sábado, 11 de julio de 2015

1915 Colocación de la clave y los repartos del déficit municipal

El sábado 9 de enero fue un día importante en las obras del nuevo templo cuando se ponía la clave en la bóveda central. En contadas ocasiones del prácticamente iniciado siglo XX, una sola piedra había tenido tanta importancia en una obra de construcción, que en nuestro caso del templo, la propia complejidad de su diseño en vertical en ese gótico tardío, florido o flamígero con mucha piedra ornamental y decorativa de gran peso. Eran muchos los grandes palos que hacían de puntales desde el suelo, convenientemente amarrados a grandes vigas de madera horizontales y a distintas alturas, de una a otra de las galerías laterales; todo ello formaba una estructura provisional para soportar la curvatura o cimbra de la gran bóveda central mientras esta no se cerrara con la clave.

Aquella destreza de siglos atrás se había olvidado, ya no se construían techos abovedados, y la obra entrañaba grandes riesgos. Esa estructura provisional de madera debía tener la fortaleza suficiente para no quebrar ninguno de sus palos repartiendo la carga entre todos ellos, resistiendo el peso de la bóveda mientras crecía su construcción, y además el de los valientes hombres que trepaban y se desplazaban por el tabladillo, de uno a otro lado, consolidando la obra de mampostería, comprobando cada día la resistencia de los propios palos, el correcto fraguado de la bóveda y su amarre a los capiteles de las columnas, detectando cualquier extraña fisura y los aplomos. Todo entrañaba un enorme peligro, y se deseaba cuanto antes la colocación de la clave para acabar con tanta incertidumbre.
Bóvedas Iglesia de Arucas
Este día quedó colocada y la felicidad ensanchó los pulmones de muchos que respiraron tranquilos. Lo habían logrado con total éxito. Había desaparecido la amenaza a los peligros insospechados.

«… se repicaron las campanas y los mamposteros y trabajadores, que eran unos cincuenta, y demás personas que subieron al techo de la iglesia quemaron 35 docenas de voladores y se les obsequió en aquella tarde, que no trabajaron más, con tabacos y una copilla de aguardiente».

Lo habían logrado un “día de guardar” y se lo merecían con total orgullo. Sus henchidos pulmones respiraban grandes momentos de felicidad.

Por desgracia, dos días después, el lunes 11 de enero, cuando se aligeraba parte de aquella estructura de madera, un palo de la grúa caía sobre la cabeza del compañero tirajanero Manuel Almeida Suárez. Fue trasladado inmediatamente al Hospital San Martín, pero el fuerte impacto le había producido el hundimiento del parietal derecho de su cabeza, y a sus 70 años su corazón se rindió. Su desconsolada viuda recibió de una sola vez la poca compensación económica que entonces amparaban las leyes.

A sus compañeros de fatigas que compartieron los peligros y riesgos de aquella amenazante estructura de madera, les embargó la pena por un accidente ocurrido cuando ya se habían superado los grandes peligros. Era el primer finado en la gran obra y todos esperaban que fuera también el último, y desearon que su nombre fuera allí recordado en la piedra como testimonio del gran peligro que asumieron. Pero, ni siquiera la crónica parroquial recordó su nombre, quedando en el anonimato.

En estos días de enero realizaba su primera visita a Arucas el nuevo Gobernador Civil José Centaño y Anchorena, a quien el ayuntamiento organizó un recorrido «viendo represa, iglesia y demás edificios, y siendo obsequiados por el Ayuntamiento con un “lunch”, siguiendo luego viaje a Moya».

A mediados del mes, como testimonio que hemos de circunscribir al movimiento asociativo que emergía por aquel entonces con voluntad manifiesta de introducir mecanismos participativos ajustados a derecho, se producía una controversia entre socios de la “Sociedad de Trabajadores” motivada por la expulsión del Jefe de Telégrafos, que avanza “La Provincia” del sábado 16 «Anoche visitó esta Redacción una comisión de señores de Arúcas, socios de la “Sociedad de Trabajadores” para entregarnos un artículo de protesta contra la expulsión injustificada del jefe de Telégrafos D. Fernando Llanos de dicha sociedad …», y que amplía el martes 19 con la publicación de la carta remitida por un socio que había sido entregada aquella noche.

«En el día de ayer le ha sido notificada su expulsión de la Sociedad de Trabajadores a D. Fernando Llanos, digno funcionario de Telégrafos y caballero sin tacha. Lector, ¿quieres saber como se ha hecho esa notificación? Por medio de un oficio redactado, casi en términos telegráficos. El autor de él sin duda, “hombre experimentado en dar colorido”, de esta vez se dijo: prescindo de toda forma retórica, para darte en las narices con tu propio lenguaje... “Ha sido V. excluido de este Centro”.

Nada más, ni siquiera una explicación. Digo, si, a lo transcrito o anteponga el lector, “por mayoría”, y conocerá integramente el contenido de dicha comunicación. Es decir, en esas nueve palabras, escritas... como la ignorancia, va envuelta la honra de un individuo. La dignidad de un hombre no merece más. Con eso basta. Ni siquiera se le ha permitido el derecho sagrado de defensa. Ha sido V. excluído. O lo que es lo mismo, ha sido V, lanzado por una ventana. No es V. digno de más.

Lector amigo, ¿quieres saber lo que de público se dice? Que ha sido expulsado por que este señor se permitió decir que si dicha Sociedad no amoldaba sus actos a los preceptos de ley, llegaría hasta buscar los medios de darle el cerrojazo. Es decir, estas manifestaciones, caso de que fueran verdad, constituyan, para esa “consciente” mayoría, el delito de atentar contra los intereses de ese Centro, cosa que castiga el artículo tal... etc. etc.

Y ahora se me ocurre á mí, ¿constituye un delito el que un miembro de cualquier sociedad haga estas manifestaciones? ¿No le parece al lector y al dignísimo señor Delegado del Gobierno que ese delito, caso de existir, sería cuando éste señor no pudiera probar claramente las manifestaciones, que dicen, hizo, cuando no pudiera probar la especie lanzada?

¡Pena da tanta miseria! Recuerda ésto la expulsión hace más de un año, de otro señor socio. La noche que cometió los hechos por qué más tarde es expulsado, no se atreven a tomar providencia contra él por que la junta está mal constituida, pues hay seis o siete actas que se están leyendo y aprobando, cuando todavía no están extendidas en el libro, es decir, en borradores; pero llega el momento de estar todo legalizado, y entonces procede la mayoría de la Directiva a acordar la expulsión de este señor.

Al anhelo del señor Llanos para que resplandezca la verdad y el derecho; a sus campañas en contra de lo ilegal y del caciquismo que en esa Sociedad impera, se le contesta arrojándolo de su seno, amordazándolo de una manera ridícula, tonta.

¡Cuantos hay que allí han ido, no movidos por el interés supremo de la Sociedad; no por patriotismo, sino por que han visto una ocasión preciosa de servir embozadamente y mejor á sus intereses particulares!

Yo quisiera conocer el concepto que esa “consciente” mayoría tiene formado de la dignidad, del honor. Yo quisiera que esa mayoría me explicara públicamente, en que se basa para jugar así con la honorabilidad de una persona. Por que es jugar con lo más sagrado que hay para un hombre, el expulsarlo así de cualquier parte. Sin permitirle la defensa, sin darle explicaciones.

Ya sé yo que este señor no ha de conformarse con el “fallo” dictado por la mayoría de la Directiva de esa Sociedad, y que la verdad pronto ha de resplandecer; pero es sensible que así se juegue con la dignidad de un caballero, de una persona digna como es el señor Llanos. ¡Es algo aventurado proceder de ligero! ¡Es una injusticia lo que han hecho con este señor!».

El “Diario Las Palmas” iniciaba este año, en la línea que acabó el anterior, en su particular campaña de apoyo a Francisco Gourié Marrero y a su Fábrica Azucarera de San Pedro, aprovechando la difusión de cualquier remitido o editorial que asociara la crisis agrícola a la “desgravación del azúcar”, siempre argumentando que el proteccionismo de la industria local se sustentaba en gravar el azúcar peninsular, aunque la medida comportara un excesivo encarecimiento del azúcar para alcanzar la calificación de artículo “de lujo”, eso sí, dejando siempre claro que lo hace en defensa del cultivador del azúcar y no de la fábrica que la elabora y paga como quiere el cultivador. En su edición del lunes 25 de enero publicaba una nueva carta remitida por un desconocido agricultor aruquense, insertada en lugar preferente de la primera página bajo el titular de “Sigue el problema agrícola”.

«Sr. Director: desde el 12 de Octubre del año anterior, que tuvo Vd. la amabilidad de publicar en ese DIARIO un articulito mío, ó cosa parecida, en que procuré llevar á la opinión el convencimiento del mal que traía para todos la poco meditada petición de la desgravación del azúcar en estas Islas, he seguido, por interés propio, la campaña desarrollada en pro y en contra, leyendo cuanto se ha escrito en ambos sentidos.

Por esta razón supe que estaba pendiente en el Cabildo Insular la contestación á un informe pedido por el Sr. Gobernador Civil, y esperé con anhelo y esperanza esa contestación, por que ella, con el informe solicitado, puede servir de base para la resolución, en Madrid, de cuestión tan grave como trascendental para el porvenir de nuestra agricultura: con anhelo, por que, si ese informe nos fuese favorable, sin reservas, podríamos lanzarnos á extender el cultivo de la caña, hoy que, por desgracia, el de los plátanos está casi muerto, á causa de la guerra ó de la competencia en los mercados (que de todo hay); y con esperanza, por que los Sres. que componen este Cabildo, canarios todos amantes de su pais é interesados en su mayor parte en los asuntos agrícolas en general, meditando y pesando los perjuicios que, hoy por hoy, traería al país esa baja de tarifa y el ilusorio ó mezquino beneficio para el consumidor, no tomarían un acuerdo que nos arruinase, en estos momentos en que no tenemos el recurso del cultivo de la platanera.

Yo comprendo que debe ser tenido en cuenta el pobre consumidor, pero no por eso ha de atropellarse al pobre cultivador, que tiene su dinero y su trabajo sembrado en la tierra y los aun más pobres jornaleros que hoy viven al amparo del cultivo y de la industria. No creo que á nadie le quepa duda de que pasará mucho tiempo, para que el cultivo de los plátanos pueda llegar á normalizarse; pero nunca, creo yo, subirá el valor de la fruta á los buenos precios que hemos disfrutado.

(Fedac)
Esto me duele hasta escribirlo, porque además de ser general el mal, me toca á mi muy de cerca, por que, aunque modesto, soy agricultor y tengo algunos terrenos dedicados á plataneras, como tengo otros plantados de caña; así es que para mí, como para tantos otros, la situación es angustiosa ó inquietante á causa de la depreciación de la fruta, de un lado, y del otro por la amenaza de muerte de la industria azucarera, herida por el país mismo, con beneficio ficticio para el consumidor, pero beneficio real y efectivo para la industria peninsular, que serán los pescadores que tengan ganancia en este río revuelto, ahogándose nuestros industriales y nosotros, los agricultores, con ellos.

Se vé que en todas las naciones se fomenta la riqueza agrícola, como base de bienestar y se favorece la instalación de industria ayudando y beneficiando cada una las suyas con leyes protectoras, llegando (y esto lo sabe todo el mundo) á conceder enormes primas de exportación, que es el secreto del abaratamiento de ciertos artículos, que se venden á menos precio fuera, que en el mismo país productor.

Pues bien, en nuestro país se trata de matar lo poco que tenemos, para ser luego tributarios de los otros, es decir, para que nuestro dinero que hoy queda muy repartido en estos agricultores, industriales y jornaleros de aquí, vaya á enriquecer á otros de fuera de él.

Estas industrias, aquí implantadas al amparo de la Ley y que han costado enormes desembolsos, son intereses muy respetables que no es justo destruir en un momento, sin la debida preparación. Es una triste enseñanza que puede servir de ejemplo á los que traten de implantar alguna industria.

En el desbarajuste actual de cultivos, nosotros, los labradores, nos preguntamos los unos á los otros: ¿quitamos algunos terrenos de plataneras (cuyo fruto tenemos que tirar ó darlo á los animales) para en su lugar poner caña? Y ¡claro! la contestación no se hace esperar; pero, hecha la sustitución, si se confirma la desgravación y por consiguiente muere la industria, ¿qué haremos de la caña? Haremos el costoso cambio de cultivo y después …

Esta incertidumbre la tenemos todos, lo mismo los cultivadores que los industriales, que no pueden contestar á nuestra pregunta; lo propio sucede, como es natural, á los labradores de Moya y Firgas que no saben qué hacer de sus terrenos dispuestos para caña, y como se acerca la época de hacer los nuevos plantíos, es para todos un verdadero conflicto.

Por los periódicos locales sé que el Cabildo insular, ha dado el informe pedido, discutiéndose en el seno de la Corporación dos proposiciones: una encaminada á que se pidiese la restitución de los derechos arancelarios, tanto para los azúcares nacionales como para los extrangeros; y la otra, en que se solicitaba la total desgravación y, caso de no ser ésta concedida, se restituyera en todo su vigor la tarifa protectora, conforme á la primera proposición. En ambas huvo votación, siendo desechada la primera, por mayoría, y aprobada la segunda; en ambas votaciones, entre otras cosas, hay una que no puedo dejar en silencio, y es que D. Rafael Mª Suárez, hijo de Arucas (localidad más perjudicada si se rebaja ó se desgrava el azúcar), haya votado en ambos casos en contra, es decir, que ha contribuido con su voto para que, si la desgravación prevalece, nos maten, agrícolamente hablando.

Ya lo saben mis compañeros mártires, los cañeros de Arucas: el señor Suárez, desde su sitial del Cabildo, nos demuestra “sus buenos deseos” á los que tenemos que estarle “reconosidícimos”.

Que la resolución del Cabildo sea ó no favorable á nuestros intereses agrícolas é industriales, no lo vemos tan claro como un periódico dice. Solo sé que la incertidumbre sigue en pié, que no nos atrevemos á expansionarnos en el único cultivo para el que poco afectan las desgraciadas circunstancias de la guerra (aunque algo como es natural le toca), por que se desarrolla y vive dentro del país y el dinero que produce casi por entero aquí queda, contribuyendo, por consiguiente, al fomento de la riqueza y de la prosperidad general.

Esperemos que nuestro Gobierno, comprendiendo el mal que puede producir á una provincia española, como la que más, respetará tan serios y legítimos intereses y que tan esenciales factores son de nuestro equilibrio económico, restableciendo la eficacia de la Ley protectora, la cual, por otra parte, no puede ser vulnerada por una simple Real Orden.

Concédame, Sr. Director, un huequecito en su acreditado DIARIO y se lo agradecerá infinito este AGRICULTOR. Arucas, Enero 23 de 1915».

A finales de enero cundió cierta alarma entre los vecinos cuando se apuntaló la escuela pública, noticia que llegó al Delegado del Gobierno quien inmediatamente solicitó información al alcalde.

«Habiendo llegado á conocimiento del Sr. Delegado del Gobierno, que la casa-escuela de la ciudad de Arucas se encuentra apuntalada, ha ordenado á la Alcaldía de la misma le informe si es cierto; y de confirmarse esta noticia adopte las más urgentes medidas en evitación de cualquier accidente que pueda ocurrir».

Es de suponer que eran los primeros síntomas arquitectónicos del mal estado de las dos crujías de las conocidas como “Escuelas del Rey” en la calle de León y Castillo, las más antiguas que debieran estar reclamando su pronta reconstrucción.
Crujías de las Escuelas del Rey rehabilitadas en el s. XX (arucasonline.com)
La preocupación por el estado y seguridad de los edificios destinados al aforo de personas era entonces una de las competencias importantes del Delegado del Gobierno, derivadas de la normativa aprobada por el Ministerio de la Gobernación. Fue por ello que de forma habitual se mantenían estrechos controles sobre las obras en ellos ejecutadas por lo que pudiera afectar a la seguridad de las personas. A primeros de febrero, tocaba el asunto al viejo Teatro Circo de la calle San Juan.

«Cumpliendo las R.O. sobre teatros y cinematógrafos dictadas por el Ministerio de la Gobernación, el Delegado ha ordenado se reconozca por el arquitecto municipal el teatro de Arucas …».

No debió ser satisfactoria la valoración del arquitecto municipal, que inmediatamente la máxima autoridad disponía «El Gobernador Civil de Canarias telegrafía al Delegado del Gobierno lo siguiente: “De acuerdo con Junta Consultiva teatros está decretada clausura teatro Circo Arucas …”», decisión que sólo pudo reconducirse con la realización de obras para obtener la autorización provisional de apertura.

La accidentalidad del cargo de Secretario Municipal, desde el fallecimiento del anterior secretario titular, se había extendido cerca de un año, y más allá de lo recomendado en cumplimiento del art. 122 de la Ley Municipal, el ayuntamiento publicó a primeros de febrero en el “Boletín Oficial de Canarias” el concurso para cubrir la vacante de dicha plaza dotada con el sueldo anual de tres mil seiscientas pesetas.

El ayuntamiento ya había remitido los presupuestos al Cabildo Insular para su aprobación previa, cumpliendo con lo establecido en el Reglamento Provisional de dicha corporación, siendo estudiado por la Comisión Permanente del 12 de febrero, que adoptó el acuerdo de «Informar al Delegado del Gobierno, de acuerdo con el dictamen de Contaduría, que deben aprobarse los presupuestos municipales para 1915 de Arúcas …».

No obstante su aprobación previa por la Comisión Permanente del Cabildo, la derogación del Impuesto del Consumo había facultado a los ayuntamientos a un incremento porcentual de las cargas fiscales aprobadas en agosto del año anterior para cubrir el déficit presupuestario, pero el reparto del incremento de las cargas fiscales, van a derivar en un largo debate político, asunto que también afectó a otros ayuntamientos importantes como el de Telde, dado que se discutían los criterios seguidos en los “repartos” individualizados a cada uno de los vecinos en función de su riqueza y actividad, es decir por concepto impositivo, que no fue considerado del todo equitativo, y del que más adelante nos ocuparemos más ampliamente, de acuerdo con la cronología de los acontecimientos que se relatan.

Esa interpretada falta de equidad era más que suficiente para que a mediados de marzo un grupo de agricultores aruquenses presentaban en el Cabildo Insular su reclamación contra el acuerdo del “reparto” fiscal, por considerarlo no ajustado a derecho.

El 19 de marzo, fecha que rememoraba para Arucas el inicio años atrás de las obras del nuevo templo, cuando ya se había colocado la clave de la bóveda central y desmontado en parte el andamiaje que la sostenía, fue algo así como un ensayo anticipado de su “inauguración”, diciendo la misa el Obispo Marquina y predicando el canónigo Penitenciario Celestino González. No podía ser su definitiva “inauguración” porque aún quedaba mucho obra por ejecutar y muchos años por delante, pero se le quiso dar esa apariencia por lo que suponía la terminación de la fase segunda de la obra con la colocación de la clave que cerraba la totalidad del techo con distintas bóvedas.

El cada vez menos “leonino” Partido Liberal Canario, por la pérdida del liderazgo de Fernando León y Castillo, alejado en París y de paso por Madrid intentaba resolver la profunda crisis, que como era de costumbre, sólo era así vista por la prensa no controlada, y de esta forma la refería y resumía “La Provincia” en su edición del 3 de abril:

«La información publicada por LA PROVINCIA en su último número se ha confirmado por completo, habiéndose hecho cargo de la reorganización del maltrecho partido liberal canario, D. Agustín Bravo de Laguna.

Para completo conocimiento, por lo menos de lo que se ha hecho público, damos a conocer a nuestros lectores los telegramas siguientes publicados en nuestro colega “Diario de Las Palmas” órgano oficial de dicho partido.

—Telegrama a D. Felipe Massieu - Madrid 29 — 3'15
Recibida carta, vista tu insistencia retirarte, que deploro sinceramente, ocupóme dar solución dificultades presentes. Cualquiera sea ésta, cuento con tu apoyo continuando desempeño Alcaldía. Escribo, pero no quiero aplazar reconocer patriótico servicio que has prestado al país y agradecerte tu lealtad y adhesión. —Fernando.

—A D. Agustín Bravo - Madrid 28
En vista retirada Felipe, necesito saber si puedo contar contigo para dirigir reorganización, restablecer disciplina partido. Deseo espero Felipe continúe Alcaldía. —Fernando.

—Contestación
Estoy, como siempre, a tus órdenes; pero no debo ocultarle que empresa es superior a mis fuerzas y circunstancias, por lo cual solo puedo comprometerme intentar realizar tu propósito con ferviente deseo éxito. Ruégote indiques si lo crees oportuno líneas generales tu pensamiento para reorganizar restablecer disciplina partido.

—La contestación de D. Fernando dice así:
Gracias por todo. Tu experiencia, energía y flexibilidad garantizan mutuo éxito. Lineas generales política partido las mismas que hasta ahora: ancha base contando con todos los elementos que estén de acuerdo con nosotros para servir, en estrecha unión, los intereses de Gran Canaria, Lanzarote, Fuerteventura, sin confundir jamás transacciones necesarias con componendas circunstanciales que no ofrezcan garantías lealtad para el porvenir de parte de los que no sientan esa política o con sus actos la contradigan. —Fernando.

Los comentarios a este último telegrama son muchos y variados. Entre los mismos políticos leonistas hay varios que no lo entienden, en tanto otros le encuentran clarísimo. Y los más interesados en la alusión a Lanzarote y Fuerteventura se han convertido en mudas estatuas y no hay manera de hacerles abrir la boca, ni con necesarias transacciones, ni con circunstanciales componendas.

De todos modos, querido lector, prometemos contarte cuanto nuestra “indiscreción” nos permita y a este fin hemos solicitado declaraciones de los Sres. Don Jacinto Bravo de Laguna y D. Rafael González Hernández. Si acceden a nuestro ruego, puedes contar con saber cuanto nos digan y es muy posible…  que cuanto callen».

Pero aunque la organizada estructura política de los “leoninos”, se resquebrajara por el abandono de su hasta este tiempo líder Felipe Massieu Falcón, alcalde de Las Palmas, otras iniciativas empresariales unían a muchos “leoninos”, en una difícil y delicada línea divisoria donde no se conocía donde acababa el interés público y comenzaba el interés privado.

Desde determinados diputados insulares del Cabildo de Gran Canaria, en propia sede institucional y en sesiones de sus órganos de gobierno, se apuntó de la necesidad de constituir una sociedad con capital privado para acudir a los remates de la subastas de la reparación de las carreteras insulares. Se trataba de constituir una sociedad anónima bajo la denominación de “Sociedad de reparaciones de carreteras”.

Y una vez más, como ocurriera con la privada “Sociedad Administradora de Puertos Francos”, que tanta riqueza propició a sus accionistas, a la constitución acudía Francisco Gourié Marrero y “sus amigos de Arucas”, sin poner en duda que todos eran fieles correligionarios “leoninos”· Así lo publicaba “Diario de Las Palmas” en su edición del 4 de abril.

«Por nuestras carreteras. A constituir la sociedad. La feliz iniciativa de nuestro Cabildo Insular en las gestiones que practica para la constitución de una Sociedad que acuda á la subasta anunciada de las carreteras de esta Isla, con objeto de que las importantes mejoras que estas obras reclaman se realicen, y de proporcionar trabajo á los obreros de toda la Isla que hoy carecen de él, está obteniendo un éxito lisonjero que permite fundadamente abrigar la esperanza de que la hermosa idea habrá de ser una consoladora realidad.

A este llamamiento del Cabildo ha respondido ya la ciudad de Arucas con un entusiasmo y una generosidad, dignas de toda gratitud. De 200 pasan ya las acciones suscritas en aquella ciudad y si Las Palmas responde en igual medida y cada pueblo conforme á sus recursos, en lo cual tienen un ineludible deber moral, es seguro que la suscripción de acciones excederá al capital necesario para la constitución de la Sociedad.

De esperar es que todos correspondan á esta iniciativa que tan importantes necesidades viene á remediar. Si esta ocasión llegara á perderse y después de las insistentes reclamaciones hechas resultara que el país no corresponde y que relevamos al Gobierno de entregar á esta Isla la importante cantidad de más de ochocientas mil pesetas que á ella ha dedicado, no sólo incurriría el país en un vergonzoso ridículo, sino que habría que renunciar á ver reparadas nuestras carreteras.

La agricultura, el comercio, los transportes, los intereses generales del país, imponen la obligación de una solicita correspondencia á aquella acción del gobierno. El esfuerzo de Arucas nos lleva á la segura esperanza de que la idea del Cabildo será una realidad».
La meditada proclamación de intenciones en su constitución, en el alegato de que la misma “No ha sido por hacer un negocio. No ha sido para buscar una ganancia. No. Ha sido ante la perspectiva, ó temor fundado, de que no haya quien tome parte en las subastas del Ministerio de Fomento”, lo es enarbolando una vez más la bandera del “patriotismo” imperante entre los “leoninos”, y más increíble en los momentos de crisis generados por la “Gran Guerra”, suponiendo a los accionistas dispuestos a perder su inversión.

Algunas relevantes figuras políticas quedaron convencidas, probablemente por llevar poco tiempo en las islas y no conocer de su historia. «El Gobernador Civil ha dirigido al Presidente del Cabildo de Gran Canaria, el siguiente despacho: “Me complazco en felicitar á V. S. y al Cabildo que preside por su acuerdo de promover la concurrencia á las subastas de obras de carreteras en esa isla, con el cual demuestra una vez más su celo diligente en »favor de los intereses de ella”».
Carretera de Moya por Azuaje (Fedac)
El “Diario Las Palmas” engrandecía y remataba el despacho con el siguiente suelto «La constitución de esa sociedad para subastar las aludidas obras públicas que é la vez darán trabajo á centenares de obreros, además de ser obra patriótica para nosotros es ya cuestión de honor para Gran Canaria».

El periódico “La Provincia” en su edición del martes 6 de abril, publicaba el orden del día de la Comisión Permanente del Cabildo que se celebraba ese mismo día en sesión vespertina, para resolver, entre otros, el «Dictamen del Secretario Letrado acerca de instancias de varios vecinos de Arucas, formulando recurso de agrarios contra el reparto general para cubrir el déficit del presupuesto ordinario corriente del Ayuntamiento de dicha ciudad». Comenzaba así un nuevo y profundo debate político, con no pocas aristas, protagonizado por el Ayuntamiento de Arucas, asunto que será conocido por “los repartos”.

Al siguiente día el mismo periódico informaba de la crónica de lo tratado en la Comisión Permanente, con un acuerdo a todas luces esperado por lo que suponía de dilatar la toma de una decisión siguiendo los hábitos ya acostumbrados, sin entrar en el dictamen del Secretario Letrado.

«De conformidad con el dictamen del secretario se acordó oficiar al Alcalde de Arúcas acompañándole las instancias de D. Juan Suárez y Suárez y otros vecinos de dicha ciudad, reclamando contra el reparto acordado por aquel Ayuntamiento para cubrir el déficit del presupuesto de 1915, presentadas ante el Cabildo por no haberlas admitido el referido Alcalde fundado en haber expirado el plazo de reclamaciones, lo cual parte de un cómputo erróneo, a fin de que el expresado Ayuntamiento resuelva sobre el fondo de las mismas y proceda con arreglo a derecho».

El 9 de abril se convocaba por la prensa local a una importante reunión relacionada con la constitución de la Sociedad de reparaciones de carreteras. «El Sr. Presidente de la Comisión Gestora para la constitución de la empresa de remate de reparación extraordinaria de las carreteras de esta isla, nos ruega que hagamos público que el Lunes 12 del corriente mes y hora de las tres de la tarde se celebrará una reunión pública de accionistas en el salón de actos del Excmo. Ayuntamiento de esta ciudad, para tratar y resolver todo lo relativo a dicha constitución, sirviendo este aviso de citación para todos, pues no es posible, dada la premura del tiempo, citar individualmente, y menos aún a los muchos suscriptores que residen en los pueblos de esta isla. Se encarece la asistencia al acto porque el día 16 de este mes ha de quedar constituida la fianza para el remate».  

De lo tratado en dicha reunión nos da cuenta “La Provincia” en su edición del día siguiente a su celebración.

«Ayer se reunieron en el salón principal del Ayuntamiento los señores futuros accionistas de la Compañía Rematadora de las Obras de reparación de Carreteras. Los señores presentes representaban cerca de 900 acciones, mas de las dos terceras partes de las que han de constituir el capital social.

En su vista se acordó facultar a la comisión gestora para constituir la compañía y depositar en el Gobierno civil de la provincia la fianza correspondiente, y proseguir las gestiones encaminadas a la suscripción del total de las acciones para la constitución definitiva de la Compañía. El buen resultado de esta empresa, hija del entusiasmo despertado en todos los que han puesto su material concurso para el mejor éxito de ella es digna en la presente ocasión del mas sincero aplauso y del elogio mas entusiasta, siquiera sea por el patriotismo mostrado por todos.

Así y no de otra forma se hace Patria. Con hechos como el presente se consolida un pueblo. Los elementos de Las Palmas que han respondido al llamamiento hecho a su altruismo han puesto con su conducta muy por alto el ideal de una raza, generosa siempre, siempre dispuesta al sacrificio. La isla tendrá carreteras, y no deben regatearse las alabanzas, mejor los justos plácemes».

El sábado 17 de abril, “La Provincia” publicaba la convocatoria que le había remitido el Presidente del Cabildo Tomás de Zárate.

«Convocatoria. Sociedad de reparaciones de carreteras. Se convoca a todos los Sres. Suscriptores de acciones para la sociedad anónima que ha de constituirse a fin de subastar las reparaciones extraordinarias de las carreteras de Gran Canaria, a una reunión, que se celebrará el jueves, 22 del corriente, y hora de las tres de la tarde, en el salón de actos públicos del Excmo. Ayuntamiento de esta ciudad, con el siguiente objeto: 1.º Aprobación definitiva de los Estatutos por que ha de regirse dicha sociedad. 2.º Elección del primer Consejo de Administración de la misma. Se hace presente que la reunión se celebrará cualquiera sea el número de señores suscriptores de acciones que concurra. Las Palmas, 16 de Abril de 1915. Tomás de Zarate Morales, Presidente; Salvador Manrique de Lara, Vice-presidente; Gustavo Bascaran, Santiago Gonzalez Martin, Domingo Rodríguez Quegles, Antonio Cuyas y G. Corvo, Vocales».

Más significativo y relevante  iba a ser la reproducción que “Diario Las Palmas” en su edición del lunes 19 de abril, hacía de un artículo de la “Gaceta de Obras Públicas” referido a la reunión anterior de esta sociedad, como antesala a la reunión convocada para la constitución de la sociedad, de la que entresacamos los pretendidos argumentos e intenciones.

«Merece consignarse un hecho que debe fijar la atención del Ministro de Fomento por lo significativo y elocuente. El hecho es que en el salón de sesiones de las Casas Consistoriales de Las Palmas, se ha celebrado una sesión importante, presidida nada menos que por el Presidente del Cabildo insular, á la cual asistieron vocales de dicha Corporación y otras personas. (…) para estudiar un proyecto de Estatutos de una Sociedad dedicada á tomar parte en la subasta de las reparaciones extraordinarias de carreteras (…) No ha sido por hacer un negocio. No ha sido para buscar una ganancia. No. Ha sido ante la perspectiva, ó temor fundado, de que no haya quien tome parte en las subastas, á causa de las condiciones impuestas por el Ministerio de Fomento.

(…) si las subastas quedan desiertas las 800.000 y pico de pesetas destinadas á la Gran Canaria no irán á beneficiar esa isla necesitada del arreglo de sus carreteras, y que es de rigor y justo que aquel importe vaya á manos de los jornaleros de esa comarca para el remedio de sus males.

(…) Lo hemos dicho muchas veces, y estimamos un deber de lealtad repetirlo, por lo mismo que creemos en las inmejorables intenciones del Ministro de Fomento: Anunciar subastas en condiciones inaceptables, es como no anunciarlas, y, lo que es peor, dar esperanzas á la masa pública que luego resultan fallidas y desacreditan á los Gobiernos.

(…) Que tenemos razón en nuestras afirmaciones lo dice la sesión á que nos hemos referido al principio, la cual viene á ser una protesta indirecta contra las medidas del Gobierno en materia de subastas de obras públicas».

Para nuestros Anales, escaso interés tiene conocer como resultó la adjudicación de las subastas de carreteras, y si las mismas fueron adjudicadas a esta “patriótica sociedad”. Nos interesaba más conocer de los comportamientos de entonces, de conocer cómo se dibujaba un falso escenario, que en su tramoya ocultaba un gran negocio de las personas que participaban en él, y que en multitud de ocasiones luego comparecían como benefactores de la isla, entre los que se encontraban muchos de Arucas o con sus negocios aquí.

Ya a finales de abril, el barrio del Trapiche anunciaba sus ya tradicionales fiestas en honor de san José de la Montaña. El sábado 24 «víspera por la noche habrá paseo en la plaza con música y un variado número de fuegos artificiales confeccionados por un gran pirotécnico y además cínematógrafo al aire libre, para lo cual están preparadas grandes películas. Al día siguiente misa rezada á las 7, á las 10 gran función con panegírico a cargo de un gran orador sagrado. Terminada la función saldrá el santo en procesión con banda de música. Habrá gran feria de ganado, pues hay mucho entusiasmo en todos los labradores. A las cuatro habrá carrera de cintas á bicicleta y paseo con música en la plaza».

Ese sábado día de la víspera de la fiesta en el Trapiche, “El Diario Las Palmas” publicaba un remitido desde Arucas firmado por “X”, que extendía el debate sobre los “repartos” a la opinión de los vecinos, no dudando que alguno de sus autores son personas inducidas o utilizadas por los políticos locales, cada cual “arrimando el ascua a su sardina”, sin prejuzgar la de otros que responden a la propia voluntad personal de participar en el debate y manifestar su opinión.

«LOS REPARTOS. ¡Valganos Dios, y que difícil es contentar á todos! Suprimidos aquí los consumos y substituidos por un reparto vecinal, todo eran alabanzas al Ayuntamiento que, prescindiendo en absoluto de conveniencias políticas y privadas, había hecho desaparecer una forma de tributación reputada por casi todos, como la más irritante é injusta. Las operaciones preliminares marcharon como sobre carriles; nadie protestaba, muy contado fué el número de los que tuvieron que hacer alguna observación y estos pocos fueron atendidos en todo cuanto se creyó de justicia y así lo reconocieron. A las sociedades importantes como la Heredad de aguas de Arucas y Firgas, que no venían contribuyendo con nada á las cargas del Municipio, se le asignó como cuota unos cuantos miles de pesetas; á los grandes propietarios, tales como los Señores Marqués do Arucas, Gourié y otros que, dicho sea en su honor, siempre han mostrado el mayor interés en que prospere e! nuevo impuesto, también se les señalaron cuotas crecidas, y á las clases pobres, por último, se les rebajó la cuota, hasta el límite mínimo que la Ley permite, de tal modo, que los que no cuentan con nada más que su jornal, sólo tendrán que pagar unas 5 cuantas pesetas y céntimos al año.

Parecía pues, lo natural que, habiéndose reconocido por todos, la equidad conque se había hecho el reparto, nadie habría de reclamar contra él, resignándose las personas pudientes á sobrellevar la carga proporcional que les correspondía, en gracia al enorme beneficio que reportaba á las clases trabajadoras, que, con los consumos, venían pagando al año de 50 á 60 pesetas por familia de 5 á 6 individuos. Sin embargo, no ha sido así; á última hora y cuando menos se esperaba, unos cuantos señores, que sin duda creen más justos y equitativos los antiguos consumos, han presentado una pro testa, pidiendo la nulidad de los repartos. Y no se crea que fundamentan su oposición en que el Ayuntamiento haya cometido arbitrariedades ó injusticias al asignar las respectivas cuotas, nada de eso; su protesta es porque interpretando á su manera una R.O. de Gobernación, de Septiembre último, pretenden que las dos terceras partes del reparto, unas 44.000 pesetas, sólo deben pagarlas los empleados y jornaleros. ¿Es encantador el altruismo de estos señores!

Y todavía éstos tienen el mérito de la franqueza; ¿pero que hemos de decir de otros que, no atreviéndose á dar la cara, trabajan solapadamente para hacer creer á la clase jornalera que las cuatro pesetas que se les asignan en el reparto, son una especie de robo que ellos, los redentores no están dispuestos á consentir?

Lamentable es que estos apóstoles se aprovechen de la ignorancia de algunos infelices, para hacer atmósfera contra un sistema de tributación que tanto beneficia á los pobres, con el solo fin de eximirse de pagar un puñado de pesetas; pero confiemos en que el Cabildo, no dejará prosperar esta pequeña combinación.

Resumen: Que el Ayuntamiento para substituir las 70.000 pesetas que le producían los consumos, ha establecido un reparto de 66.000; que la inmensa mayoría está conforme con él; que una minoría egoísta protesta para ahorrarse unos cuartos y por último, que si Dios ó el Cabildo no lo remedian, el Ayuntamiento tendrá que volver á establecer los consumos para atender sus gastos.  X. Arucas, Abril de 1915».

El periódico “La Provincia”, en su edición del viernes 30 de abril, publicaba otro escrito remitido desde Arucas y firmado por Moisés Pérez en relación con los “repartos”.

«El restablecimiento de los consumos. Casi todo el proletariado de esta ciudad protesta del nuevo impuesto sobre utilidades, implantado recientemente por este Municipio, y pidieron la vuelta de los consumos.

Pero el pueblo ha evolucionado. En poco tiempo ha sentido una reacción saludable. Se ha dado cuenta de que era engañado por sus incondicionales predicadores, y protesta a las calladitas, pero protesta, de la vuelta de ese inhumano impuesto. Ha visto que por consumo pagaba un jornalero, con cinco o seis de familia, de 125 a 150 pesetas anuales, y ahora tan solo tributa con cuatro.

Ya, como que este impuesto pesaba todo él sobre la clase pobre y la sufrida clase media, la más castigada de todas, pues las bases inciertas que la sostienen se tambalean al impulso de las enormes cargas que el Estado hecha sobre sus doloridas espaldas.

La instancia presentada hace días en este Ayuntamiento por varios propietarios, en contra de éstos repartos, ha contribuido notablemente a despertar la opinión. Su argumentación ha sacudido la modorra habitual de este pueblo.

Cualquiera hubiera supuesto que esa protesta iba concebida en otros términos, es decir, pidiendo reparaciones, combatiendo abusos. Pero no; “únicamente” se protestaba da la ilegalidad del reparto para cubrir el déficit. Este no debía girarse sobre las utilidades de la propiedad, sino sobre las de sueldos y jornales.

A propósito de este reparto, el trabajo principal de sus detractores ha consistido en hacer creer al pueblo que el destino que había de darse al dinero recaudado por este concepto, era el de pagar deudas atrasadas del municipio.

Aparte de otras cositas mucho más sabrosas y no menos edificantes. Pues bien; esta justa protesta la basaban en la R.O. del Sr. Bugallal de 17 de Septiembre da 1914, es decir en una R.O. que deroga la ley del Sr. Canalejas de 12 de Junio de 1.911, la cual establece el impuesto sobre “todas” las utilidades.

Y es natural, la mayor parte de los Ayuntamientos de toda España, al igual que éste, han girada dicho impuesto sobre las utilidades en general, por que han visto, primero: que una R.O. no puede anular a una ley; y segundo: que es inocente creer que con las utilidades por jornales y sueldos hay suficiente para cubrir el déficit da los presupuestos. Las pretensiones de esta clase privilegiada son un “hermoso ejemplo”.

En alguna parte he leído que estos repartos no se han hecho equitativamente, que se ha ocultado la riqueza, que se han cometido atropellos. Yo invito al que quiera a que me lo demuestre públicamente; y con esto no quiero decir que deje de haber injusticias, pues sinceramente soy de los que creen que las hay, pero no esas injusticias de que se habla, sino pequeños errores que en la nueva implantación de estos impuestos, no ha podido ser menos de que existan; pero esa meditada y enorme ocultación, yo desearía que alguien me lo demostrara, pues es muy cómodo sostener campañas sin tomarse el trabajo de estudiar los asuntos y alegando injusticias que no existen más que en las acaloradas testas de ciertos individuos.

Acabo de ver una instancia con muchos cientos de firmas dirigida al Ministerio de Hacienda. En ella se le interesa prohiba la vuelta de los consumos. Ignoro el resultado que dará, pero si puedo asegurar que los repartos no serán aprobados y si acaso se autorizan, será bajo las bases establecidas en la Real Orden del Sr. Bugallal. Y viva la democracia....

Moisés Pérez.»

El 7 y 8 de mayo, viernes y sábado, inserta “La Provincia” otro remitido desde Bañaderos firmado por José F. Ardanaz, que por su extensión dividía y publicaba en esos dos días, y que reproducimos continuados para su mejor lectura, distinguiendo el obligado corte del periódico.

«El restablecimiento de los consumos. En LA PROVINCIA correspondiente al 30 del pasado, aparece un artículo de don Moisés Pérez en el cual trata de defender y justificar la gestión administrativa del Ayuntamiento de Arucas, en la ya manoseada cuestión de los repartos municipales que ha tratado de implantar este año.

Como vecino de esta ciudad primero y por que veo o creo verme aludido veladamente en dicho artículo por el Sr. Pérez, voy a contestarle tambien públicamente para que dicha señor no llegue a abrigar la errónea creencia de que con su escrito ha puesto las cosas en su lugar y que yo tal vez no me atreva a publicar lo que tengo manifestado en forma privada, acaso por haber lanzado acusaciones inexactas o impulsado por la ciega pasión, sentimiento que a la postre viene a ser el que falsea todos los juicios. A ninguna de las dos causas obedecen las determinaciones de mi voluntad en esta cuestión.

Lo que yo he manifestado sobre el asunto por carta particular, dirigida a quien debía saberlo y podía poner remedio, lo he dicho sin ambas ni rodeos, sencillamente, como cuadra a mi carácter y sobre todo sin estímulos de nadie, toda vez que asi obré porque me consideré perjudicado en mis intereses con las cuotas que me impusieron en los repartos, de compararlos con las de otros vecinos que cuentan bases de tributación distintas a las mias, y después de que a dicha correspondencia privada nada se me contestó, hoy se me quiere llevar al estadio de la prensa por una especie de reto indeterminado, a cuya invitación acudo dando la cara al sol, porque no me duelan prendas ni he dicho nada que no se pueda decir. Repetiré, pues, aquellos mismos concretos, aunque la forma de exponerlos sea distinta.

En la cuestión de que se trata convendrá conmigo mi preopinante que hay que distinguir dos aspectos o formas de recaudación marcadamente distintas aunque relacionadas ambas con la Hacienda local del municipio de Arucas; estos dos aspectos, son: el impuesto sobre las utilidades destinado a cubrir el déficit del actual Presupuesto municipal y el reparto por consumos.

Dice el articulista a quien contesto que al pueblo se le ha hecho creer (él sabrá por quien) que el dinero procedente de la recaudación por el impuesto sobre el déficit será destinado a pagar deudas atrasadas del Municipio. Me alegro que así no sea, aunque yo tampoco creía tal especie. Pero ¿con que recursos ha cubierto el Ayuntamiento de Arucas hasta la fecha los gastos consignados en su Presupuesto, forzosamente nivelado con aquellos ingresos? Yo espero que me dirá que con los mismos que cuentan otros municipios, esto es, con lo de bienes de propios, con el 16 por 100 sobre las contribuciones, con el 50 por 100 sobre las cédulas personales, con los remates, los consumos, etc. ¿Y cual de éstos ha dejado de percibir hasta la fecha? Yo creo que ninguno.

Pues bien; si hoy al suprimir los consumos se ha de ver precisado el Ayuntamiento a allegar de alguna otra parte el total que su recaudación le producía y con cuya cantidad nivelaba los Presupuestos, necesariamente tiene que acudir al pueblo para que le de en una u otra forma aquellos recursos que le hacen falta. Y suponiendo que sean 70 ú 80.000 pesetas las necesarias para este caso, tendrá que dividirlas en dos porciones, una para recaudarla como reparto por consumos y la otra, que constituye el déficit, es preciso repatirla, acogiendose a lo que determina la ley de 12 de junio de 1911, sobre “todas” las utilidades.

Hasta aquí, supongo yo, estará de acuerdo con lo apuntado. Lo que sigue es mas “sabroso” y “edificante”.

Para hacer el reparto por ambos conceptos, por déficit y por consumos, es mi parecer que deben tomarse como bases proporcionales para el primero la cuantía que se representen las utilidades con que cuenten los vecinos y no solamente los sueldos y jornales y para los segundos, el consumo probable de cada familia. Esto último es lo legal, aunque no es mi creencia que sea precisamente lo justo y equitativo; pero ateniéndonos a lo que está preceptuado legalmente, voy a seguir discurriendo.

Dice el Sr. Pérez: “En alguna parte he leído que estos repartos no se han hecho equitativamente, que se ha ocultado la riqueza, que se han cometido atropellos”.

Y como una cosa parecida a lo transcripto he dicho yo en carta particular, (la cual según se ve ha sido leída por alguno más que por su destinatario y eso me place) voy a procurar “demostrarle públicamente” 1º que los repartos no se han hecho equitativamente 2° que hubo ocultación de riqueza y 3º que si no hubo “atropellos” al menos se cometieron actos cuya denominación dejo al buen criterio del Sr. Pérez y del público en general.

En primer lugar en el reparto que se hizo para cubrir el déficit, a mi que tengo de sueldo oficial al año como Maestro nacional de esta Escuela 1.100 pesetas con el 1'20 por 100 de descuento por pagos al Estado, me han impuesto una tributación de 19’44 pesetas y conozco a otro señor que poseyendo casa propia y terrenos y con sueldo anual efectivo de 960 pesetas que pesan sobre el Presupuesto municipal soló le han impuesto 13'52 pesetas; se de otro vecino que teniendo un jornal de tres o mas pesetas le han cargado por dicho concepto 2’86 pesetas y a una señora, hoy cabeza de familia por ausencia de su marido, que teniendo, ademas de casa propia, una hermosa tienda que le da según confesión de la interesada mas de mil pesetas al año de utilidad, le han impuesto 3'43 pesetas.

(Continuará) >>>> (Conclusión)

Análogamente ocurre con el reparto de consumos. Ya se sabe que lo legal es repartirlos á proporsión del consumo probable de cada familia, “el cual está en razón directa de los individuos que la componen; pues para que se vea la equidad que ha presidido al repartir las cuotas, citaré estos casos: mi familia está compuesta de “tres” personas y se me señaló para el pago de consumos 9'28 pesetas; conozco a otra familia compuesta de la madre y tres hijos que le han echado 1'64 pesetas; otra formada por el matrimonio y cuatro hijos que le impusieron por igual concepto 3’69 pesetas; otra con ocho individuos (6 hijos y el matrimonio) que no tiene que pagar más que 1’34 pesetas.

¿Es esto repartir las cantidades equitativamente?

Respecto a la ocultación de la riqueza, es probable, casi seguro, que el articulista a quien contesto sabrá también o mejor que yo quienes sean los individuos que, unos más otros menos, han escamoteado en su declaración una parte de sus bienes, de manera que si de lo que se trata con la invitación que hace si Sr. Pérez para que se diga quienes son los individuos ocultadores de la riqueza es armar una zancadilla al manifestante, por ese lado no seré yo la víctima propiciatoria que tal haga, pues si quiere dicho señor satisfacer su deseo sobrados serán los datos que hallará en las oficinas donde presta sus servicios para enterarse de cuanto sobre este particular quiere. Esto no obstante y para que no se diga que ni botón presento para muestra, voy a relatar un hecho manifestado en mil presencia por un señor concejal que lo presenció.

Es el caso que un vecino declaró en su hoja correspondiente que lo que poseía en fincas urbanas era “media casa”; en la sesión previa que celebró la Junta municipal antes de proceder al reparto, extrañó y provocó la hilaridad de los concurrentes la lectura de dicha hoja y entonces uno de los ediles manifestó que cómo era aquello, cuando el tal individuo poseía una hilera de casas (y esto es muy cierto) a lo que otro concejal dijo que podian ponerle “una” casa, y así, sin más reparos de nadie, quedó aceptada la proposición. ¿Y las demás de la hilera? Y a tenor de este vecino ¿que habrán hecho otros muchos en toda la jurisdición de Arucas?

¿Y no recuerda tambien el firmante del artículo que contesto, suponiendo que estuviera presente cuando ocurriera el caso, de haber entregado un muchacho de esta barrio en las oficinas municipales la hoja declaratoria con las utilidades de su casa, firmada por su madre (hoy cabeza de familia) y que alguno de los empleados, pareciéndole excesiva la cantidad declarada rompiese dicha hoja y llenaran otra en el acto poniendo en ella una partida mucho menor de la consignada por la propia interesada?

Por otra parte celebro infinito la sinceridad de don Moisés al afirmar que está conforme en recoger que efectivamente en la aplicación de los repartos se han cometido injusticias; sólo que, según dice, no son tan graves como se las quiere representar, sino pequeños errores deslizados inadvertidamente e inevitables en la implantación de todo nuevo servicio.

Cuando a mi se me demuestre el porqué he de pagar yo con tres personas de familia 9'28 pesetas por consumos y otra de cuatro personas no ha de pagar mas que 1'64 pesetas, y otra de seis personas 3’69 pesetas, y otra de ocho personas 1’34 pesetas y porque a mi con 1086.80 pesetas de sueldo efectivo anual me cargan 19'44 pesetas por el déficit y a otro vecino con casa propia, tierras y un sueldo efectivo de 960 pesetas no le cargan mas que 13’52 pesetas, etc., etc., créame el Sr. Pérez, cuando todo esto se me aclare o demuestre que es legal, inmediatamente retiraré hasta la última letra que llevo escrita sobre el asunto; pero mientras esos datos queden en pié tal como fueron distribuidos, seguiré sospechando que al repartir las cuotas oontributivas, lejos de aplicar para ello la regla llamada de distribución proporcional que nos enseñan los tratados de Aritmética; más parece se ha empleado el sistema del reparto a voleo como quien distribuye simiente en una parcela de terreno.

Ultimo párrafo para terminar. El Sr. Pérez dice que el pueblo se ha percatado de la conveniencia de que no vuelva el inhumano impuesto de consumos, porque, según afirma “ha visto (el pueblo) que por tal concepto pagaba un jornalero, con cinco o seis de familia, de 125 a 150 pesetas anuales, y ahora tan sólo tributa con cuatro”. Aquí también mis apreciaciones son contrarias a las suyas. Soy demócrata por convicción, amo y venero al pueblo como el que más y precisamente por esos mismos principios democráticos que sustento y porque quisiera que el elemento trabajador se viera más favorecido y considerado por los legisladores y clases privilegiadas de nuestra sociedad, por eso mismo acepto desconfiado la supresión del impuesto de consumos en la forma indirecta como hasta ahora; pues juzgando “a posteriori” por lo ocurrido en Madrid, Barcelona y otras poblaciones que hace tiempo los quitaron, abrigo la creencia de que esos mismos jornaleros que antes pagaban de 125 a 150 pesetas indirectamente hoy pagarán cuando quiten los fielatos esas mismas pesetas más las cuatro o cinco que el Ayuntamiento les imponga. ¿No lo cree así el Sr. Pérez? Pues pregúnteselo en confianza a los tenderos.

José F. Ardanaz. Bañaderos de Arucas mayo de 1915».

Entre tanto el debate por “los repartos”, se difundía el programa de festejos que había preparado el barrio de Montaña de Cardones para los días 15, 16 y 17 de mayo, de viernes a domingo, en honor de su patrono San Isidro.

«Día 15 á las 12 repique general de campanas; elevación de globos aerostáticos y la gran comparsa de gigantes y cabezudos recorriendo las calles anunciarán la gran fiesta. Por la noche á las 7 y media gran función religiosa con sermón y á la terminación, paseo y fuegos artificiales de afamados pirotécnicos.

Día 16 á las 6 de la mañana toque de Diana. A las 9 gran función religiosa á toda orquesta en la que predicará el M. lltre. Señor Secretario de cámara y gobierno do éste Obispado Dr. D. Justo Marquina; á las 11 saldrán en procesión las imágenes de S. José, S. Isidro Labrador y Nuestra Sra. del Carmen estrenándose una preciosa imagen de Santa María de la Cabeza (esposa de San Isidro) debida á la generosidad y virtudes de la Sra. esposa de D. Fernando Guerra. A las 2 de la tarde del mismo día gran luchada en la que 18 luchadores de este pago y del Ingenio desafían á todos los luchadores de la Isla y los de 3 luchas de ventaja serán gratificados con una importante suma en metálico. A las 4 paseo con música y por la noche verbena.

Día 17 á las 9 de la mañana gran gira á la planicie de Montaña Blanca y allí grandes sancochos de patatas y salpreso».

Coincidiendo con el día de San Isidro, el sábado 15 de mayo, “La Provincia” publicaba en su página 3, una pequeña rectificación del autor del escrito remitido por el Maestro de Bañaderos.

«Rectificación. En el artículo qua dias pasados escribí en LA PROVINCIA, contestando a don Moisés Pérez sobre los repartos relativos al déficit y consumos del Ayuntamiento de Arucas dije que á un señor “con casa propia, terrenos y 960 pesetas de sueldo oficial efectivo” le habían impuesto como cuota contributiva por déficit 13'52 pesetas, y hoy, mejor informado, rectifico que dicho señor a quien me refiero no posee la casa ni los terrenos en propiedad, sino que los viene usufructuando desde hace años como si fuesen suyos, lo que para los efectos del reparto en nada disminuye la fuerza de mi alegato. Pero conste así. José F. Ardanaz. Bañaderos de Arúcas, Mayo de 1915».

Además incluye el periódico en su primera página la réplica al anterior firmada por el replicado Moisés Pérez, que por su extensión el periódico la concluye en la edición del lunes 17 de mayo, y que aquí reproducimos continuadas. Aclaramos previamente que el término “utilidades”, en el sentido fiscal de entonces hace referencia a los “rentas o beneficios obtenidos”.

«Incongruencias. Lamento muy de veras que D. José F. Ardanaz haya tomado como pretesto para contestar a mi escrito anterior, la creencia de que en él se veía aludido veladamente por mí. En cuanto a hacerlo con su carácter de vecino lo creo muy justificado, pues está en su derecho.

Procuraré ser lo más breve posible en esta réplica a fin de no abusar demasiado de la generosa hospitalidad que LA PROVINCIA me ha dispensado, dando cabida en sus columnas a mis mal zurcidos artículos.

Dice el Sr. Ardanaz en su escrito, “que se le quiere llevar al estadio de la prensa por una especie de reto indeterminado”. A esta afirmación opongo una rotunda negativa. Diga el Sr. Ardanaz qua ha visto, en esta, una ocasión preciosa para atacar una vez más a la autoridad local y lo creeré.

Tenga la seguridad D. José F. que al trazar mi humilde pluma las líneas de dicho escrito no quiso dejar en pos de ellas la incertidumbre de que pudieran ser dirigidas a usted. El deseo de hacer resplandecer la verdad, tan falseada en esta ocasión, fue el único sentimiento que me indujo a escribirlas. ¿No me creéis? Lo siento.

Habla el Sr. Ardanaz de una correspondencia privada, de la que, con motivo de su artículo, y por recientes manifestaciones del Sr. Alcalde, he venido enterarme sostuvo con dicho señor, y de la cual hasta dicho día no tuve conocimiento, pues aquello de que “en alguna parte había leído”, lo decia refiriéndose a un artículo publicado en un diario local que no menciono por no herir susceptibilidades, pero que estoy dispuesto a citar si asi le place a mi respetable contradictor.

No dudo que en mi escrito haya dicho yo algo igual o parecido a lo escrito por el señor Ardanaz en su correspondencia privada, pero ¿es esta una razón para creer había sido leída por mi, su ya mencionada carta? Creo que la imaginación un tanto ofuscada de este señor le hace ver un hecho donde solamente puede que exista una casualidad.

Hasta aquí el introito de su escrito. Ahora sin cuidarse de la ropa, se zambulle de golpe en la cuestión legal y me invita a seguirle, cosa que acepto aunque por distinto camino.

Quiere este señor que convenga con él en que existen “dos aspectos o formas de recaudación marcadamente distintas, aunque relacionadas ambas con la hacienda del municipio”, y al efecto dice, que los dos aspectos son: “el impuesto sobre las utilidades para cubrir el déficit y el reparto por consumos”. Permítame el señor Ardanaz que le diga, está completamente equivocado. En la cuestión de que se trata solamente existe una forma de recaudación; el reparto “único” sobre todas las utilidades.

Enumera los ingresos que el Ayuntamiento ha tenido para nutrir su presupuesto y termina el párrafo preguntando cual de ellos ha dejado de percibir hasta la fecha, a lo cual él mismo se contesta que ninguno; pero, a reglón seguido, se encarga de darse asimismo un completo mentís, pues escribe, “si hoy al suprimir los consumos”. Claro no podía suceder menos de que viera, que los ingresos que ha dejado 'de percibir el Ayuntamiento desde primero de Enero son los que obtenía por este impuesto.

Pero sigue el Sr. Ardanaz y supone, que con él creo yo, que las 70 u 80.000 pesetas que el municipio necesita para su presupuesto de ingresos, tendrá que recaudarlas en las distintas formas que ya dejamos enumeradas, por lo que sostiene que para el repartimiento por el déficit, deben tomarse como bases proporcionales la cuantía de las utilidades de los vecinos. Conformes; y para el otro reparto, el consumo probable de cada familia.

Afirmando rotundamente ser esta la legalidad. ¿Quien se lo ha dicho al Sr. Ardanaz? ¿Ha leido la ley? De forma que la del señor Canalejas de 12 de Junio de 1911 abole este impuesto, creándose en la misma la sustitución, y mi distinguido contrincante pretende resucitarlo?

El reparto para cubrir el cupo de consumos y sus recargos, no es el que se refiere al que autorizaba el Reglamento de 11 de Octubre de 1898, Sr. Ardanaz, usted involucra; es el “único” reparto de que habla la mencionada ley, el cual, y por disposiciones ministeriales que la han adulterado, solo puede girarse como se ha girado, (en general) con las limitaciones que establece el artículo 14 de la misma, al 0,80 por 100, cuyo gravamen no se ha utilizado en su grado máximun por no haber sido necesario, de lo que necesariamente vino a resultar un déficit en el presupuesto, que se cubrió con el segundo reparto a que se refiere la famosa R.O. del Sr. Bugallal, el que también hubo que girarlo sobre las mismas utilidades y al 1,86 por 100, (en general). Mejor dicho, en si estos dos repartos vienen a ser una misma cosa, pues las bases de imposición para ambos son las utilidades que por todos conceptos obtengan los vecinos.

He ahi las injusticias que usted cree ver en el repartimiento sustitutivo. Ha tomado como base para repartir dichas cuotas, el consumo probable de cada familia y no hay tal, pues su imposición se ajusta a las utilidades en general. De ahí por lo que resulta que una familia más numerosa que la vuestra paga menos.

(Continuará) >>>> (Conclusión)

En cuanto a las injusticias que por el repartimiento de déficit cree ver el Sr. Ardanaz, son igualmente erróneas, pues para probarlas cita entre otros casos aislados y de ninguna importancia, a un señor anónimo que, percibiendo un sueldo anual de 960 pesetas que pesa sobre el presupuesto de este Municipio, y poseyendo además casa propia y terrenos, no se le haya cargado más que 13,52 pesetas, mientras que a él con un sueldo oficial de 1.100 pesetas se le ha impuesto la cuota de 19,44 pesetas. Siento decirle, Sr. Ardanaz, que en el presupuesto de este Municipio no existe partida alguna librada por sueldos de esa cuantía, cosa que si quiere puede comprobar.

Ahora bien, si ese sueldo se refiere al que se libra al municipal del barrio del Bañadero, me veo en el caso de decirle que igualmente está equivocado, pues dicho sueldo no es de 960 pesetas, sino de 750, siendo el resto hasta completar el total de lo que sobra, la cantidad que para pago de la casa-habitación le tiene asignado el Ayuntamiento; cantidad sobre la que es imposible repartir cuota alguno.

El Sr. Ardanaz me prometió probar la enorme ocultación, que dice, ha habido al confeccionar los repartos, así como los atropellos e injusticias; pero con asombro veo que termina su artículo sin hacer una ni otra cosa. Únicamente cita otro caso aislado de usa casa, que por razón formar la “hilera” varios cuartos-habitaciones se consideró como una sola finca, imponiéndose a todos ellos, en conjunto, la utilidad que devengaban entonces.

¿Dónde está, pues, la enorme ocultación de que habla el Sr. Ardanaz, las injusticias y los atropellos? Por que no creo se refiera este Sr. a la ocultación insignificante que hace un propietario de uno o dos celemines de tierra, de una habitación etc. etc. o refiriéndose a usted mismo Sr. Ardanaz, la que V. pudiera hacer, caso de que, suponiendo diera clases particulares, dejara de relacionar las utilidades que por este concepto percibiera, en su hoja correspondiente; esto es “pecáta minuta”. Por lo demás, no citando casos concretos ¿como es posible desarrollar la discusión en un terreno firme?

Y por si todo esto fuera poco, el hecho cierto, el dato más elocuente es el siguiente; la utilidad imponible en los repartos de este pueblo por contribución territorial, es la de 213.737,47 pesetas: la utilidad declarada en los nuevos repartimientos es la de 2.856.339,00. ¿Cabe alguna duda sobre la imaginaria ocultación del Sr. Ardanaz? Si alguna pudiera tener aun este señor ahí tiene la noble declaración de “El Tribuno” que sin rodeos de ninguna especie ha dicho, que los repartimientos de Arucas no han podido ser mejor hechos. Además, para que existiera la completa equidad, sería necesario una revisión general de la riqueza del término, cosa completamente imposible si se tienen en cuenta el corto plazo de que disponía la Junta Municipal para realizar dichos trabajos. Créame el Sr. Ardanaz, quedamos... igual que ayer.

En cuanto a la relación que este señor hace de un muchacho que presentó una hoja declaratoria y que un empleado de este Municipio pareciéndole excesiva la cantidad declarada la rompió, debo contestar al señor Ardanaz, que por gran coincidencia, las relaciones presentadas que hayan sido llenas por los propios interesados son en corto número, (cuatro o cinco) entre ellas la de dicho señor; pero aún admitiendo la hipótesis de que dicha hoja venía llena, ha de saber, que tanto mis compañeros como yo, nos ajustamos en todo servicio a las instrucciones recibidas, y que si dicha declaración se reformó fué ciñéndonos precisamente a los tipos que de antemano se nos había dado por la Junta, pues no es justo que ningún contribuyente por ignorancia resulte perjudicado, y nunca procediendo, como parece quiere indicar el señor Ardanaz, por voluntad propia.

Termina este señor su escrito haciendo un canto a la democracia, pero cree que el proletariado se ha perjudicado con la supresión de los consumos, por cuanto los artículos gravados no serán abaratados por los tenderos.

Creedme, señor Ardanaz, o el afán de contradecirme os ciega o no sois demócrata.

¿De manera que ponéis en duda la bondad de la ley del Sr. Canalejas por la sola creencia de que esos artículos no se venderán más baratos? ¿basado en una hipótesis? Decidme, señor Ardanaz, ¿contra las contravenciones a las leyes no debe estar la acción fiscalizadora de las autoridades? Que esta son negligentes ¿es ello motivo para dudar de que esa ley es buena, es demócrata?

El Ayuntamiento de Arucas percibía por consumos unas 70 u 80.000 pesetas. La población está compuesta de más de 12.000 almas. El 97 por 100 de estos individuos son pobres, luego ¿sobre quien ha pesado siempre ese impuesto?

Moisés Pérez».

En el transcurso del debate técnico-político del Oficial Mayor del Ayuntamiento de Arucas, Moisés Pérez, y del Maestro de Bañaderos, José F. Ardanaz, acontece la convocatoria de la Comisión Permanente del Cabildo del 19 de mayo, que incluía entre los asuntos a tratar »(b) Reparto para cubrir el déficit del presupuesto ordinario de 1915 del Ayuntamiento de Arucas». Celebrada la sesión de dicha Permanente se iniciaron las típicas actuaciones dilatorias, en este caso el acuerdo remite al informe de la Contaduría que era de suponer fuera preceptivo por ser obligado a un asunto técnico «—Quedó para informe de Contaduría las reclamaciones contra el reparto para cubrir el déficit del Ayuntamiento de Arucas».
Por este tiempo la Azucarera de San Pedro ya había reducido sus volúmenes de elaboración de azúcar, prácticamente para dar salida a la caña adquirida, consecuencia de una arte a que el precio de venta al público ya no aportaba los buenos márgenes de beneficios al tener que competir con los azúcares peninsulares que habían obtenido la “desgravación fiscal” a su entrada en Canarias como parte del territorio del Estado, y de otra parte la bajada del consumo ante la crisis de la Gran Guerra. «Con motivo de haberse terminado la zafra en la fábrica de azúcar de Arúcas han quedado numerosos obreros sin trabajo».
La reducción de los volúmenes de elaboración de azúcar comportó la introducción de la contratación de jornaleros exclusivamente para los tiempos de zafra, quedando la azucarera con una plantilla mínima que se ocupaban en la elaboración de licores.
Dos días después de la celebración de la sesión de la Comisión Permanente del Cabildo, viernes 21 de mayo, “La Provincia” incluye un nuevo escrito remitido por José F. Ardanaz, con contrarréplica.

«Aclarando conceptos. En el artículo que Don Moisés Pérez publica en los números 15O3 y 15O5 de LA PROVINCIA, contestando a otro mío de días anteriores, manifiesta que en su primer escrito del 30 de Abril pasado no hacia alusión a la carta que yo había dirigido antes a otra persona y que por tanto su invitación tenía carácter general y concluye afirmando que lo que yo hice en esta ocasión fué aprovechar un “momento precioso” para atacar una vez más a la Autoridad local de Arúcas.

Cualquiera que lea lo que dice el señor Pérez creerá cuando menos que yo estoy en acecho, dominado de una pasión agresiva, siempre dispuesto a exteriorizar esa supuesta animosidad por cualquier pretexto que se presente por la menor falta ya por comisión u omisión en que puedan incurrir las Autoridades de este Municipio.

No, Don Moisés; padece V. en este caso una lamentable equivocación, y si reflexivamente es tal su creencia, yo le envío mi protesta rechazando el innoble proceder que gratuitamente me atribuye.

Lo que hay es que yo, moralmente hablando, como ciudadano y como profesional poseo una noción muy clara de mis deberes y derechos, y con estos reguladores de la vida humana siempre a la vista, me esfuerzo en cuanto puedo por dejar cumplidos satisfactoriamente los primeros, y como no llega mi virtud al grado de mostrarme resignado y conforme cuando creo que los segundos no se me respetan por alguien, sea quien fuese, entonces surge de mi la protesta o queja, la cual procuro exponer más o menos documentada, pero siempre sincera, respetuosamente y con nobleza.

¿Ignora acaso el Sr. Pérez que las Autoridades todas necesitan que se les señalen sus errores cuando los cometen para que los corrijan una vez advertidos? ¿O es que cree dicho señor que los de Arúcas son infalibles y que además que sean invulnerables?

En las dos ocasiones que yo me he quejado del proceder de esta Autoridad local he creído tener perfectísima razón para ello, y por si lo ignora mi ilustrado impugnador, bueno es que sepa que si la primera vez acudí con mi queja a región más elevada (y siento mucho haya escocido tanto mi determinación) fué porque en primera instancia, en el mismo Arúcas donde formulé mi queja verbal no dieron oído a mi demanda, consintiendo que un enfermo de viruela denunciado por mí ante el Sr. Inspector de los municipales, siguiera viaje en automóvil público con los pasajeros que íbamos en el mismo, y en el presente caso he protestado también porque he creído y aún sigo creyendo que en los nuevos repartos se me ha cargado cantidad mayor proporcionalmente a lo que tienen otros muchos en Arúcas. ¿Qué quiere el Sr. Pérez que porque a él se le antoje hemos desacatar sumisos, cual siervos de la gleva, todo lo que dispongan nuestras Autoridades locales? Pues por lo que a mi respecta, sus deseos, si tales son, no se verán jamás cumplidos, porque tropiezan con quien no ha sabido nunca adular ni menos hacer dejación de sus derechos para obtener una sonrisa de nadie ni ofrecerse como protegido de quien nada quiere que no sea el producto o asignación convencional de su trabajo.

Yo bien sé que todos tenemos faltas que reprender, que la tolerancia mutua es necesaria en muchísimas ocasiones y que resultaría perturbador llevar todo a punta de lanza; pero cuando son grandes los intereses que peligran por nuestra poca diligencia en el obrar, es un alto deber de ciudadanía salir a la defensa de aquellos intereses, y por el contrario encubrir o callar las falsas o descuidos del negligente es en ocasiones tan punible como la falta misma.

Por lo demás tenga la seguridad el señor Pérez que yo estimo y respeto tanto como pueda estimar y respetar él a las Autoridades de esta Municipio y que la enemiga hacia ellas que tan ligeramente me supone es una idea localizada sólo en la mente del propio señor a quien contesto.

Y viniendo ahora a la cuestión que ha servido de motivo a esta polémica y después de leer el último escrito de don Moisés, por mi parte termino manifestando:

1º. Que yo no me he dado ningún mentís en parte alguna de lo que llevo escrito, pues al decir que el Ayuntamiento de Arucas no ha dejado de percibir todos las ingresos para cubrir su presupuesto, me refería cuando dije “hasta la fecha” a la de 1° del año actual, que es cuando empieza esta cuestión que nos ocupa.

2º. Que es verdad he incurrido en algunos errores por estar mal informado, como ha sido en cuanto al sueldo de este Agente municipal de la Costa.

3º. Que es enteramente cierto doy algunas clases particulares después de mi servicio oficial y de cuya utilidad que me proporcionan no declaré en la hoja por inadvertencia primero y después por no hallar en ella columna alguna que me lo recordara, y a fé que no dejo de sentirlo; pues debiera haber cumplido con mi requisito y eso es lo que podía hacer también Arúcas, imponer una fuerte tributación a los que se dedican a dar clases particulares, ya que en esta materia es una ciudad modelo por el número de las Escuelas oficiales que sostiene y sus excelentes condiciones pedagógicas, “razones” por las que no debiera mirar con buenos ojos haya nadie con carácter no oficial que, como un intruso explotador, se dedique a la divulgación de conocimientos útiles, pues para eso están las “cuatro Escuelas” que posee en una población de 12.500 habitantes y de estos 12.125 pobres, según afirma el señor Pérez.

4º. Que quedo enterado de que en la declaración de las utilidades, la Junta municipal de presupuestos de Arucas sabe más que los propios interesados declarantes sobre los beneficios que estos obtienen al año en sus explotaciones y negocios, y eso no puede ser; pues por mucho que el señor Pérez se esfuerce en querer demostrarme lo contrario, yo seguiré creyendo que nadie mejor que el dueño de una especulación sabe lo que le dá durante un tiempo determinado.

5º. Que la ley del Sr. Canalejas la tengo por muy notable y una de las más democráticas de toda la Colección legislativa española; pero, señor mío, cuando se ve que al ponerla en vigor en más de una población ha carecido de virtualidad y eficacia para el mejoramiento de las clases trabajadoras después de perturbar las Haciendas municipales, hay qua acogerla con cierta desconfianza, pues es lógico deducir que aquí ha de pasar lo mismo que en otras partes, esto es, que los alquileres suban, que la venta de los géneros al menudeo no esperimenta rebaja alguna en sus precios y la acción fiscalizadora de las Autoridades, tenida en tan gran predicamento por el señor Perez, sea un mito y completamente nula cuando llegue el caso, como lo ha sido hasta hoy y es en este y otros asuntos concernientes a la vida de los pobres.

José F. Ardanaz».

Este debate enriquece nuestro conocimiento sobre la tributación directa con la que desaparecía el muy criticado Impuesto al Consumo, el primigenio antecedente del Impuesto sobre la Renta que hoy conocemos, destacando su debilidad al sustentarse en las “hojas declarativas” que presentaba cada vecino referidas a las “utilidades” o rentas de la riqueza que constituían los bienes raíces, casas y terrenos, así como las del trabajo, sueldos y jornales. Se entenderá que estas “utilidades” debieran ser revisadas por la Junta municipal, son circunstancias individuales que no siempre eran de dominio público, y la determinación de si son todas y si su cuantificación es la correcta, sería en el mejor de los casos una apreciación subjetiva.

Si a ello añadimos que las “utilidades” o rentas procedentes de los valores mobiliarios, en tiempos en que la alta clase invertía en sociedades e inclusive ejercitaba la figura de prestamista; y también, que muchos propietarios de casas y tierras de todo el territorio insular, eran vecinos del municipio de Las Palmas, alejándose aún más la posibilidad del dominio público de la información, hemos de concluir que resultaba fácil que fuera tachado de “falta de equidad”, dado que cualquiera que conociera de la ocultación de riquezas de algún vecino, tenía fundamentos suficientes para así valorarlo, más aún cuando la verificación es totalmente subjetiva.

Ese mismo día 21 de mayo el Ayuntamiento celebra sesión plenaria y aprueba el proyecto de división del municipio en distritos y secciones electorales dado el crecimiento de la población que un año atrás no quiso reconocer, siendo más detallado que el anterior al especificar las calles que se integran en cada distrito electoral, y que reproducimos en su integridad por el interés que ofrece para el conocimiento del entramado urbano en este año, si bien encuadramos las secciones dentro de cada distrito para evitar la duplicidad en la mención de calles y pagos.

    PRIMER DISTRITO.- Se denomina “Teatro”. Consta de 3.286 residentes y 640 electores,     comprendiendo dos Secciones:
Sección Primera.- Se denomina “Terrero”, consta de 303 electores y comprende: Calles del Arco, de la Gloria, de Muñoz, Nueva, Real, del Terrero, de Travieso, Tabaibal, Hoya de San Juan, Castillejos, La Cruz, Camino de la Cruz, Las Palmas, Camino de Las Palmas y Los López.
Sección Segunda.- Se denomina “Escuela”, consta de 337 electores y comprende: Calles de los Canónigos, de Gourié, de la Herrería, del Osario, de San Juan, de Santa Bárbara, de Pedro Marichal, de León y Castillo, Plaza de San Juan, Grangería, Lomo de Arucas, Barreto, Santidad, Riquianes, Pedrera, Portales y Visvique.

SEGUNDO DISTRITO.- Se denomina “Parque”. Consta de 3.300 residentes y 776 electores, comprendiendo dos Secciones:
Sección Primera.- Se denomina “Mercado”, consta de 368 electores y comprende: Calles de Alvarez, de la Cerera, de Armas, de la Acequia Alta, de la Cruz, de la Fe, de Mateo, de Moreno, de San Sebastián, de Rosales, de San Pedro, de Quintana, Plaza de León y Castillo, Mirón, Era de San Pedro y Cerrillo.
Sección Segunda.- Se denomina “Goleta”, consta de 348 electores y comprende: Altabacales, Palma de Firgas, Cuesta de la Arena, Goleta, Plaza del Calvario, Callejones, Trasera, Molino, Puerto Escondido, Carretera Nueva y La Fula.
TERCER DISTRITO.- Se denomina “Montaña de Cardones”. Consta de 3.021 residentes y 618 electores, comprendiendo dos Secciones:
Sección Primera.- Se denomina “Cardones”, consta de 272 electores y comprende: Cardones, Perdigón, Dehesa, Rosa Silva, Tinocas, Hoya Alta, San Francisco Javier y Barranco de Tenoya.
Sección Segunda.- Se denomina “Trasmontaña”, consta de 346 electores y comprende: Pozillo, Carril, Hornillo, Meleros, Trasmontaña, Cortijo, Pineda, Llano Blanco, Las Chorreras, Hinojal, Hoyas y Los Palmitos

CUARTO DISTRITO.- Se denomina “Los Bañaderos”. Consta de 2.941 residentes y 638 electores, comprendiendo dos Secciones:
Sección Primera.- Se denomina “Costa”, consta de 341 electores y comprende: Cardonal, Hoyas del Cardonal, Ramírez, Costa, Barranquillo de la Costa, Risco, Camino del Puerto y Puerto.
Sección Segunda.- Se denomina “Trapiche”, consta de 297 electores y comprende: Trapiche, Quintanilla, Peñón y San Andrés.
El 25 de mayo aconteció un suceso que alarmaba aún más los riesgos que comportaba el Teatro Circo, cuando al siguiente día trascendía la noticia. «Anoche a la salida del Circo Teatro, sito en la calle de Herrería donde se halla instalado uno de los Cines, ocurrió a nuestro amigo Don Pascual Salmerón un accidente desgraciado, pues, después de haber estado dirigiendo el motor que hace funcionar dicho Cine, y por consecuencia de los gases que despedía la máquina, estubo expuesto a axficiarse; pero seguidamente de salir a la calle y a poco de caminar sufrió un síncope, cayendo al suelo desplomado, sin conocimiento, y produciéndose en la caída una pequeña herida en la nariz. Requeridos que fueron los servicios del Dr. D. José Cuyas, este los prestó cuidadosamente y quedó fuera de cuidado el señor Salmerón, quien se trasladó a su casa acompañado de varios amigos. Lamentamos el percance».

Cuando el miércoles 26 de mayo la Comisión Permanente del Cabildo trató el asunto de los “repartos” de Arucas, adoptó sin debate el siguiente acuerdo: «Dada cuenta del informe de Contaduría en el expediente de reclamaciones contra el reparto para cubrir el déficit del presupuesto municipal corriente de Arucas, se acordó convocar al Cabildo en pleno a sesión extraordinaria, el 2 de Junio próximo, a las dos de la tarde, para resolver la revisión pendiente».

La crónica de “La Provincia” sobre la sesión plenaria del Cabildo del miércoles 2 de junio, en relación con este asunto del repartimiento de Arucas, nos describe un largo debate en el que queda de nuevo patente la distinta interpretación de la Ley para cada diputado insular, aunque el informe de la Contaduría lo tache no ajustado a derecho.

«Diose lectura al informe de Contaduría en el expediente de reclamaciones contra el repartimiento general acordado por el Ayuntamiento de Arucas, proponiendo a la corporación que se devuelva el reparto al Ayuntamiento para que lo rehaga, eliminando del mismo a los contribuyentes por los conceptos de territorial e industrial.

A requerimiento del Sr. GONZALEZ Y GONZÁLEZ la Comisión Permanente que se había abstenido de dictaminar por deferencia al Cabildo, pues sustenta opuesto criterio, lo hizo por órgano del señor MELIÁN proponiendo la aprobación del repartimiento municipal fundándose en que se ajusta a los preceptos de la ley de supresión de los Consumos.

En esta cuestión se promovió un debate de solemnidad, pronunciando largos discursos varios señores con profusión de citas de leyes y dé las innumerables Reales órdenes dictadas en la materia, que resumiremos obligados por la limitación de espacio.

El Sr. RODRÍGUEZ QUEGLES impugnó el dictamen de la Comisión Permanente, juzgándolo opuesto a la Real orden de Septiembre último que prohiba se grave las utilidades de las contribuciones territorial e industrial y no comprende como puede sostenerse la validez de ese reparto en tales condiciones.

Criticó el informe del Ayuntamiento de Arucas que sin negar la vigencia ni la eficacia de la citada Real orden se limita a decir que el poder ejecutivo ha invadido la jurisdicción del poder legislativo.

Rebatió también la distribución que hace el Ayuntamiento entre el cupo o la cuota de contribución y la base tributaria para deducir dicha corporación que aunque no puede recargar ese cupo de contribución, no le está prohibido gravar la base tributaría, fundándose el señor RODRÍGUEZ en que prohibido el recargo sobre la contribución máxima de la riqueza, no pueden imponerse mas tributos a esa misma riqueza.

Recogió la impugnación el Sr. MELIÁN contestando en nombre de la Comisión.

Entiende que el reparto se ajusta a los artículos 136 y 138 de la Ley municipal y a la ley de sustitutivos de Consumos, en consonancia con Reales órdenes de Mayo y Diciembre de 1913 que interpretan aquellos cuerpos legales, contra cuyos preceptos no puede prevalecer una Real Orden.

Apoyó también su opinión en la vaguedad de la contestación de la dirección general de Administración local a la consulta de la Alcaldía de Arucas sobre el reparto debatido, cosa que no hubiese sucedido si tan clara estuviera la Real orden de Septiembre de 1914.

El Sr. del CASTILLO (D. Pedro) fundó su oposición al dictamen de la Comisión Permanente en la razones aducidas por el Sr. Rodríguez, agregando que los artículos citados de la ley municipal fueron derogados por las leyes de Presupuestos del 76 y del 78 y que la Real orden de Septiembre de 1915 era la posterior y derogatoria de todas las disposiciones ministeriales en la materia.

Considera muy justa la Real orden que salvaguarda los intereses de los propietarios forasteros de la capacidad de los caciques rurales árbitros de los Ayuntamientos, corporaciones estas en las que los propietarios forasteros no tienen intervención.

El Sr. RAMÍREZ manifestó que habiendo el Cabildo sentado su opinión en este asunto, al tratar de otro expediente análogo, debe estarse a lo acordado, exigiendo la aplicación de la Real orden de Septiembre puesto que está vigente y sin entrar a discutida por no ser la corporación insular cámara legislativa.

No admite las excusas alegadas por la Comisión Permanente para eximirse de dictaminar; entiende que bajar la cabeza al criterio del Cabildo o presentar la dimisión, nunca dejar de cumplir el obligatorio precepto de emitir dictamen. No puede consentir que la Comisión Permanente trate de imponerse al Cabildo.

Rectificó el Sr. MELIAN diciendo que si Cabildo debe rectificar sus errores, no insistir en ellos. Entiende que los artículos 136 y 138 de la ley municipal están en vigor por cuanto son citados como vigentes en las Reales órdenes de Mayo y Diciembre de 1913, y siendo esto asi está bien hecho el reparto de Arucas.

El Sr. del CASTILLO rectificó al Sr. Melián citando otras Reales órdenes que los dan por derogados y afirmándose en que la única Real orden vigente es la últimamente dictada, de 17 de Septiembre de 1914.

Puesto a votación el dictamen resultó empate.

Los señores González Martin y Ramírez solicitaron que se repitiera la votación, teniendo en cuenta la urgencia. Se puso a votación la declaración de urgencia, con la protesta de los señores González Martin, Ramírez, Rodríguez y Saavedra, que entendían innecesaria tal declaración, por haberse hecho constar en la convocatoria la urgencia del asunto.

De la votación resultó por diez votos contra ocho que no era urgente el asunto y, en su vista, los señores González Martin, Ramírez, Saavedra y Rodríguez abandonaron el salón».

La referencia de uno de los diputados a la “salvaguarda los intereses de los propietarios forasteros de la capacidad de los caciques rurales árbitros de los Ayuntamientos”, es directamente al nombramiento por el Ayuntamiento de Arucas de Francisco Gourié Marrero para la Junta de arbitraje.

El abandono de la sesión por los diputados insulares recogidos por la crónica periodística, sin haber adoptado un acuerdo sobre este asunto, obligó a la convocatoria de un Pleno Extraordinario en sesión vespertina ese mismo día, con ese único punto en el orden del día.

Los diputados discrepantes siguieron en su posición y no comparecieron a la sesión extraordinaria. «Ayer no pudo reunirse en sesión extraordinaria al Cabildo Insular convocado para resolver el empate de la votación sobre el reparto de Arucas, por continuar subsistente la retirada de varios señores, y ser necesaria la asistencia de algunos para dar el número».


En estos primeros años de vida del Cabildo de Gran Canaria, los debates en sus órganos de gobierno, Pleno y Comisión Permanente, de alguna manera habían sido contagiados por los hábitos políticos heredados del pasado, en gran medida debida a la fuerte presencia y dominio que el “leonino” Partido Liberal Canario imponía en la política de la isla.

Al otorgar el Reglamento Provisional de la Ley de Cabildos a esta institución la facultad de supervisión de los acuerdos municipales, la defensa de las decisiones adoptadas por sus correligionarios en ayuntamientos de las islas, sin valorar si se ajustaba o no a derecho, se convertía en  principio de supervivencia, y para alcanzar su ratificación o aprobación por el Cabildo se ponían a su disposición todo tipo de estrategias, subterfugios y habilidades para alcanzar el fin deseado, y lo encontraron en la interpretación abusiva del párrafo segundo del art. 39.

La sola presencia en los órganos de gobierno de personas que representaban a otras opciones políticas, estas eran de por sí definidas como oposición, y en cada sesión se contaban previamente los asistentes de cada cual para conocer si disponían o no de la mayoría presencial. Conocida que fuera que no se disponía de la mayoría de los votos, se recurría al subterfugio o ardid, para su calificación como “no urgente”, al objeto de que quedara sobre la mesa para otra sesión o mejor ocasión en que se dispusiera de la mayoría. O era calificada conforme al citado párrafo segundo del art. 39 para elevar el acuerdo al Pleno.

Esta práctica exacerbaba al subtitulado periódico independiente “La Provincia”, que en las primeras décadas del siglo XX presumía de tal condición, y en su edición del 19 de enero de 1915 nos daba un lujo de detalles de dichos comportamientos, de donde sostenía que la Comisión Permanente dominaba al Pleno del Cabildo.

«La Comisión Permanente ha resuelto el problema de mandar en el Cabildo, salvando las apariencias; ha convertido en lema el párrafo segundo del artículo 39 del Reglamento de Cabildos. El párrafo segundo del artículo 39, dice “La Comisión Permanente está facultada para resolver los asuntos urgentes, de trámite o escasa importancia”. Nada hay que escape a ese precepto. Todo es de urgencia, de tramitación o de escasa importancia. Y si no lo es se fabrica. La Permanente gasta también “urgencia fabricada”.

(…) Resulta, pues, siempre, que lo que no es de trámite, ni de escasa importancia, es urgente; que lo que no es urgente, es de trámite, o de escasa importancia, etc. Aquí de las combinaciones y permutaciones matemáticas.

Y si no concurre ninguna de dichas circunstancias se fabrica. En la alzada contra la aprobación del proyecto reformado de la obra del abastecimiento de aguas no concurría la urgencia, no iba a expirar ningún plazo, no había dado prisas la Delegación del Gobierno. Sin embargo, por razón de Urgencia, se acordó informar. La razón de urgencia les valió para justificar el acuerdo. Pero la razón de la urgencia, los justificantes de la urgencia, no han aparecido ni hacen falta. La Comisión Permanente consideró el asunto urgente porque sí y la urgencia quedó “fabricada”.

Con este párrafo segundo y la facultad discrecional de considerar las cosas como convenga mejor, de fabricar una de las tres condiciones que autoricen el acuerdo, no hay nada que quede fuera de la jurisdicción de la Permanente. Todo cuanto pudiera decírsele se estrella contra el apartado segundo del artículo 39. Su lema lo abarca todo. La Permanente manda el Cabildo.

Las disposiciones especiales, las excepciones de la generalidad, al revés que en todas partes, no tienen en el Cabildo mas fuerza que las reglas generales; tienen menos. Si contradicen al lema, no se aplican, porque el párrafo segundo al artículo 39 autoriza a la Comisión Permanente para resolver los asuntos urgentes, de trámite y de escasa importancia. No importa que sea una facultad privativa del pleno; encajando dentro del precepto citado que todo encaja de grado o por fuerza la Permanente lo invoca y al que chista se le lee.

El Cabildo ha quedado anulado. Ni dar un voto de censura a la Permanente puede. El sábado trataron de dárselo los diputados insulares, en un asunto que logró escapar del repetido párrafo segundo y no pudieron. La censuraron y censurada quedó por el voto de los consejeros extraños a la Comisión, pero el voto de censura no pudieron acordarlo».


Esta anómala situación, derivada del ardid “leonino” de pretender la declaración previa “de urgencia”, con la única finalidad de que fuera denegada y así condicionar su resolución, para un asunto incluido en una sesión convocada “de urgencia”, motivó el abandono del pleno y posterior incomparecencia, y tuvo distinta opinión para los periódicos.

“La Provincia” en su edición del viernes 4 de junio, recogía a modo de editorial en primera página y bajo el titular de “Lo del Cabildo” su opinión y crítica como sigue:

«En la última sesión del Cabildo insular, con motivo del empate de la votación recaída en el expediente de revisión del acuerdo del Ayuntamiento de Arúcas, ocurrieron hechos, ya publicados, que merecen comentarios.

En la convocatoria de la sesión, suscripta por el Sr. Zarate, se dice textualmente: <Se encarece la asistencia por la importancia y “urgencia” de estos asuntos se advierte que, de no poderse resolver y tratar en esta sesión, se seguirá en sesión del día siguiente inmediato.>

Además el presidente del Cabildo dirigió una carta circular a los consejeros insulares, diciéndoles: <Le suplico encarecidamente se sirva asistir a la sesión extraordinaria convocada por tratarse de “asuntos urgentes”. A la vez le ruego que procure concurrir a las dos para ver si en una sola sesión despachamos los tres particulares que responden a la convocatoria.>

Después de hacer esto, el propio presidente del Cabildo, rehuyendo el cumplimiento de sus obligaciones, propuso se declarara que “no era urgente” el asunto, y asi se acordó. La retirada de varios diputados insulares estuvo muy justificada ante la falta de seriedad de la presidencia, que debe mayores respetos a la corporación por el solo hecho de presidirla.

Lo ocurrido ha hecho incompatible con su cargo al Sr. Zarate. Pruébalo la retirada de varios diputados insulares, las dificultades que se tropezarán para reunir a la corporación. Ya se vio el miércoles.
Caricatura de León y Castillo (Fedac)

También la Comisión permanente se ha hecho incompatible con el pleno del Cabildo por divergencias de criterio en materia de Haciendas municipales, bien públicas y notorias.

No hay otra salida decorosa, políticamente hablando, que presentar la dimisión. No cabe pensar que el Cabildo esté dispuesto a tolerar esos procedimientos.

Una manifestación se lanzó en dicha sesión del Cabildo, que según referencias es exacta.

El Jefe político local, según se asegura, recorrió a gran número de diputados insulares interesándoles votaran en cierto sentido en esta cuestión de Arúcas. Mal síntoma es este.

Tratar de convertir al Cabildo en organismo político, desencajándolo de sus funciones administrativas, es matarlo, es quitarle la cantidad de prestigio que aun le quede.

No ha tardado mucho la hora de los aplausos al Sr. Massieu y Falcón por el ejercicio de la jefatura leonista. Durante el tiempo que la ejerció, respetó siempre la libertad del Cabildo insular. Nos complacemos en hacerle la justicia declarar esta verdad, que todo cuanto tiene de honrosa para él, redunda en desprestigio del nuevo tinglado leonista».

Por su parte, “Diario de Las Palmas”, en su edición del día siguiente sábado 5 de junio, en su segunda página incluye dos sueltos distintos, ambos relacionados con los acontecimientos habidos en la sesión plenaria del Cabildo.

«En algunos de nuestros colegas locales, hoy unos, y mañana otros, por si se aprobó ó no el reparto del Ayuntamiento de Arucas, y por si se declaró ó no urgente el asunto, se ha venido corriendo estos días la pólvora.

Si cuando se hacen estos manejos en la sombra, para que el público no vea que todo ello no es más que la mano de una ó dos personas que se mueve por interés político ó particular, y nunca el eco de la opinión, fuera posible descorrer la cortina, se vería la verdad de lo que decimos, y acaso se convencerían sus autores de que es cosa ya desacreditada el sistema establecido “de que le hagan la opinión”, gratis en la generalidad de los casos, y luego convertirse el autor de la farsa, en apologista de su propia obra. Cosas muy propias de almas “pueriles”!

Son éstas habilidades rurales, porque por mucho que se oculten los que la practican, siempre descubren las oreja, ó se les conoce por la voz ó por la planta... Deben variar de disco porque está muy estropeado el que vienen empleando, y hace mal efecto su vibración».

El segundo suelto, bajo el titular de “En el Cabildo”, reinterpreta a su manera como órgano de difusión del “leonismo” lo acontecido en la sesión plenaria del Cabildo, en el que incluso llega a decir que es “el déficit de su presupuesto del año anterior”, cuando lo es del presupuesto del año corriente 1915.

«Sin mayores comentarios porque no debemos hacer el juego á los que buscan ó aprovechan cualquiera coyuntura favorable á sus propósitos de disolución y exterminio, vamos á referir lo ocurrido en la última sesión del Cabildo.

Se convocó á sesión extraordinaria, entre otras cosas, para resolver ciertos recursos interpuestos contra un reparto extraordinaria del Ayuntamiento de Arucas para cubrir el déficit de su presupuesto del año anterior, y en la convocatoria se dijo que en el caso de no quedar resueltos todos los asuntos comprendidos en la misma, se celebraría otra al día siguiente.

Discutióse ampliamente, en tono solemne y levantado, el asunto principal de la convocatoria, el reparto de Arucas, y al someterlo á votación resultó empate, nueve votos en pro y nueve en contra, entre éstos el del Presidente.

Hasta ese punto nada anormal ocurrió en la reunión; pero como el Reglamento dispone que en caso de empate se repetirá la votación en la misma sesión si el asunto fuere urgente, “á juicio de la mayoría”, y si no se repetirá en la sesión inmediata, el Presidente, cumpliendo estrictamente su deber, sometió á votación el punto de si era ó no urgente el caso, ó lo que es lo mismo, si debía resolverse en la misma sesión ó diferirse para el día siguiente; y el juicio de la mayoría fué favorable al aplazamiento.

Esto dio lugar á que cuatro señores consejeros se retiraran protestando, y ha traído más tarde ciertos sueltos malévolos y hasta una insinuación, grave por parte de algún colega. La de que hubo consejero que votó como tal lo que había dirigido como abogado. Esto es lo más que se destaca en la crítica de este asunto y lo que merece, aunque no parezca verosímil, especial esclarecimiento. Lo demás, lo de si los políticos hicieron determinadas gestiones (refiriéndonos al hablar de políticos lo mismo á los afecto que á los adversarios del Ayuntamiento de Arucas) nos parece muy natural y muy debido. En eso consiste precisamente la política en que cada cual procure el triunfo de sus opiniones en la gestión de los intereses públicos.

Se puede, y aún se debe discutir, si esas opiniones son buenas ó malas; pero negar á los hombres y á los partidos políticos el derecho á trabajar por el triunfo de sus ideales en toda gestión de intereses públicos, invocando el patriotismo ó esgrimiendo la amenaza de la maledicencia ó de cualquiera otro mal, sería pretender un imposible: que las personas y los partidos políticos declaren su incapacidad, dejen de ser conscientes y directores para convertirse en ciegos instrumentos.

Esto no puede afirmarlo nadie seriamente hablando».

El martes 8 de junio, “La Provincia” en el editorial titulado “Lo del Cabildo”, comenta de la situación peligrosa en la que puede entrar la institución cuando ésta se negara a resolver una petición, en aplicación del art. 50 del Reglamento Provisional puede acudirse en recurso ante la Comisión Provincial, y lo manifiesta en relación con el asunto de los repartos de Arucas.

«Léanlos los señores presidente del Cabildo insular y jefe actual del leonismo; vean a donde se va a parar por el camino emprendido.

Recordemos lo ocurrido en la última sesión del Cabildo insular y lo que después ha pasado; fijémonos en la situación del Cabildo, relacionándola con lo preceptuado en el repetido artículo 50. Se citó a la corporación a sesión extraordinaria para tratar de asuntos urgentes; se encareció en cartas circulares a los miembros del Cabildo la necesidad de resolver con urgencia y a ser posible en una sola sesión los tres particulares de la convocatoria, lográndose reunir nada menos que a diez y nueve diputados insulares; vino el empate en la resolución sobre la revisión del acuerdo municipal de Arúcas, y el autor de todas estas citaciones, a quien los consejeros del Cabildo guardaron la deferencia de concurrir, cambió de opinión en cuanto a la urgencia del asunto, se contradijo.

Fuese por delicadeza o debiérase al temor de desafiar las iras leonistas, el hecho fué que el presidente del Cabildo, señor de Zarate, con su voto “desautorizó las circulares que llevaban su firma” —Perdónesenos la crudeza de la expresión en gracia a la claridad—. Después de esto no vemos otra solución delicada, para salvar el error, que la dimisión.

Al jefe local del leonismo, señor Bravo de Laguna, —una nota oficiosa publicada en el “Diario de Las Palmas” envuelve implícitamente la confesión de la presión política ejercida— le cabe otra grave responsabilidad en el conflicto surgido en el seno del Cabildo. El, y solo él, al hacer cuestión política un asunto en que sus huestes —demos porque le sigan— estaban divididas, al apelar a la disciplina de los “amigos” de don Fernando, tópico este que obliga muchas veces a proceder contra las propias convicciones cuando se tiene la cobardía política de someterse incondicionalmente al jefe, es el responsable político de lo ocurrido, el causante del empate. Según se dice, hubo vocal de la Permanente que colaboró o prestó su conformidad a la redacción del dictamen de Contaduría y luego, en la sesión, cediendo a determinadas imposiciones, votó a favor del Ayuntamiento de Arúcas. A no ser esto, no hubiera habido empate.

Se ha tratado de sojuzgar al Cabildo, de malearlo, —eso es política, según la nota oficiosa— y ha sobrevenido la grave excisión. ¿Esto no es política?

Y ahora ocurre que ocho diputados insulares contrarios al acuerdo del Ayuntamiento de Arúcas, se niegan a asistir a sesión para no perder la votación que tenían ganada con el voto de calidad de la presidencia. De pasar algún tiempo así el incidente se traducirá para los reclamantes en que el Cabildo desatiende su petición, no quiere resolverla, y tendrán que recurrir en queja ante la Comisión provincial.

Si esto sucediera, si los habitantes de Gran Canaria se quejaran de los Cabildos insulares y acudieran a la Comisión provincial ¿que mayor descrédito para el régimen insular? La enorme lucha de este pueblo por la conquista de su libertad y las reformas autonómicas alcanzadas, quedarían desvanecidas, destruidas por la farsa política que nos engañó; quedarían virtualmente muertos los Cabildos insulares en los que estos pueblos alimentaron sus ilusiones, entrevieron la posibilidad de obras fundamente progresivas.

De lo que pueda suceder caiga por entero la responsabilidad en los creadores de la perniciosa anormalidad actual».

Al siguiente día 9 de junio, “La Provincia” publicaba la “convocatoria” que circulaba la presidencia del Cabildo insular, que es difundida en la edición vespertina del mismo día de “Diario de Las Palmas” como “Edicto”.

«Estando pendiente la resolución reglamentaria del empate producido en la sesión extraordinaria del primero del actual, al votarse el dictamen de la Comisión Permanente sobre el reparto del Ayuntamiento de Arucas para cubrir el déficit de su presupuesto ordinario vigente, y no habiéndose podido celebrar la sesión señalada para el siguiente día por falta de numero, se convoca al Cabildo Insular a sesión extraordinaria para el Jueves, diez del corriente, y hora de las tres de la tarde, en el salón de actos públicos del Excmo. Ayuntamiento de esta ciudad, con el solo objeto de resolver el empate referido».

Con el “edicto” de la Presidencia del Cabildo, queda claro que el asunto del reparto de Arucas fue calificado como “no urgente” y pasaba a ser debatido para un nuevo pleno convocado para el día siguiente, donde suponían los “leoninos” iban a tener mayoría de votos, pero aconteció lo contrario para disgusto del alcalde de Arucas.

«Bajo la presidencia del Sr. Zarate, celebró ayer sesión extraordinaria el Cabildo Insular para resolver sobre la revisión del acuerdo del Ayuntamiento de Arúcas en el expediente de reparto municipal.

Puesto a votación el dictamen de la Comisión Permanente, favorable al acuerdo municipal de referencia, fué desechado por los votos de ¡os señores Aguilar, del Castillo (D. Pedro), González Martin, Saavedra, Ramírez, González y González, Rodríguez, Manrique y Zárate.

Votaron con la Comisión Permanente los Sres. Bethencourt Armas, Cuyas, Melián, Bertrana, Massieu (D. Nicolás y D. Antonio), y Castillo. Resuelto el objeto de la convocatoria fue levantada la sesión».

Con esta crónica, a modo de epitafio, “La Provincia” en su edición del 11 de junio daba cuenta de la misma y su resultado, que acompañaba con un suelto junto a la misma.

«Como no podía menos de suceder, la situación arbitraria promovida por el presidente del Cabildo, Sr. de Zárate, en ocasión del asunto de Arúcas, ha quedado resuelto como en justicia merecía.

No podemos tampoco dejar de aplaudir esta decisiva sustentación del orden y buen ejemplo, con lo que dejaron de alterarse las irritabilidades que nos suponían faltos de razón al señalar el peligro, actitud la nuestra de verdadero y único patriotismo. Era el solo camino a seguir el que han tomado los perturbadores, y su decisión en bien de los intereses generales, vuelve por los fueros de la razón y la justicia. Asi se hace y que sirva de lección».

Muy distinta fue la crónica de la sesión en la que no se menciona que el dictamen de la Contaduría es contrario al acuerdo del Ayuntamiento y la opinión del “Diario de Las Palmas” en su edición vespertina de ese mismo día, llegando a sostener una formada oposición a todo acuerdo del Ayuntamiento de Arucas, ignorando que el fondo de la cuestión más debatida es el continuo recursos a la utilización de la calificación o no de urgencia de un asunto, en función del interés de los “leoninos”, y que “todos” los asuntos de Arucas llegados a competencia del Cabildo lo ha sido por reclamaciones de vecinos por defectos de forma o vulneración de ley en sus acuerdos plenarios. Reproducimos primero la crónica y a continuación dicha opinión que alardea del “patriotismo histórico” de Arucas, como si ello fuera suficiente para vulnerar las leyes.

«Ayer celebró sesión extraordinaria el Cabildo insular para resolver sobre la revisión del acuerdo del Ayuntamiento de Arúcas en el expediente de reparto para cubrir el déficit de su presupuesto ordinario.

Puesto á votación el dictamen de la Comisión Permanente favorable al acuerdo del Municipio fué desechado por nueve votos contra siete. En vista del resultado de la votación quedó desechado el dictamen de la Permanente estimándose que no procede la aprobación de los repartos municipales de Arúcas».

«No queremos poner punto á la materia de esta crónica sin expresar el desagrado con que vemos la actitud hostil que desde un principio se viene observando en el Cabildo por ciertos elementos en contra de todo lo que signifique mayoría ó representación de Arúcas.

Conste que al decir esto en ninguna forma tratamos de aludir á respetabilísimos amigos nuestros que votaron en contra del dictamen de la Permanente, pues conocidas eran sus opiniones en la materia.

Lo que queremos puntualizar es, que Arúcas, su Ayuntamiento ó legítima representación, y la gran mayoría de sus electores, están huérfanos de representación directa en el Cabildo, por circunstancias que no es del caso analizar. Y debido á eso, cuantos asuntos allí se han presentado, ó han sido materia de enconada lucha, ó resueltos en contra del criterio de aquella mayoría.

Arúcas, que en lo de las carreteras y en otras muchas ocasiones, ha dado altos ejemplos de patriotismo; que por su riqueza, consecuencia y laboriosidad y por otros muchos títulos, debe ser considerada, no merece que se la trate de ese modo, y no habrá de tratársela, seguramente, cuando venga la reacción saludable y necesaria, que se impone dentro del Cabildo, para que este sea lo que realmente debe ser. Genuina representación de la voluntad de la isla».

En esa misma edición de “La Provincia”, bajo el titular de “ARUCAS, en súplica” se recordaba por el corresponsal del periódico el viejo proyecto social del asilo-hospital.

«Tiempo hace, circuló por ésta población la noticia de que el Exmo. señor D. Ramón Madan Uriondo marqués de Arúcas, tenía en proyecto la construcción en ésta de una casa asilo Hospital, cuyo coste sería exclusivamente de su cuenta.

Esta gran idea que se trataba de realizar fué acogida por todos los hijos de esta Ciudad con grandes muestras de regocijo, pues, la obra que se pensaba construir era de las más necesarias y de mayor utilidad para esta población.

¡Un Hospital! decían todos. ¡Que hermosa idea! Dios bendiga a quien tan sublime y caritativa empresa trata de llevar a cabo. El tiempo va pasando y poco a poco, se ha olvidado y va borrándose de la mente de todos ésta ilusión que se habían formado. No fué más que un proyecto, decían unos; nó, contestan otros, el Sr. Marqués es muy bueno y si él lo ha dicho la cumplirá, ¿pues que? ¿No ha demostrado ya en otras ocaciones que posee un corazón magnánimo y generoso? ¿No ha estado siempre dispuesto a contribuir para cualquier obra benéfica en todos los casos en que se le ha requerido, como el que más? No ha enjugado muchas lágrimas? Creemos seguramente que cumplirá su palabra, no solamente construyendo el Asilo Hospital si no que a su cargo estará la subsistencia y sostenimiento del mismo. Esto último lo hemos oído de labios de muchos y también lo creemos nosotros.

Hoy que la clase trabajadora de este pueblo atraviesa por una de las situaciones más críticas, y que en parte la resolvería la construcción de obras, nos decide, y así nos permitimos rogar al señor Marqués que lleve a cabo su hermosísimo y humanitario proyecto, en la seguridad de que mitigaría muchas de las penas que sufren tantos y tantos desamparados de la fortuna que por falta de trabajo, se ven obligados a cometer actos reprobados por la sociedad y castigados por el Códigos penal.

Al mismo tiempo, el beneficio que reportaría a esta ciudad la construcción de un Asilo Hospital sería incalculable, en una población de quince mil habitantes; pues parece mentira, pero, es verdad, que no existe aquí ni un local malo, donde puedan albergarse tantos pobres como pululan por estas calles implorando la caridad.

Reciente está aún la sesión del Cabildo donde acordó la implantación de una Casa de ésta naturaleza en la ciudad de Guia; determinación que ha sido aplaudida por toda la Isla, pues, el pobre necesitado bendecirá en todas las horas del día a los hombres que patrocinan y realzan tan hermosas y caritativas y sublimes obras.

Aminorar las penas del desamparado, amortiguarlas en lo posible, es una obligación que tenemos, ya que la desgracia les obliga a tener que concluir sus días en un Hospital; a esto entendemos que principalmente están llamados los mimados por la fortuna, y las personas de buenos y nobles sentimientos.

Por ello nos dirigimos al Sr. Marqués suplicándole realice su pensamiento, llevando a la ejecución tan alta y humanitaria empresa que sabrán agradecer en lo mucho que vale Dios, los corazones buenos, y todos los habitantes de esta ciudad. ¡Caridad que hermosa eres! Bendita seas, una y mil veces».

Ya avanzado junio empezaba a conocerse el programa de las fiestas patronales que había retomado la juventud aruquense a la vista de los continuados fracasos en las anteriores, pese al alto presupuesto del que dispusieron en el último año, y en ellas aparece por primera vez el copatrocinio de los comerciantes.

«Un grupo de jóvenes entusiastas nos han manifestado, que aunque  modestamente, pues, las circunstancias no están para otra cosa; que las fiestas del patrono esta ciudad San Juan Bautista estarán este año a su cargo y tratarán de darles todo el explendor posible.

Oportunamente publicaremos el programa donde según tenemos entendido, tratan de incluir varios números nuevos en esta localidad. La feria de ganados promete estar éste año expléndida, y muy animada con exposición de buenos ejemplares, superando a la de años anteriores.

Ei Comercio, que tanto se beneficia, pues la atracción de forasteros constituye uno de los mayores ingresos para el mismo, somos de parecer que está en el deber de contribuir, cooperando a dar impulso a dichas fiestas».

Con un limitado presupuesto se confeccionó un programa de fiestas al que luego se le fueron incorporando nuevos actos cuando se encontraba más apoyo económico, y aquellos que al margen del mismo se sumaron en esos días por motivos altruistas.

«DÍA 23.- A las 12 de este día las campanas del nuevo y hermoso templo anunciarán al vecindario el comienzo de las fiestas del Patrono. Se lanzarán al mismo tiempo multitud de cohetes voladores. A las nueve de la noche en la Plaza de San Juan, habrá paseo con música, y en los intermedios se quemarán bonitos y variados fuegos de artificio confeccionados por un afamado pirotécnico.

DÍA 24.- Desde las cinco de la mañana darán principio los oficios divinos. A las diez gran función religiosa en la que tocarán los aficionados del cuarteto filarmónico “Enterpe”, y predicará un notable orador sagrado. A las doce procesión del Santo Patrono que recorrerá las principales calles de la población, las cuales se hallarán engalanadas al efecto. A la una, en la casa Ayuntamiento reparto de pan a los pobres, por una Comisión del Municipio, a las tres de la tarde, carreras de bicicletas. Los victoriosos serán premiados con preciosas cintas pintadas y bordadas por distinguidas señoritas de ésta Ciudad. A las 4 y media y en la plaza de San Juan, paseo, donde tocará la banda municipal que tan acertadamente dirije nuestro amigo D. Bruno Pérez González. A las 9 de la noche gran cabalgata por el elemento joven que recorrerá con antorchas y bengalas las calles da la población. A las 11 y como fin de fiestas, bailes en las sociedades “Círculo Agrícola” y de “Trabajadores”».

Con posterioridad se añadió al programa la celebración de una gran luchada y la tradicional feria de ganado.

«A fin de dar más explendor a las fiestas con que ésta ciudad honrará a su Patrono, se ha ampliado el programa, con una gran luchada, la que se verificará el día veinticuatro a las dos de la tarde en el Teatro-Circo, en la cual, además de tomar parte afamados luchadores, tendrá lugar un desafío a cinco luchas entre los acreditados atletas Mandarrias, y el pastor de Agüimes.

Además, la feria de ganados promete estar expléndida, pues, según hemos oído, son muchos los agricultores que presentarán buenos ejemplares».

Fuera del programa y en la proximidad de las fiestas se organizó una función teatral para el domingo 20 de junio al objeto de recaudar fondos para las jóvenes huérfanas Elisa y Clara Batista.

«El Domingo por la noche, en el “Circo Teatro” tendrá lugar la que unos jóvenes aficionados tratan de celebrar con el fin de ayudar a una honrada familia que se halla en situación precaria por desgracias de la vida. En ella tomará también parte el señor don Francisco Acosta Yanes, quien pondrá en escena el precioso monologo «La huelga de los herreros».

Teniendo en cuenta lo módico del precio de la entrada y el hermoso fin a que se destina el producto, creemos y esperamos, que todo el vecindario concurrirá esa noche al acto de practicar la caridad, y enjugar en parte las lágrimas de inocentes criaturas castigadas por la fatalidad».

Pero ni siquiera la difusión del programa de festejos distraía la atención de los periódicos en cuanto a su opinión de todo lo acontecido en el Cabildo con el asunto de los repartos de Arucas. Y así, “La Provincia”, en su edición del lunes 14 de junio, publicaba dos sueltos.

El primero en réplica a la opinión vertida por el “Diario Las Palmas” el día 11, en el que remite a la renuncia a su escaño insular de Francisco Gourié Marrero por la aprobación de la desgravación del azúcar peninsular.

«Con motivo de un pequeño comentario hecho por otros, alrededor de la solución que se le dio a cierto empate muy parado, se ha querido dejar en buen lugar a determinados señores de la minoría, con perjuicio de los demás consejeros que la componen, y según nuestro leal saber y entender eso es tirar piedras al tejado.

También se dijo que Arucas estaba huérfana de representación política en el seno del Cabildo y creemos es torcer un poco la realidad, porque nos consta que tienen sus representantes, no tan influyente como otro que tuvo en tiempos, señor que todos sabemos por qué dejó de serlo. Claro que esto de las cantidades de influencia nada tiene de extraño, pero vamos, tampoco es ocasión de recordar lo que por olvidado se tiene muy sabido».

Y el segundo, bajo el interrogante titular de “¿Una dimisión?”, comenta sobre las secuelas habidas tras la resolución del asunto.

«La calma chicha aparente en el seno corporativo del Cabildo, no tiene validez ninguna. De público se dice que D. Antonio Massieu y Falcón, consejero de la insular institución, ha presentado la renuncia de su cargo con carácter irrevocable.

Fúndase la renuncia en motivos de salud, que a ello le obligan, pero la creencia generalizada discrepa un tanto de esta versión y si solo a divergencias surgidas con el asunto de Arucas lo relacionan. De lamentar sería esta revolución si se realizara.

Motivos hay, con lo sucedido días pasados, para señalar ciertamente a los causantes de la situación actual, y aún que sintamos decirlo, no tenemos noticias de que su tranquilidad está alterada por la mas ligera contrariedad.

¿Que dicen a esto dichos señores? ¿Pueden —sin una justificación airosa— salir bien parados de sus respectivos errores... algo así, poco claros?

Hay quien por su significación dentro del Cabildo debía haberse conducido mas lealmente a los intereses a él encomendados y existe quien rebazó los limites de su autoridad, confundiendo sus atribuciones, y esto que decimos, a todo el mundo se le alcanza, y a ellos, seguramente no les ha pasado desapercibido tampoco.

¿Que opinan dichos señores de la renuncia del señor Massieu y Falcón? ¿Podemos esperar que sacrifiquen su estemporánea conducta?

¿No es la única esperanza de redención moral y material la reforma independencia del Cabildo?

Otra vez tendremos que recordar el tacto y autonomía seguido y practicado por D. Felipe Massieu en este asunto, y elogios y no otra cosa merece su recuerdo».

El domingo 20 “La Provincia” publicaba un nuevo suelto donde venía a completar la información dada sobre la supuesta dimisión de Antonio Massieu y Falcón, hermano del alcalde de Las Palmas.

«Vivir para ver. Ayer circuló la noticia de que se ha logrado hacer retirar su dimisión del cargo de consejero insular a don Antonio Massieu y Falcón y que, como este señor se niega a continuar en activo dentro del Cabildo, se le presentó la fórmula, que ha aceptado, de solicitar licencia por enfermo y dimitir si persiste en su actitud pasiva más adelante, con el fin de que tal resolución no aparezca como en realidad se asegura que lo está, relacionada con las incidencias surgidas en el Cabildo con el asunto de Arucas.

No creemos que el Sr. Massieu y Falcón, en quien siempre habíamos observado seriedad política, haya desistido de la actitud que adoptó ante la situación ridícula que crearon sus amigos; pero como este es el país de las cosas raras y como el Sr. Zarate, según se afirma, exige que se aclare la situación, no tendría nada de particular que el peso muerto del atascado carro leonista haya influido poderosamente en el ánimo del consejero dimisionario».

En la antevíspera de la fiesta del patrón, no todo son alegrías, más cuando las noticias hablan de que «En Arucas hay cerca de mil trabajadores parados forzosamente. De no conseguirse que den pronto comienzo las obras públicas aprobadas, la situación va á ser muy crítica en esta Isla». Aprovechando la celebración del día del patrono San Juan, el obispo Marquina se desplazaba a Arucas para administrar el sacramento de la confirmación.

Tras el rechazo del Cabildo al reparto fiscal aprobado por el Ayuntamiento de Arucas, los últimos coletazos periodísticos sobre el asunto se comentaron por “La Provincia” el 12 de julio, que aprovechaba para desdecir muchos de los argumentos que sobre este tema mantuvo “Diario de Las Palmas” en su defensa de los “leoninos” que se enmarcaba en su condición de órgano de difusión del partido, mientras que “La Provincia” hizo honor a su mayor y pregonado atributo de “periódico independiente”.
Mitin por la división provincial (Fedac)

«En cuanto a lo de mayorías y minorías, por si no lo supiéramos, lo habríamos aprendido en “Diario de Las Palmas” Recuerde el colega sus palabras en la cuestión del reparto de Arucas: para eso son las mayorías, para gobernar; no podrían vivir de otro modo los partidos políticos. ¿No nos dió a entender “Diario”, entonces, que eso de la independencia y de la imparcialidad eran unas zarandajas? ¿A que salirse ahora con eso? Somos nosotros los que  podemos hablar así.

Nos aplica el “Diario”, por muy peregrina deducción, haber dado a entender que está prejuzgada la cuestión de la incompatibilidad. Debía de saber ya el colega que nosotros no somos órgano político ni recibimos inspiraciones de jefes más o menos ilustres. No sabemos si está prejuzgado el caso; pero es de suponer que esté juzgado en el fuero particular de cada diputado insular.

Entre los vecinos de Arucas, no todo eran estrecheces económicas, y cuando se acercaba la fiesta del Carmen, la virgen iba a lucir su nueva corona de plata. «Hemos tenido ocasión de ver una artística corona de plata guarnecida de piedras, que ha sido dedicada á la imagen de Ntra. Sra. del Carmen que se venera en la ciudad de Arúcas. La obra que es notable, acredita una vez más al artista y artífice nuestro paisano D. Casimiro Pérez Márquez á quien esta clase de obras le han dado merecido nombre. Sea enhorabuena».

Cuando la situación bélica por la Gran Guerra venía produciendo auténticos estragos entre los exportadores canarios, derivados en gran medida además por el fuerte descenso del consumo de los frutos, por las mermas derivadas de las pérdidas consecuencia de la mayor duración de las travesías marítimas para salvar el hostigamiento de los adversarios contendientes, a principios de septiembre concluían las conversaciones mantenidas por José Suárez Suárez  y su Frutera Hespérides con las consignatarios británicos, con la finalidad de obtener una rebaja en los fletes que compensara de alguna manera las mermas en destino.

«Nuestro distinguido amigo el importante exportador canario D. José Suárez Suárez, nos remite la siguiente copia de la carta que le dirige el Cónsul inglés en esta plaza:

“Las Palmas, Agosto 28 de 1915. Sr. D. José Suárez y Suárez, Cosechero y Exportador de frutos. Arucas.

Muy Sr. mío: Tengo el gusto de informarle que he recibido el siguiente telegrama que sin duda alguna es de interés general á los Exportadores:

<Como acto de gracia y en simpatía con la posición de los exportadores hemos acordado poner en vigor la devolución de la prima del 10 por 100 sj bananas. ¡Celebraríamos si hiciese comprender á los exportadores que cualquier aumento es inevitable si abusan de la tasa por bulto embarcando dobles grandes.

Unión Castle Line, Royal Mail Co., Nelson Line, Thoresjn Line>.

A mi ves le agradecería tuviese la bondad de hacer llegar el contenido de este telegrama á todos los interesados. Sin otro particular quedo de Ud., muy atto. y affmo. Q. B. S. M. Cónsul de S.M. Británica”.

Las compañías navieras que firman el anterior telegrama han realizado un acto de justicia atendiendo las reclamaciones de los Exportadores canarios, siendo este acto digno de general agradecimiento por el bien que se hace á los frutos canarios».

Desgraciadamente para José Suárez Suárez, sus alegrías por este éxito empresarial no le duraron muchos días. El viernes 10 de septiembre moría inesperadamente su hija María de los Dolores Suárez Ponce a los 16 años de edad.

El domingo 12 de septiembre, en las proximidades de las fiestas del barrio de Santidad, sus vecinos tomaron la iniciativa de celebrar el día del árbol y  plantar árboles en la plaza de dicho barrio. «Dícennos que el domingo anterior fueron plantados en la plaza del barrio La Santidad, de Arúcas, unos cien árboles de diversas especies. El acto se verificó por iniciativa de don Manuel López, con asistencia de gran número de vecinos, y con el mayor entusiasmo».

El pleno celebrado por el Ayuntamiento el viernes 8 de octubre aprobaba las vacantes ordinarias de Concejales que han debían cesar y ser sometidas a la próxima renovación conforme a la normativa municipal. Eran las siguientes:

«Primer Distrito: Don Antonio Codorniu y Rodríguez, D. Francisco Marrero Yanez.
Segundo Distrito: Don Demetrio Granado Marrero, D. Antonio Rodríguez Uribe, D, Isidro Suárez Rodríguez.
Tercer Distrito: Don Vicente Castellano Lorenzo, D. José Juan Mejías y Fernández, D. Juan Ponce Castellano».

Pero si hay algo que llama la atención del acta de dicha sesión plenaria, es la manifestación del alcalde Antonio Codorniú Rodríguez, dando la impresión que tuvo una pérdida transitoria de memoria en la justificación que entrecomillamos, más cuando el asunto fue objeto de recurso que resolvió el Cabildo con el voto de calidad de su Presidente, cuando decía:

«Seguidamente expuso la Presidencia que “por motivos que desconoce”, este Ayuntamiento ha venido componiéndose de quince Concejales en vez de diecisiete que es el número que le correspondía conforme a la población que arrojó el Censo anterior y al art. 35 de la Ley Municipal, reformado por el art. 12 del R.D. de 5 de Noviembre de 1890, estándose en el caso de subsanar aquel error determinando los Distritos que han de elegir los dos nuevos Concejales.

La Sala, en vista de lo expuesto y de lo que previenen los artículos de la Ley Orgánica aplicables al caso, y considerando que los Distritos primero y segundo son los que cuentan mayor número de habitantes, acordó por unanimidad que en la próxima renovación bienal de Ayuntamientos corresponde elegir tres concejales al primer Distrito, cuatro al segundo y tres al tercero».

Celebradas las elecciones el viernes 5 de noviembre, al presentarse igual número de candidatos que los puestos a cubrir, en aplicación del ya comentado con anterioridad art. 29 de la ley electoral, son proclamados como concejales los siguientes:

«Distrito 1."Pueblo”: Don Antonio Codorniú Rodríguez, D. Domingo Barbosa Quesada, D. Francisco Marrero Yanez.

Distrito 2."Afueras”: D. Ruperto Hernández Perera, D. Emilio de Armas Suárez, D. Manuel Rosales Batista, D. Lorenzo Marrero Medina.

Distrito 3."Goleta-Costa”: D. Rogelio Hernández Armas, D. Pedro Marrero Martín y D. Graciliano Guerra Ramos».

El lunes 6 de diciembre eran designados los vocales y suplentes de la Junta Municipal del Censo para el bienio de 1915 a 1916:

«Vocal, Don Basilio Suárez Ojeda, Concejal de mayor número de votos en elección popular; Suplente, Don Pedro Pérez y Pérez, Concejal que sigue al anterior en número de votos.

Vocal, Don Miguel Pérez y Pérez, por el concepto de ex Juez Municipal; Suplente, Don Francisco Marrero Yanez, por el mismo concepto que el anterior».

Aburridos terminaban el año los republicanos “Jóvenes turcos”, que agotados de presentarse a las elecciones y no ganarlas, ya no se presentaban, pues conocían que cuando recurrían, los recursos eran rechazados por el poder de la maquinaria “leonina” en los órganos insulares y provinciales. Ni siquiera le recordaron al “desmemoriado” alcalde Antonio Codorniú Rodríguez que ellos ya habían sustentado su recurso al mayor número de concejales precisamente avalados por la misma legislación que ahora sí reconocieron.

En este año ya estaba preparándose el futuro nuevo líder del “leonismo”: José Mesa y López. Fue elegido diputado provincial por Guía, y en septiembre aceptó el ofrecimiento que le hiciera su amigo Bernardino Ponce Martín, hijo de Rafael Ponce Armas, de ser elegido consejero del Cabildo Insular de Gran Canaria, puesto que desempañaría desde noviembre de 1915, al contar con el apoyo de Francisco Gourié y Agustín Bravo de Laguna, jefes del “leonismo” en Arucas y en Gran Canaria, respectivamente.


No hay comentarios:

Publicar un comentario