (Gran Canaria) se niegan a cumplir la jornada de ocho horas para los braceros del campo». Pero tal denuncia realizada junto a otras, una referida al cumplimiento de la Ley de Presupuestos para el pago de la gratificación por residencia en las islas exigida por los catedráticos, como los proyectos de reparación del puerto de La Luz y de conservación de las carreteras de las islas, iba a tener un mayor eco en la continuación de la sesión del viernes 15 de junio cuando obtuvo del Ministro de Trabajo el compromiso de ocuparse del asunto inmediatamente «El Ministro del Trabajo, á petición del Sr. Guerra del Río ha ordenado que se haga cumplir la jornada de ocho horas en Arúcas».

Era conocido en ese tiempo que algunos patrones agrícolas de Arucas aprovechaban sus encuentros para ponerse de acuerdo en sus actuaciones con los jornaleros, y que empezaban a sentirse bastante incómodos con la fuerza política que venía adquiriendo la Federación Obrera. Más aún cuando conocieron con detalle la amplia intervención de Rafael Guerra del Río, que no se expresaba de forma generalizada por la Isla, pues centró toda su atención en los patrones agrícolas de Arucas.
Arucas en el índice del Diario de Sesiones (Congreso de Diputados)
«El Sr. PRESIDENTE: EL Sr. Guerra del Río tiene la palabra para dirigir una pregunta al Gobierno.

El Sr. GUERRA DEL RÍO: Se trata, en primer término, de un ruego de urgencia y de importancia exclusivamente para mi distrito. Me ha de perdonar, en primer término, el Sr. Ministro da la Gobernación que no haya podido cumplir el deber de cortesía, en mí siempre grato, máxime tratándose de su señoría, de no haberle avisado con anterioridad; pero he recibido un telegrama pocas horas antes de venir a la Cámara, y he creído que no debía retrasar e! poner en conocimiento del Sr. Ministro de la Gobernación lo que allí está ocurriendo.

Por anticipado, he de suplicar perdón de la Presidencia de la Cámara, de la Cámara entera y del Gobierno, porque con demasiada frecuencia, quizá con inusitada frecuencia, tenga que levantarme pera dirigir al Gobierno ruegos de interés exclusivo para Canarias. Está tan lejos aquello, y está tan olvidado y tan desatendido por los Gobiernos españoles, que es necesario, es imprescindible que los que somos aquí sus representantes nos levantemos casi cada día a pedir desde nuestros escaños que se atiendan los intereses de aquella provincia española, genuinamente española, patrióticamente española.

El SR SABORIT: Como todas las provincias. Ni más ni menos; pero es la más lejana de todas y la más olvidada.

El Sr. PRESIDENTE: Yo suplico a su señoría que se dirija a la Cámara.

El Sr. GUERRA DEL RIO: Me han interrumpido, Sr. Presidente, y precisamente cuando iba a hacer un ruego, motivado por un telegrama que firma en primer término, la Agrupación Socialista de Gran Canaria, me ha extrañado y me ha dolido que haya sido el Sr. Saborit el que me interrumpiera.

El SEÑOR SABORIT: Estamos identificados, desde luego, con ese telegrama, y ya tiene conocimiento de él el Sr. Ministro.

El Sr. GUERRA DEL RÍIO: Entonces, ya mejor acompañado, continúo. Se trata, Sr. Ministro, de que en la ciudad de Arúcas, de Gran Canaria, la ciudad más importante en orden a la riqueza que constituye la fundamental de nuestra isla, los grandes propietarios terratenientes se niegan a cumplir la jornada de ocho horas amparados por las autoridades locales, y de que cuando se ha tratado, no ya de oponerse sino de hacer propaganda en favor del cumplimiento de la ley, se ha acudido a la guardia civil y se apela a todas las coacciones.

El ruego, que me piden transmita al señor Ministro de la Gobernación, firmado, y ello es lo que le da mayor importancia, por la Federación Obrera de Arúcas, por la Agrupación socialista da Gran Canaria y por el Centro Obrero de Las Palmas, se reduce a que el Sr. Ministro de la Gobernación haga saber a aquellas autoridades que el pedir que en una ciudad da la isla de Gran Canaria se cumpla la ley de jornada de ocho horas, debe merecer, no la oposición de las autoridades, sino la protección a favor de los que aquello solicitan, y hacer que se coloquen dentro de la ley aquellos terratenientes. Este es el ruego en concreto. Yo tengo la seguridad de que el Sr. Ministro se apresurará a hacerle llegar, por mandato imperativo, al delegado del Gobierno en aquellas islas.

Y ya que estoy en el uso de la palabra, si me perdona el Sr. Ministro, y para no volver a cansar próximamente a la Cámara y al Gobierno, voy, también, a dirigir un ruego, que quizá estaría mejor dirigido al Sr. Presidente del Consejo de Ministros, pero que incumbe a todo el Gobierno. Este tiene mayor trascendencia en cuanto a la responsabilidad directa, indiscutible, del Gobierno».

Con todo este ambiente, el programa de las fiestas patronales de san Juan se presentó este año bastante "animadito".

«Junio 23.- A las 12, con prolongado repique de campanas, se izará el pabellón nacional en los edificios públicos y al mismo tiempo se lanzarán al espacio multitud de cohetes voladores. Por la noche después de los oficios que tendrán lugar en nuestro templo parroquial, habrá paseo con música en la plaza de San Juan, donde se quemarán artísticas piezas de fuegos artificiales. La referida plaza lucirá un espléndido alumbrado eléctrico.

Dia 24.- Desde las primeras horas de la mañana empezarán las misas en nuestra iglesia. A las 9 y media, se celebrará una gran función religiosa en la que predicará el elocuente orador don José Feo. Acto seguido saldrá el Santo Patrono que recorrerá las calles de costumbre. A las 12, reparto de pan a los pobres en el atrio de la casas Ayuntamiento. A las 3 y media de la tarde se celebrarán en la Fábrica de San Pedro, grandes riñas de carneros, tomando parte además de otros varios, dos de los mas afamados de la isla. A las 5, paseo con música en la plaza de San Juan. Por la noche tendrá lugar una verbena con baile en la Sociedad “Circulo Agrícola Comercial”. Durante éste día y en las horas de costumbre habrá gran Feria de ganados en los patios de la Fábrica azucarera.

Julio 1.- A las 5 y media de la tarde tendrá lugar una gran batalla de llores y serpentinas en la calle de León y Castillo. Por la noche a las 9 paseo con música y fuegos de artificio en la plaza de San Juan. NOTA.- Para tomar parte en la batalla es indispensable a todo carruaje el proveerse de la correspondiente tarjeta en el establecimiento de Don Brito, situado en la plaza de León y Castillo».

Pero la alegría de las fiestas no llegaba a los grandes terratenientes, bastante molestos con la denuncia por las ocho horas de los braceros en el Congreso de Diputados, y por si era poco, la edición del viernes 6 de julio de “La Provincia” publicaba en un remitido firmado por Emilio Ponce, bajo el titular de “Más vale tarde que nunca”, que iba dirigido a la otra condición que concurría en los mismos, la de “aguatenientes”.

«Sin parar mientras en si ahora viene o no a pelo a la miga de este artículo el mote que lo encabeza, soslayo, paisanos míos —omitiendo, por descontado, dimes y diretes— la nimia y acalorada cuestión de la sesión del 20 de Mayo en el palacio de la Heredad de Arúcas y Firgas. Y cabalgando ya en tan queridísimo rucio, cabe enfrentarme con la docena de herederos que en solicitud firmada exigen ¡eh! que se repartan las aguas de la Presas por adulamiento y al margen de lo que cada quisque ostente en la comunidad.

Y no me enfrento para endilganles por segunda vez y en letras de molde mi protesta, que hilvanada a mi manera y con claridad que dá luz a los topos, consta en actas, pero si para decirles que si se enfrascan en aventuras y no se apean a tiempo del rocinante que, para andar, patas les presta, tropezarán —en lo tocante al redondeo de la “media”— con algo semejante a las aspas que maltrecho dejaron al caballero manchego, quien, por desoir consejos de Sancho, se escurrió cacareando y con el pensar grande de no hallar su Dulcinea, ni el vellosino de oro, si este le apetecía también en sus adentros que no expuso a los rayos del sol.

¿No? Pues afirmo que sí; porque la historia narra que la Heredad se rige por acuerdos sin sujeción a nada estatuído, y son válidos los que se tomen por mayoría en todo lo concerniente a la administración y mejor goce de la cosa común sin modificaciones en la esencia de ella que perjudiquen el fin que debe llenar.

Es así que el “statu quo” establecido y seguido sin interrupción con las aguas de las Presas, desde que estas Presas son, en nada merma la esencia de las mismas ni perjudica el fin que deben llenar; luego no cabe el variarlo si la mayoría se opone.

Ello, señores míos, por el lado más sedoso, más suave; que por el arisco, por el que tira a raja tabla y de donde duele y caiga quien caiga, caso mas fuerte y, por consecuencia, soy más contundente, pues afirmaré, mientras con textos de códigos escritos no se me pruebe lo contrario, que no se puede variar el “statu quo” si falta la unanimidad en los votantes y no votantes, por que el hecho de no tener voto en las deliberaciones los comuneros con pequeñas cantidades no implica que estos quedan a “priori” sometidos a lo que acuerden los votantes, quienes en momentos de insania —¡humano errare est!»— pueden votar el tirar la casa por la ventana, a lo cual nadie tiene derecho con perjuicio de los transeuntes, máxime, si es tal nadie no es dueño absoluto de todos los trastos guarecidos en la casa.

Que el cacasbeleo del adulamiento pretendido mancillaría de manera ostensibilísima a la mayoría y, particularmente, a los comuneros de porciones de 10, 5 y menos minutos, es cosa al alcance de... un menguado; y siendo así, caen por su base todos los escarceos en pro; pues alegar que al que no pueda utilizar por si solo su parte le cabe el recurso de asociarse con otros de su jaéz a objeto de no perderla, es tan burdo que no merece reputación, porque a la legua pregona que los tales asociados serían mansos borregos, que no tendrían libertad para disponer de lo propio, cual dispondrían de una casa o un terreno que comprasen o heredasen de sus mayores. He dicho».

Algo estaba cambiando en aquellos tiempos. Todo se había iniciado cuando el año anterior los votos de muchos fueron a parar a dos republicanos y un socialista, desobedeciendo la orden de Francisco Gourié Marrero para que votaran a sus recomendados; continuaba con la entendida como sublevación de la Federación Obrera en defensa de los braceros y el respeto a las ocho horas de la jornada; para seguir con este cuidado “aviso a navegantes”, recomendando a los grandes “aguatenientes” que permitieran el adulamiento de las aguas de las presas que acababa con el negocio de la reventa a precios alzados, alertando que los pequeños herederos pueden hacer cambiar el uso de las cosas semipúblicas.

Y lo del recurrente “aviso a navegantes” para gentes de tierra adentro viene apropiado, porque en este primer año de celebración de las pomposas Fiestas de Carnavales en Arucas, fue también el primer año de celebración de la Fiesta del Carmen, patrona de la gente de la mar que con anterioridad se limita a su procesión, para el sábado y domingo 15 y 16 de julio.

«Día 14.- A las 12, se izará el pabellón nacional en los edificios públicos, lanzándose al espacio multitud de cohetes y globos aerostáticos, a la vez que las campanas de nuestro hermoso templo anuncian el comienzo de las fiestas. Por la noche, después de los actos religiosos, tendrá lugar en la calle de San Juan una lucida verbena con iluminación eléctrica que a juzgar por la animación, será la más hermosa fiesta que se ha hecho en esta ciudad.

Dia 15.- Desde las primeras horas de la mañana, las dos bandas que hoy tenemos, las cuales amenizarán todos los actos, recorrerán las calles tocando alegre diana. A las nueve y media dará comienzo la función religiosa estando el panegírico á cargo del Sr. Magistral de Canarias D. José Marrero. A continuación saldrá en procesión la imagen de Ntra. Señora del Carmen, que recorrerá las calles de costumbre.

De 2 a 2 y media, habrá carrera de cintas a bicicletas, con premios, en la calle de San Juan para lo cual distinguidas señoritas de esta localidad se han prestado a pintarlas. A las 5 en punto, empezará la gran batalla de serpentinas y confetis en la calle de León y Castillo viéndose en este día varias carrozas que llamarán la atención por su originalidad.

Por la noche, después de terminada la novena donde predicará el mismos Sr. Marrero, tendremos fuegos de artificiales, música, paseo e iluminación eléctrica en la plaza de San Juan, terminando con asaltos en la “Sociedad de Trabajadores” y “Círculo Agrícola Comercial”.

Día 16.- A las 4, gira al pintoresco sitio de Vizvique».

Tipográfica Neufville
Un dato interesante nos aporta también nuestro primer cronista para estos días. «La primera imprenta que ha habido en Arucas es la Imprenta “San Pedro” instalada en las dependencias del ingenio azucarero de este nombre. Su dueño es D. Alfredo Martín Reyes, su primer tipógrafo se llamaba Celestino Sarmiento Hernández, y comenzó á funcionar el martes 17 de Julio de 1923. La máquina es alemana, servida por la casa J. Neufville, Barcelona».

Se trataba de una moderna tipográfica para aquella época, fabricada por las fundiciones de los Sucesores de J. de Neufville en Barcelona, los primeros en utilizar los tipos “Atracción”, que convertían los trabajos de impresión en más artísticos, llamativos y elegantes, especialmente para los carteles de publicidad y los impresos de “remendería” –aproximadamente lo que hoy entenderíamos por negritas-. Era un salto cualitativo en los tipos de los textos impresos pues se apartaba del sistema anticuado de recurrir a los tipos negros y pesados, costumbre muy arraigada que empastaba la tinta en los tipos, con lo que se alcanzaban mejores efectos para la atención del lector y para atraer a los reacios a la lectura.

C.Gral. De Borbón
El 28 de julio el Rey firmaba distintos Reales Decretos de Guerra para sustituir a un buen un número de generales del mando militar en provincias, y entre otros nombraba Capitán General de Canarias al teniente general Alberto de Borbón y de Castellví, duque de Santa Elena. Fueron muy comentados estos reales decretos por el que pasaban a la reserva los mandos cesados, pues se entendió como un intento del Rey por renovar y rejuvenecer los mandos del ejército en provincias, cuyo objetivo era calmar los ánimos bastante alterados con la petición del suplicatorio del general Berenguer.

El mes de agosto transcurrió con mucha expectación y forzada espera ante las vacaciones de los políticos que cerraban temporalmente el Congreso de Diputados en momentos de máxima preocupación por los inaplazables problemas que atravesaba el país. Algunos periódicos insulares llegaron a la sátira por el cierre en las Cortes.

«YA SE FUERON
Bruun!.. , ¡Chiiiist!... El cerrojazo... Se cerraron las Cámaras españolas. Ojalá no se volvieran a abrir. Se cerraron con un ruido lugubriento prolongado, hueco y medroso, como el de las puertas de los panteones.

Al cerrarse y al abrirse nuestras legislaturas; ¿qué es lo que se abre? ¿qué es lo que se cierra?

Si yo estuviera hoy en humor de buenas frases, diría que estas Cortes cortesanas, hasta la fecha, no han hecho más que un corte que ni el tajo de Ronda. Un corte verdaderamente magistral. Corte en vivo, sobre la carne de la nación. ¡Buena temporada parlamentaria! Que el verano les sea eterno.

Estériles, fracasadas, ineptas, bizantinas, escandalosas. Renuncia a objetivar lo inadjetivable. Y dejo a los adjetivos en libertad de “encaminarse” por si propios.

Vacaron, desde el primer momento. Les salieron en sarpullido todas las máculas granujientas del parlamentarismo degenerado. Pasaron los días en rascarse las costras y en alborotar y enredar, desatinadas, descomedidas».

En estos tiempos de vacaciones ya surgían las alarmas por las velocidades que tomaban los “Studebaker”, “Overland” y otros “fotingos” que en aquellos tiempos se adueñaban de las carreteras, y de forma especial en los discurrían por la recta de la carretera del Norte que atravesaba el barrio del Bañaderos según se contaba en el periódico “La Provincia” del domingo 5 de agosto, pidiendo la intervención del Delegado de Gobierno.

«Desde Bañaderos. AL SR. DELEGADO DEL GOBIERNO DE S.M.

Son de lamentar los abusos tan constantes que, día tras día, vienen realizándose en este barrio por los individuos que manejan los carros de motor y que transitan por está carretera, pues hay momentos tan emocionantes e imponentes qué á los que tenemos la desgracia de sufrir estos abusos nos hacen creer estos señores nos encontramos en un gran hipódromo viendo batir el record a estos buenos “drivers” que Dios haya echado al mundo.

¿Es qué en la ciudad de Las Palmas no les dejan correr a medida de sus deseos?; por lo visto debe ser así, la vigilancia será en extremo, puesto que pasan por aquí como almas que lleva el diablo, que ni el rastro les iguala en velocidad, y aún con todo, parece leerse en el semblante de esos grandes timoneros el látigo que en la capital les tiende la digna autoridad gubernativa.

Y, como quiera que estos humildes vecinos de Bañaderos, saben de buena fé, que el señor Delegado del Gobierno es fiel cumplidor de su deber y que vela tanto por la salud pública como por la defensa de cualquier clase de atropellados, es por lo que lo significamos a él, para que de una vez subsane terribles abusos, cortando así, lo que en lo futuro nos pudiera ocasionar algunas desgracias personales. Emilio Batista».

En las últimas ediciones de agosto de los periódicos de la isla, dos asuntos acaparan su espacio. Uno con editoriales y opiniones con las que quieren dar “por muerta” a la Comisión Provincial como órgano de la administración periférica del Estado en las islas, mientras los Cabildos y Ayuntamientos siguen celebrando sus sesiones durante los meses de verano.

Y la otra más preocupante, con nuevas noticias de que los problemas bélicos en el Rif vuelven a agravarse. Las informaciones oficiales que se dan de África no son satisfactorias, una tanto confusas que hablan de nuevas bajas en el ejército español. Se dice que la columna mandada por el general Fernández Pérez que pretendía la posición de Tiferani, ante la superioridad del enemigo con mucha munición, han tenido que replegarse a Izumar, en Beni-Baid. Se habla de fuerzas sitiadas, de unas 250 nuevas bajas, que el general Echagüe ha salido de Melilla hacia primera línea, y que se ha requerido la presencia de mayor fuerza naval para la defensa de las posiciones costeras.

Y en este ambiente bélico agravado, se tienen noticias de una asamblea de la Cámara de Comercio de Melilla, a la que asistieron representaciones de todas las fuerzas vivas de la plaza, Corporaciones, organismos y entidades, incluso las Asociaciones obreras, en la que el presidente de la Cámara «… en un discurso de tonos exaltados y patrióticos, explicó el objeto de la Asamblea, que no era otro que el de hacer ostensible el parecer del vecindario de Melilla de protestar contra las indecisiones de todos los gobiernos en el problema marroquí. Estimó que esta política, sin energías, ni éxitos, causa gravísimo daño a los intereses españoles, así como la inestabilidad y constante mudanza de la primera autoridad militar del territorio», opinión en la que se reafirmaron los representantes de las demás organización.

La preocupación que trasmitía la sociedad melillense era grande, pues se sabía que estas noticias no contribuían a apaciguar los ánimos de los militares, descontentos con el gobierno y todos los políticos por su pasividad, cuestión que podía motivar cualquier golpe de estado que ya se presagiaba como inevitable.

Quizás lo que más preocupaba a la modesta sociedad obrera y jornalera de Arucas, es que todo este conflicto bélico en Marruecos, y la falta de entendimiento entre políticos y militares para alcanzar una solución, golpeaba sobre ellos y sus hijos, con más y más reclutamientos. Como ocurrió con la guerra de Cuba, la guerra de Marruecos generaba un fuerte movimiento de repulsa entre los sectores más humildes, de donde salían los efectivos humanos llamados a defender la colonia norteafricana. Y cuando se escondían, eran declarados prófugos y perseguidos, cuestión que podía intensificarse ante un supuesto golpe de estado.

Y así fue, como en la España bajo el reinado Alfonso XIII, con un Parlamento bipartidista alternativo entre conservadores y liberales, y una pequeña oposición formada por el Partido Republicano Radical, el Partido Socialista Obrero Español y el Partido Reformista de Melquíades Álvarez, que apoyaba al gobierno “liberal” de García Prieto, gobierno que trató por todos los medios de desactivar un golpe de estado. Pero en la noche del 12 al 13 de septiembre, se conoce del pronunciamiento del general Miguel Primo de Rivera, capitán general de Cataluña, al que apoyan muchos otros generales. Sus primeras actuaciones fueron suspender determinados artículos de  la Constitución de 1876, disolver el Parlamento e instaurar una dictadura de carácter ultra-conservador.
Gral. Primo de Rivera y el Rey Alfonso XIII
Dos días después Alfonso XIII, desoye la petición del gobierno constitucional de cesar a los generales sublevados, nombrando Presidente del Gobierno al general Primo de Rivera, quien crea un Directorio Militar, presidido por él y  formado por generales.


En las islas, el lunes día 17 de septiembre amanecía con la edición del “Boletín Oficial de Canarias”, que publicaba un Bando del Capitán General de las Islas Canarias Alberto de Borbón y Castellví, que empezaba así:

«Hago saber: Que, declarado el Estado de Guerra en toda la Nación, con arreglo las prescripciones de la ley de orden público.

ORDENO Y MANDO.
Artículo primero.- Queda declarado el estado de guerra en toda la Provincia.

Artículo segundo.- Todo grupo de personas que de motivo a suponer cualquier propósito de perturbación del orden en la vía pública, será  disuelto por la fuerza, si no lo hicieren expontáneamente los que lo formen, a primera invitación de los agentes de la Autoridad, quedando, además, sometidos a la jurisdicción militar como rebeldes o sediciosos.

Artículo tercero.- Serán sometidos a mi autoridad, antes de empezar a circular, los ejemplares que se designen de todo documento destinado a la publicidad.

Los infractores de este mandato, cualquiera que sea su fuero y condición, quedarán sujetos a la jurisdicción de guerra, exigiéndose la responsabilidad al autor, si fuese conocido, de la infracción; al director del periódico, si se trata de estas publicaciones, y en último caso, al dueño de la imprenta, litografía, o aparato mecanográfico en que se hubiere hecho la tirada. (…)».

Dos días después, en la edición del “Boletín Oficial de Canarias”, del miércoles 19, el Gobierno Civil de la Provincia de Canarias publicaba el siguiente Bando que se iniciaba así:

«Don Carlos Batlle, Coronel de Infantería, Gobernador Militar interino de Tenerife, en funciones de Gobernador Civil de la provincia de Canarias:

Hago saber: Que por la Presidencia del Directorio Militar nacional se ha dictado con fecha 15 del actual, la siguiente disposición, que se publica en la Gaceta de Madrid fecha de hoy.

“En uso de las facultades que me confiere el Real Decreto de esta fecha vengo en disponer lo siguiente:

Artículo 1º.- Se suspenden temporalmente en todas las provincias del Reino las garantías expresadas en los artículos 4º, 5º, 6º, y 9º, y párrafos 1º, 2º y 3º del artículo 13 de la Constitución.

Artículo 2º.- Se confirma el estado de guerra declarado por los Capitanes Generales de las Regiones de Baleares y Canarias, cesando desde luego en sus funciones los Gobernadores civiles en todas las provincias cuyo cargo quedará encomendado a los respectivos Gobernadores Militares de las mismas y en el caso de que esos no residan en la Capital se hará cargo del Gobierno civil el Jefe Militar más caracterizado con residencia permanente en ellas (…) ».
Cada día que pasaba se esperaban las disposiciones que en cascada publicaba el “Boletín Oficial de Canarias”, hasta que en la edición del miércoles 3 de octubre se publicaba el Real Decreto por el que cesaban en sus cargos todos los individuos de los ayuntamientos:

«A propuesta del Presidente del Directorio Militar y de acuerdo con el mismo vengo en decretar lo siguiente

Articulo 1.- Desde el día de la publicación de este decreto cesarán en sus funciones finalizando su cometido todos los Concejales de los Ayuntamientos de la Nación que serán reemplazados instantáneamente por los Vocales asociados del mismo Ayuntamiento quienes sustituirán a los Concejales el mismo día bajo la presidencia e intervención de la Autoridad militar.

El Alcalde en cada Ayuntamiento será elegido en votación secreta entre los Vocales asociados posesionados de los cargos de Concejales que ostenten título profesional o ejerzan industria técnica o privilegiada, y en su defecto los mayores contribuyentes; los demás cargos Concejales se nombrarán inmediatamente  también por elección entre todos los demás vocales asociados. (…) ».
Directorio Militar
Sorprende que en esta primera etapa en que el Directorio Militar adoptaba acuerdos para el control total de Estado, no fueran cesados los Cabildos Insulares, lo que pudo deberse al desconocimiento inicial sobre la importancia o existencia de los mismo como gobierno de las islas, que luego se mantendrían por todas las actuaciones que se realizaron a través de Leopoldo Matos Massieu para el mantenimiento de dichas corporaciones conforme a los intereses de las islas, excluida la de Tenerife que seguía defendiendo la provincia única.

Comenzaba así una nueva etapa municipal en Arucas en la que había sido cesada y apartada la corporación presidida por Domingo Barbosa Quesada, que en nuestro caso supuso también la sustitución del Secretario Municipal al que se consideraba muy próximo a Francisco Gourié Marrero señalado como “leonino” asociado a los perseguidos “liberales” y como “cacique”, y por consiguiente, contrario al ideario del nuevo régimen dictatorial ultraconservador.

Fue proclamado alcalde Bernardino Santana García, si bien se desconoce lo fue siguiendo el procedimiento establecido en el Real Decreto, elegido en votación secreta entre los Vocales asociados que se posesionaron del cargo de dos de los cargos de Concejales, o lo fue siguiendo otros intereses como alegaron después los “liberales” y de los que damos cuenta más abajo.

Molino del Repartimiento (Fedac)
En cualquier caso, Bernardino Santana García cumplía con los criterios impuestos por el Real Decreto, dado que ejercía industria técnica, al ser propietario del molino del Repartimiento, pago del término de Firgas, movido por las aguas de la Heredad de Aguas de Arucas y Firgas. Se construyó «desde sus inicios como molino harinero y de gofio, entre finales del siglo XVII y comienzos del XVIII, probablemente en 1690, ya que las primeras noticias que tenemos de él en 1711, hablan de reparaciones en la "vieja acequia"», y en 1912 ya era propiedad el nuevo alcalde, quien también era propietario de una tahona en la calle de León y Castillo.

Después le siguieron las actuaciones del Gobierno militar en Canarias siguiendo las instrucciones del Directorio Militar, para intervenir la Comisaría de Abastecimiento con el establecimiento de precios máximos de los alimentos de primera necesidad y artículos de consumo indispensables, en un intento por combatir la crisis, y sin olvidar otras parcelas como otras preventivas medidas de seguridad con la revisión general de las licencias de armas a particulares, y como no, la enseñanza que se daba en los colegios públicos, suprimiendo las llamadas comisiones regias que tutelaban en cada municipio los centros de enseñanza y el profesorado.

Se hace difícil la obtención de mayor información de este período de nuestra historia por la propia censura que impuso la Dictadura sobre los periódicos, que además extremaban sus contenidos eludiendo todas las noticias políticas.

Realizamos una aproximación a los acontecimientos políticos vividos en Gran Canaria en aquellos primeros tiempos de la Dictadura de Miguel Primo de Rivera, reproduciendo información de la distinta bibliografía a la que recurrimos como fuente.

Tomás Quevedo Ramírez
(Fedac)
Está acreditado que desde los primeros momentos de la Dictadura se inició un “hostigamiento y persecución” a los “leoninos”,  ahora “liberales, tanto a los seguidores de Leopoldo Matos Massieu como a los de José Mesa y López, a este último incluso con investigaciones judiciales de sus actuaciones como Alcalde de Las Palmas, que tuvieron su origen en los viejos rivales políticos Tomás Quevedo Ramírez y Gustavo Navarro Nieto.

Tomás Quevedo Ramírez, entonces Presidente de la Junta de Obras del Puerto, ya en 1912 « tenía tras de sí un tío materno del calibre de Juan Evangelista Ramírez y Doreste (monitor de Juan de León y Castillo, directivo de la Asociación Patriótica, diputado provincial, concejal de Las Palmas, decano del Colegio de Abogados y consejero del primer cabildo), cuyo bufete era uno de los primeros de la isla. Don Juan Evangelista sirvió de preceptor para su inexperto sobrino, a quien cedió el despacho finalmente».

Gustavo Navarro Nieto
(UDLaspalmas)
Gustavo Navarro Nieto era el propietario del periódico “La Provincia”, quien con su director Prudencio Morales Martínez de Escobar, desde 1912  habían hostigado al órgano de difusión de los “leoninos” el periódico “Diario de Las Palmas” por su parcialidad  y al propio partido, denunciando siempre el caciquismo ejercido por todas sus integrantes.

De alguna forma, ambos tuvieron buena amistad e influencia con el Gobernador Militar de Gran Canaria, el general de división Federico Monteverde Sedano, nombrado el 7 de octubre de 1920, quien con la Dictadura ejerció de “gobernador civil”.

No ha de confundirse al viejo partido de “Asociación Patriótica” al que perteneció el tío y mentor de Tomás Quevedo y Ramírez, con el partido único “Unión Patriótica” creado por el general Primo de Rivera en marzo de 1924, si bien de alguna manera este antecedente pudo facilitar la relación con el Gobernador Militar.

Por todo este antagonismo, el entonces líder del Partido Liberal Canario y ex- alcalde de Las Palmas José Mesa y López dijo en su carta a Leopoldo Matos Massieu una frase proverbial que describe el momento «... estos son instantes de “margullo” para los que formamos, y a mucha honra, en los antiguos partidos».

«Los primeros años de vida del régimen Primorriverista en Canarias, como en el resto del Estado, se van a centrar, en el ámbito local, en la persecución e investigación de la gestión de algunos de los caciques. Este proceso se lleva a cabo en un principio por los gobernadores militares, y, posteriormente, por los delegados gubernativos. En el caso de Las Palmas, fue el General de división Federico Monteverde, Gobernador Militar de la provincia, quien llevó a cabo la labor depuradora en las corporaciones locales».

«No tardarán Tomás Quevedo Ramírez y Gustavo Navarro Nieto, propietario del periódico La Provincia, opositores y adversarios políticos de los leoninos, y particularmente enemigos de su actuar líder Mesa y López, de ejercer sus influencias sobre el gobernador General Montesinos [erróneo, debe ser Federico Monteverde] para los ceses de los leoninos, y nuevos nombramientos de alcaldes y concejales en todos los ayuntamientos de Gran Canaria para que sean sus amigos».

«No duda Mesa y López en culpar de tal hostigamiento a los que considera los hombres fuertes de la Unión Patriótica en Gran Canaria: Gustavo Navarro Nieto y Tomás Quevedo Ramírez, representante de la misma en Madrid y presidente de su comité en Gran Canaria, respectivamente, afirmando que detrás de los citados está Rafael Guerra del Río». Tomás Quevedo y Ramírez fue presidente del Partido Reformista cuando tenía 28 años.

«En el caso de Arucas, Mesa afirma que "Don Tomás Quevedo logra un Ayuntamiento muy compacto", destituyendo a su secretario por el mero hecho de ser amigo de Francisco Gourié, a la vez que el Ayuntamiento constituido decide querellarse contra su último Alcalde, amigo de Matos y Mesa, Domingo Barbosa, siendo sobreseída su causa. No se detiene en referirle la persecución que tuvo que sufrir "nuestro amigo Francisco Gourié"».

Curiosamente en tiempos de esta dictadura Francisco Gourié Marrero manifestó públicamente sentirse perseguido por la “Unión Patriótica” al haber seguido lealmente la política de Fernando de León y Castillo, por el apoyo prestado a la candidatura de Leopoldo Matos, que tantos beneficios aportó a la economía aruquense según su opinión.


El miércoles 24 de octubre fue presentado en el Teatro Leal de La Laguna (Tenerife) el trabajo cinematográfico realizado por José González Rivero, en esta ocasión dedicada a la isla de Gran Canaria y que incluía imágenes de Arucas «De Arúcas, nos da a conocer “algunos aspectos del templo parroquial de estilo gótico” otra de las mejores bellezas de Gran Canaria, a la que el público tributó máximos elogios».

Quien quedó al margen de estos seguimientos y persecuciones por parte de los representantes del Directorio Militar, fue el Marqués de Arucas, Ramón Madan Uriondo, y aún cuando se visibilizara con los “liberales”, que fue respetado obedeciendo a su pasado y proyección militar laureado, lo que facilitaría ser anfitrión de los mandos provinciales el lunes 12 de noviembre en su hacienda de Las Hoyas, durante la visita del Capitán General a Gran Canaria.
El Marquesado (Fedac)
«Ayer, en unión de las autoridades de esta plaza y de sus ayudantes, marchó á Arucas el general Borbón invitado por el Marqués de Arucas, quien dio un almuerzo en honor de dicha autoridad y demás excursionistas.

Luego visitaron distintos lugares de Arúcas, regresando todos á Las Palmas vivamente satisfechos de la excursión y de las atenciones y obsequios».

Ese mismo día día tuvo lugar la toma de posesión del nuevo Obispo de Canarias Miguel Serra Sucarrats, nacido en Olot (Gerona) en 1868, era Doctor en Sagrada Teología y licenciado en Derecho Civil. «Ayer, terminadas las horas canónicas, y después de haber presentado los poderes enviados por el Doctor Serra Sucarrats, nuevo prelado de esta diócesis, tomó poseción de la misma, en su nombre, el deán de esta Catedral Basilica Dr. D. Pablo Rodríguez. Como la ceremonia tuvo un carácter casi privado, pasó inadvertida».

Al siguiente día, miércoles 13 de octubre, el Cabildo Insular de Gran Canaria ofrecía un banquete al Capitán General Borbón, en los salones del Real Club Náutico, en el que nos encontramos como invitados por parte del organizador a Francisco Gourié Marrero por su condición de consejero y a Orencio Hernández Pérez como Ingeniero Jefe de Obras Públicas de la isla. Todos los invitados civiles por parte del Cabildo eran los miembros de la corporación insular, jefes de servicios, presidente de la Audiencia y Delegado del Gobierno, acompañándole al Capitán General todos los mandos militares de la isla y los que con él se desplazaron desde Tenerife.

El viernes 16 de noviembre, el “Boletín Oficial de Canarias”, publicaba el Real Decreto que fue considerado una de las acciones más propagandística del Directorio Militar, con la que trataba de trasmitir una imagen democrática, dado que en la práctica fue un procedimiento para el que se establecieron muchas limitaciones. La propia exposición de motivos no sitúa en su intencionalidad « … las reformas de organización que ya se han hecho y continuarán, es  necesario iniciar otras para alentar a los ciudadanos a coadyuvar a la transformación beneficiosa de los organismos políticos, y a la desaparición de las viciosas prácticas y de los reiterados abusos … », regulando una fórmula presencial de presentar las quejas y reclamaciones en los ayuntamiento, y huyendo en su redacción de utilizar la palabra “ciudadano” por sus connotaciones en los Estados modernos como sujeto de derechos políticos.

«Artículo 1.- Todos los habitantes de España, mayores de edad, cualquiera que sea su clase y condición, podrán exponer sus quejas y reclamaciones de carácter municipal, ante el Ayuntamiento que corresponda, en día de sesión pública oralmente o por medio de escrito, que leerá el propio interesado o persona que le represente. Del acta de la sesión se dará copia al Gobernador civil de la provincia en el día siguiente, para conocimiento y efectos que crea oportunos.

Artículo 2.- Para que puedan exponer libremente sus quejas en el salón de sesiones del Ayuntamiento, habrá un lugar destinado al efecto, desde el que pueda con claridad oírse al denunciante. Una vez que haya terminado su alegación, que no podrá pasar de quince minutos, entregará todos los documentos que se refieran al casó, al Secretario del Ayuntamiento, quien bajo su firma, le dará recibo … ».

El patriotismo que exaltaban algunos de los mandos militares en funciones de cargos civiles de responsabilidad, llega a sorprendernos cuando conocemos de la Circular emitida por el Gobernador Carlos Batller, publicada en el Boletín Oficial de Canarias del 21 de noviembre, por la que llega a sancionar el uso de las lenguas extranjeras en las estrategias comerciales.

«Esta corruptela, que practicada por españoles supone una inexplicable falta de amor a lo que constituye nuestro patrimonio y una desconsideración a sus hermanos de nacionalidad o de raza, es, cuando de extranjeros se trata, un olvido lamentable de las leyes de hospitalidad, que obligan al que se encuentra en casa extraña a rendir cortesía a sus propietarios o moradores. (…) Por tanto; he acordado disponer que en adelante, no se consienta la exhibición de anuncios, muestras, carteles, rótulos ni otra clase de leyendas en lugares o establecimientos públicos, escritos en idiomas extranjeros sin que lo estén también en lengua española».

Volviendo al alcalde elegido en Arucas Bernardino Santana García, como en muchos casos dados en la isla fueron elegidos contra su voluntad, y en su caso sin pretensiones o militancia política, que le llevó incluso a la inasistencia a los plenos municipales en distintas ocasiones. La lectura realizada por algunos autores locales respecto de estas inasistencias ha tenido el atrevimiento de ser valoradas con menosprecio hacia su persona, y que algunos pocos años después acreditó su bondad humana cuando dio harina y gofio a los más necesitados.
Bernardino Santana García
(archivo familiar)

En este tiempo de la Dictadura Primoriverista, fueron muchos los cargos nombrados o elegidos de la isla que renunciaron al cargo o dejaron de asistir a las sesiones plenarias. Además de no sentirse como políticos, cuando asumían sus responsabilidades eran permanente cuestionados por el gobernador civil en funciones, sintiéndose además permanente vigilados por los mandos militares, cuestiones que no les trasladaba ninguna tranquilidad en el ejercicio de tales funciones.

Buena prueba de lo que manifestamos nos la aporta el editorial del período “La Provincia” del miércoles 28 de noviembre, con el titular “La Alcaldía cargo poco apetecible”, referida al nombrado alcalde de Las Palmas, médico de profesión.

«El alcalde de esta ciudad don Federico León y García, se ha dado, de baja en el ejercicio del expresado cargo. Esta noticia, qué en cualesquiera otras circunstancias hubiera pasado desapercibida por que el hecho no tiene nada de particular, ha sido en la presente motivo para, variados y animados comentarios.

No querernos hacernos eco de las muchas versiones que circulan como ocasionales de la baja ni pretendemos conocer la causa, por más que la sintamos de tener carácter definitivo, pero si haremos constar, que aparte de las dificultades y contrariedades que ofrece el cargo, se requiere una dosis grande de paciencia y abnegación ilimitada para desempeñar la alcaldía de Las Palmas.

La política, unas veces, las rencillas otras y las pasiones siempre, hacen del alcalde quien quiera que sea y aunque le animen los mejores propósitos, blanco de tiro, al cual todo el mundo se considera con perfecto derecho de utilizarlo.

No conocemos un sólo alcalde que no haya sufrido un vía-crucis; y aún hasta aquellos que posteriormente han sido, ensalzados por la opinión, fueron discutidos y zarandeados durante ejercieron sus funciones. Ninguno ha escapado a la crítica, ni á la modacidad. Ser alcalde significa convertirse en víctima propiciatoria de cuantos necesitan abrir las válvulas para dar salida al vapor que encierran en sus entrañas.    

¿Alentársele? Jamás ¿Ayudarle en su obra? Nunca. ¿Perdonar sus yerros en gracia de sus aciertos? Por ningún caso. La censura acre en todos momentos, aún, en aquellos en que se manifiesta su interés y en buena voluntad por el servicio público.

¿En estas condiciones es posible desempeñar la alcaldía? Irán a ella quienes lo desean, aun a sabiendas del martirio que les espera; pero los que no la ambicionan ni la quieren, ¿cabe pensar ni por un instante qué aceptan un cargo en el cual soló van a recoger injusticias y desazones? Perjudicarse en sus propios intereses y perder su tranquilidad, ¿no es un sacrificio superior á las fuerzas del más abnegado de los ciudadanos?

Repetimos que ignoramos en absoluto á qué obedece la actitud adoptada por nuestro distinguido amigo el señor León y García, pero pensando en los disgustos que trae consigo la vara del alcalde, se nos ocurre deducir si algo habrá influido en su ánimo el temor de no poder satisfacer las diversas tendencias y aspiraciones de todos sus conciudadanos».

El periódico “La Provincia”, de una parte para no colisionar con la censura, y de la otra por la proximidad de su propietario Gustavo Navarro Nieto con los mandos militares, no menciona en el editorial la gran presión que suponía sentirse vigilado en el cargo que desempeñaban por un mando militar de aquellos tiempos, pues esa fue la verdadera razón que llevó a muchos consejeros insulares y concejales de distintos municipios a abandonar el cargo para el que fueron nombrados, simplemente por ser miembros de una Junta de Asociados como empresarios o contribuyentes, cuya función era muy distinta: la de velar por sus propios intereses ante los políticos locales.

Y por si quedaran dudas para más abundar, tal padecimiento llegó a la institución que mantuvo su “teórica” autonomía política, los Cabildos Insulares, que viene a corroborar que la crónica e historia de un pueblo ha de analizarse dentro de los contextos geográficos en los que se desarrolla y de las circunstancias que en los mismos se dan.

«El primer Cabildo de la dictadura no tuvo unos comienzos fáciles dado el constante trasiego de cargos, ceses, renuncias e inasistencia a las sesiones, hasta el punto de ser cesado el Presidente a las dos semanas de su nombramiento, por las protestas que hizo en la sesión del 24 de marzo. Asimismo, el Delegado del Gobierno apercibió a los Consejeros que se adhirieron a las protestas del Sr. González, lo que dio lugar a la renuncia de la mayor parte de éstos.»

El 30 de noviembre el Directorio Militar publicaba una disposición sobre la composición de las Juntas Electorales, después de reconocer que los Ayuntamientos nombrados por miembros de las Juntas de Asociados son «… de índole provisional (…) que la ley del sufragio exige taxativamente a los Concejales la condición de que procedan de elección popular para que  puedan formar parte de la Junta municipal del Censo … », por la que la Junta Central del Censo se ha opuesto a su reconocimiento como tales, el Directorio Militar dispone y ordena que «… no es ocasión de discutir si a los actuales concejales ha de aplicarse …».  En resumen, que en este país quien manda es el Directorio Militar,  y nadie puede oponerse a sus órdenes.

El 3 de diciembre toma posición como Gobernador Militar del general de División, Antonio Vallejo Vila, que asume el cargo de Gobernador Civil en funciones, todo ello en sustitución de Carlos Batlle.

Ese mismo día el Delegado del Gobierno en Gran Canaria convocaba a los poderes económicos de la isla, entre los que se encontraban Ramón Madan Uriondo, Marqués de Arucas, y Francisco Gourié Marrero, para comprometerlos para «… de hacer desaparecen el aduar que existe en la Isleta y construir á la mayor brevedad posible casas para obreros  …», que hay que circunscribir en las acciones propagandísticas que había iniciado la Dictadura para ganar en populismo. No deja de llamar la atención la palabra utilizada por los militares llamando al chabolismo antiguamente existente en La Isleta y ocupado por isleños, la palabra “aduar” con la que eran conocidas las “pequeñas poblaciones de beduinos de tiendas, chozas o cabañas, o las distintas tiendas o barracas de gitanos”. Imaginamos que todos los comprometidos se vieron obligados a cumplir con tal exigencia de constituir una sociedad a tal fin.

Y ese día aconteció también el fallecimiento de otro gran empresario de Arucas Gabriel Mejías Santana, quien había construido y puesto en marcha la fábrica de chocolates y pastas de “La Isleña” de Arucas.

De nuevo, para estos primeros de diciembre, una junta organizadora presidida por Antonio Díaz Armas, admitía cuantas limosnas quieran destinarse para dar culto a la Inmaculada en los Bañaderos y organizar así las fiestas de la Concepción.

«El día 7 a las 12, comenzará la fiesta con repiques y elevación de globos. Por la noche en el templo se cantará el rosario y habrá sermón. Después de los cultos habrá paseo con música quemándose fuegos artificiales. El día 8 función religiosa y procesión. Por la tarde paseo con música».

El año se acaba sin que nadie pudiera oponerse, ni discutir las decisiones del Directorio Militar que presidía el General Miguel Primo de Rivera, mientras Alcaldes y Concejales nombrados por su condición de miembros de la Junta de Asociados,  conocían perfectamente que estaban bajo la intervención de la Autoridad militar, quien podía sancionar a los Secretarios Municipales «cuando no conste por escrito que llamaron la atención por las infracciones legales en que la Corporación incurriera».

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