jueves, 7 de mayo de 2015

1904 El menosprecio de los políticos a otros grandes empresarios, la inauguración de la iglesia de Cardones y otras noticias

Entender de la realidad económica de Arucas a principios del siglo XX, nos aproxima a la definición del escenario de entonces y de las propias acciones o reacciones que se generaban por los individuos que componen su sociedad civil, satisfechos o no de la gobernanza de la municipalidad y de la propia representatividad que ostentaban sus regidores, en muchos casos distante de la realidad social de entonces por los efectos de las manipulaciones electorales conocidas en este tiempo como “pucherazos”.

En consecuencia, llegado este tiempo es apropiado conocer las industrias y profesiones que contribuyen en el reparto de la carga fiscal en el municipio, lo que se llamaba la Contribución Industrial, de donde hemos elaborado un primer grupo con los que superan las 100 pesetas de cuota y otro segundo desde 50 pesetas al anterior. El censo de este impuesto se completaba hasta un total de 127 contribuyentes con cuotas inferiores a los cortes seleccionados que nos pueden aproximar al escenario económico de Arucas en este año que según se decía constaba de 7.990 habitantes establecidos.
(Fedac)
El primer grupo de seleccionados puede apreciarse que está encabezado por la Fábrica Azucarera de San Pedro, la de mayor cuantía, si bien su cuota no llega a doblar la correspondientes a la sociedad colectiva que encabeza Juan Marrero Marrero en la Costa del Bañadero y a la sociedad Frutera Hespérides de José Suárez y Suárez en Cruz de Pineda, que desde la perspectiva de creación de riqueza, ambas fruteras ocuparon mucha mano de obra de jornaleros directa e indirectamente en los cultivos. Ante el cambio de ciclo agrícola la Frutera Hespérides hereda toda la actividad de la Fábrica Nª Sra. del Rosario, llevada por su cuñado Ricardo Suárez Guerra y tíos, integrando el capital de la frutera a toda la familia para gestionar todas las plantaciones de Cruz de Pineda, Parrales, Hinojal y Trapiche, además de las situadas en la Vega de Guía y Gáldar.



Desde esta perspectiva, el peso relativo que pudo tener en la economía de Arucas la Azucarera de San Pedro debió ser inferior a la suma de la sociedad colectiva de Juan Marrero Marrero y de la sociedad Frutera Hespérides, circunstancias que entonces fueron ignoradas por el “culto” que se le daba a la figura de Francisco Gourié Marrero.

Desde la élite local leonina el gran protagonismo económico fue siempre adjudicado a la Fábrica Azucarera, y sin menospreciar su peso específico en la generación de riqueza del municipio, no tiene ello porque eclipsar, antes la importante aportación de los otros siete molinos de la caña que daban salida a las distintas cosechas obtenidas en Arucas, y después la notable oferta de trabajos de ambas fruteras, cuando además sumadas contribuían con una cuota fiscal superior a la azucarera.



En el segundo grupo seleccionado, observamos que el cambio del ciclo agrícola ha motivado también la aparición de más negocios de almacenistas de guanos para las plataneras y que la mejora de las carreteras motivó los nuevos negocios para el transporte de personas y productos agrícolas.

Fuera de este segundo bloque quedan los molineros harineros, Molinos de represa con motor de agua, que pagan una cuota de 20 pesetas de los que son titulares los siguientes o sus herederos: Eusebio Díaz Marrero, Manuel Marrero Navarro, Domingo Matos, Fernando Quevedo Armas, Prudencio Rodríguez Pérez y Antonio Basilio Santana. Se aprecia la desaparición de algunos trapiches que años atrás molieron cañas y que hemos mencionado con anterioridad.
  
En el resto de contribuyentes se recogen una serie de pequeñas "industrias" censadas como Abacerías, Tiendas de Aceite y Vinagre, Tiendas de Comestibles, Bodegones y Figones, Tabernas, Arrendatarios de los Puestos de la Plaza del Mercado y Panaderos, todos sujetos al protestado Impuesto sobre el  Consumo, y otras como  Carbonerías, Casa de Huéspedes,  Veterinarios, Preparadores de cortes de zapatos, Obradores de reformas y composturas, Barberos y Relojeros. Sospechamos que algunas labores muy artesanales quedaban al pairo de la contribución.

La Contribución sobre la Riqueza, tierras y aguas, era un tributo distinto que se repartía en función de la cuota porcentual que la Comisión Provincial fijaba para cada municipio, y que cada  por el ayuntamiento distribuía proporcional al valor de los bienes censados, donde siempre se dieron muchas sutilezas y de la cual nacía el Censo Electoral de Grandes Contribuyentes. 

Habiendo sido nombrado Joaquín Santos Ecay como nuevo Gobernador Civil de la provincia, cuando realizó su gira por la isla, el 8 de enero se trasladó a Arucas en tres carruajes con "otros excursionistas" para realizar su primera visita oficial pues «había expresado vivos deseos de conocer á Arúcas de la cual población tenía conocimiento por su riqueza agrícola».

Siguiendo la costumbre ya establecida le esperó en el puente de Tenoya una comisión del Ayuntamiento que le acompañó hasta la entrada de Arucas, donde le aguardaba el protocolo y boato a semejanza del dado por el anterior alcalde, sin olvidarse de la propaganda en la prensa amiga Diario de Las Palmas, tal como lo recogió en su crónica.

«En la ciudad había muchísima animación pues no poco público se agolpaba en las calles con objeto de presenciar la entrada en la población de dicha autoridad. La banda municipal de Arúcas, ejecutó varias piezas en la plaza del Ayuntamiento y luego frente al hotel donde se sirvió el almuerzo. Poco después el señor Gobernador acompañado del Alcalde D. Pantaleón Quevedo y del secretario del Ayuntamiento D. Ezequiel Hernández, visitó la Presa del Pinto que estaba completamente llena y que le llamó grandemente la atención, así como las hermosas vistas que desde aquellas cercanías se dominan, la fábrica de San Pedro, la parroquia, el Ayuntamiento y las escuelas. Al regresar, por la tarde al Ayuntamiento se sirvió allí un refresco.

A las 4 1/2 de la tarde se hizo el regresó á las Palmas quedando muy satisfecho el Gobernador y demás acompañantes de las atenciones recibidas en aquella importante ciudad».

El alcalde accidental seguía siendo Manuel del Toro González, en su condición de primer teniente de alcalde, pero debía tener ciertos reparos a este tipo de actos a los que asistía el segundo teniente de alcalde Pantaleón Quevedo Ferrera, pues tanto en esta primera visita oficial como ocurriera en la función y procesión de las fiestas patronales del año anterior, quien las presidió fue este último. Debió producir cierta confusión interna pues algunos bandos fueron publicados en el boletín oficial, con el encabezamiento del segundo teniente de alcalde y firmados por el primero, cuestión que no terminamos de entender, pues lo preceptivo sería que mandante y firmante sean los mismos.

En relación con el gran protagonismo económico dado por la élite local leonina a la Fábrica Azucarera, a que nos hemos referido anteriormente, no es una simple conjetura y nos lo acredita el silencio dado por el “leonino” Diario de Las Palmas a la importancia que venía alcanzado la Frutera Hespérides, que entendemos era animadversión hacia la familia Suárez Guerra y sus descendientes Suárez Suárez, a quienes consideraban enemigos políticos por su posición díscola o progresista cuando fueron concejales.

Era ya conocido que en agosto pasado José Suárez Suárez «en concepto de Gerente de la Sociedad anónima Frutera Hespérides ha presentado instancia en el Gobierno civil en súplica de que se le otorgue la autorización indispensable para efectuar la construcción de unos almacenes para depósito de frutos del país destinados á la exportación, en terrenos de la zona marítimo terrestre del Puerto de Sardina, junto al muelle del mismo nombre, término municipal de Gáldar».

Rescataba así José Suárez Suárez la antigua iniciativa de su cuñado cuando iba a participar en la Azucarera de San Pedro de construir un "puertillo" en el Bañadero, aunque al estar solo en la iniciativa decide aprovechar el Puerto de Sardina para embarcar sus frutos con destino al Puerto de La Luz dadas las complejas carreteras de entonces. Pero no queda en la construcción de unos almacenes portuarias, pues a finales de enero se conocía otra importante noticia de los astilleros de San Telmo «En el mismo astillero se construye para los Sres. Suárez, de Arúcas, un pailebot de cien toneladas con destino al transporte de frutos del puerto de Sardina de Gáldar al de la Luz de esta ciudad».
Carpinteros de ribera en San Telmo (Fedac)
Si lo hacían desde el Puerto de Sardina en construcción, lo era porque el declarado de interés público en el Bañadero cuatro años atrás no se había construido, y también porque la frutera tenía muchas plantaciones en la Vega de Guía y Gáldar. Pero sí es hecho notorio e importante para la economía de Arucas que una frutera local construya un almacén portuario y adquiera una pequeña goleta para el transporte de la fruta. Tales inversiones son hitos importantes para cualquier empresa,  que hablan por sí solas del tamaño y valor de la misma, de la que debieran sentirse orgullosos los regidores del municipio. Pero no fue así, importaba más la posición política.

También hubieron otras iniciativas que estaban naciendo al margen de los políticos locales y de los influyentes poderes fácticos cuando intentaban agruparse algunos cultivadores del plátano para su mejora empresarial. En ese mismo mes de enero daba la noticia el periódico “Diario de Tenerife”, quedándose al margen el “Diario de Las Palmas”:

«En Arucas se trata de establecer una Asociación de agricultores. En una reunión celebrada allí hace pocos días quedaron ya establecidas las líneas generales de la Asociación. Esta tendrá como fines principales: Crear un laboratorio para los análisis de tierras y de abonos. Los socios tendrán grandes ventajas económicas y de preferencia de las demás personas que no sean socios. Tener personal competente para dirigir los cultivos que hay y puede haber en el país, ya se refieran á las costas, á las medianías ó á las cumbres.

La Sociedad cuidara asimismo de relacionar el perfeccionamiento ó implantación de los cultivos con el mejoramiento de las razas de animales más útiles, introduciendo las que considere más convenientes. La asociación establecerá una Escuela agrícola con los adelantos modernos. Interin esto se haga, el personal técnico enseñará á los Socios y á sus hijos en la forma que se establezca.

También se dio lectura á los Estatutos de la Sociedad que oportunamente publicaremos, y cuya aprobación está pendiente de otra reunión, que en breve se efectuará».

La información suministrada por la prensa avanzaba en un proyecto que nacería casi veinte años después, el “Sindicato Agrícola del Norte de Gran Canaria”. Por la información dada era un proyecto muy definido, en el que se habla de aplicaciones científicas a los cultivos, de economías de escalas, de distintos cultivos para las distintas altitudes o pisos de la isla desde el litoral a la cumbre, e integrando la explotación ganadera, por tanto de interés agropecuario, con formación técnica y generacional. Visto en nuestro retrovisor de hoy, una perfecta definición para los tiempos actuales. 

Cuando en el siguiente mes de febrero la Comisión Provincial da su aprobación al proyecto de la Frutera Hespérides en el Puerto de Sardina, la noticia es recogida por el periódico “Crónica de Tenerife” «El Consejo provincial ha informado el expediente instruido ante el Gobernador Civil a instancias de la exportadora de frutos "Frutera Hespérides" de Arucas solicitando autorización para construir explanadas y almacenes en el Puerto de Sardina del término municipal de Gáldar».

El diferente trato lo acreditaba el leonino “Diario de Las Palmas” hasta en el ámbito personal, pues así como en febrero daba cuenta de la boda de las hijas del diputado provincial Rafael Ponce Armas cuando recogía en sus páginas «Han contraido matrimonio en la ciudad de Arucás las Srtas. Otilia y Rosario Ponce Martín con los señores D. Domingo Barbosa Quesada y D. Julián Caubin y García, respectivamente», la boda de la hija de Ricardo Suárez Guerra celebrada a finales de enero fue difundida por el diario tinerfeño de la mañana "El Tiempo" recogiendo «Con la bella Srta. Rosario Suárez y Suárez ha contraido matrimonio en Arúcas, Don José Suárez Quesada. Les deseamos felicidades», ignorándolo la prensa grancanaria.

Si tuvo espacio y voluntad para recoger en sus páginas de mediados de abril una larga crítica encubierta a las obras de la Frutera Hespérides: «El muelle de Sardina. En estos últimos días llegan hasta nuestra redacción quejas de muchos vecinos de Gáldar contra ciertos acuerdos del rematador del muelle de Sardina que lesionan grandemente el comercio y la agricultura de aquella extensa comarca.

A pretexto de que se interrumpen las obras del muelle, el rematador ha prohibido el embarque de frutos por aquel puerto á la mayoría de los exportadores pero mientras tanto da carta blanca para que otros hagan toda clase de operaciones. Si el acuerdo fuera en absoluto, sin privilegios irritantes, comprenderíamos que había en el un fondo de sinceridad á pesar del perjuicio ocasionado, pero desde el momento en que en este asunto se pone en práctica la ley del embudo protegiéndose á la sombra de un remate intereses particulares, con perjuicio de una comarca entera, esto ya ni puede verse sin protesta ni menos debe consentirse por los que tienen el deber de ponerle eficaz remedio.

En corroboración de lo que decimos acabamos de recibir el siguiente despacho de nuestro corresponsal en Galdar:

Encargado rematador muelle Sardina sigue, impidiendo embarque frutos por este muelle, único sitio exportación. Pailebot Telémaco y Rosa marcháronse dejando carga de frutos. Gran perjuicio al comercio y á la agricultura. Público excitado protesta contra esta medida que tantos intereses lesiona.—Corresponsal.

Comprendemos nosotros que el rematador del muelle ponga limitaciones para que no se interrumpan las obras del puerto, pero nunca se deben extremar estas medidas por que los resultados tienen que ser contraproducentes. Trate el rematador de aunar todos los intereses, y no convertirse consciente ó inconscientemente, que esto no lo sabemos, en protector de intereses particulares concediendo á unos lo que le niega á otros, y entonces se captará el aprecio y la consideración de todos.

De lo contrario sembrará vientos para recoger tempestades. Nosotros confiamos en que el ingeniero de Obras Públicas del Distrito á quien incumba conocer de este asunto adoptar las medidas necesarias para que se proceda con justicia, y sin perjudicar los intereses del rematador, se amparen también los cuantiosos de aquellos exportadores que no tienen otro sitio para dar salida sus frutos sino el muelle de Sardina en construcción. Insistiremos si fuere preciso».

En este mes de abril en que murió la reina madre Isabel II, se tienen las más antiguas referencias del llamado Teatro Nuevo en la calle Juan de Dios Martin, cuando posiblemente Rodolfo Martín Rodríguez-Barbosa, hijo de Juan de Dios Martín Jiménez Águilar, entonces Depositario del Ayuntamiento y casado con Basilia Reyes Armas, concuño del Secretario Municipal Ezequiel Hernández Rojas quien estaba casado con la cuñada del Depositario, Catalina Reyes Armas. Tenemos diferentes indicios de que fuera uno de los promotores de aquel grupo que presentaron el proyecto de construir un teatro-circo totalmente de hierro, cuya noticia era dada en un suelto por el periódico “La Opinión de Tenerife” «Los vecinos de Arúcas han enviado al extranjero los planos de un teatro circo que piensan construir en aquella ciudad. El edificio será todo de hierro».

Por el lugar de procedencia de la noticia y el sistema de construcción, creemos que pudo tratarse de un primer proyecto diseñado por el ingeniero militar José Ángel Rodrigo-Vallabriga Brito, residente en aquella isla, quien diseñó más tarde un proyecto de iguales características para la construcción del nuevo templo de la Iglesia de Arucas, por encargo del entonces presidente de la Junta de Construcción el Capitán de Milicias Rafael Ponce Armas, casado con una tía paterna del Depositario Municipal, y quien facilitó el solar donde se unen las calles Pedro Marichal y Juan de Dios Martín, y donde confluye la entonces calle Muñoz, hoy calle Marqueses de Arucas.

No debe llevarnos a engaño la expresión utilizada de "teatro-circo" habitual para aquella época, dado que el primero que fue así conocido era el Teatro-Circo de la calle de san Juan, que por este tiempo fue llamado también Teatro-Circo-Gallera. Más tarde sería conocido por Teatro Cine y cuando comenzaron las funciones en el Teatro Nuevo de la calle Juan de Dios Martín, antes de su terminación, empezó a conocerse como Teatro Cine Viejo o Cine Viejo.

Precisamente en este año ya se celebraban riñas en el Teatro Circo habilitado como gallera, tiempos en que Arucas ya empezaba a ser conocida como lugar de destino de los jóvenes y solteros de la isla que querían conquistar pareja después de un empolvado desplazamiento en diligencias. Las riñas de gallos y las jóvenes motivaron a muchos su venida a Arucas, y en ello en una crónica de gallos de abril, firmada por Santiago Íbero, descubrimos el atractivo -algo "machista" para los comportamientos sociales actuales-, "colándose" al leonino “Diario de Las Palmas” dentro de la noticia una dura crítica a los correligionarios políticos en un desapercibido cuarto párrafo, para lo cual eran muy vigilantes como órgano de difusión del partido. Algo extenso nos descubre los ambientes de un día festivo de este año y nos dice de la "quietud" en la que han caído los concejales, bien por su accidentalidad en el cargo o por el hastío que llega a producir un sultanato.

«Con motivo de las riñas de gallos que dominicalmente que tienen lugar en el Circo» de Arúcas, es grande la afluencia de forasteros á la antes villa y hoy ciudad, por obra y gracia de la generosidad extrema del gobierno nacional. Merecido es el título no solo por su riqueza agrícola, comprendida en una extensa y hermosa vega, su industria y comercio y sus acentuales progresos, sino que también por sus simpáticas hijas, cuyos encantos se hacen lenguas cuantos la citada población visitan.
Riñas en el Circo Cuyás de Las Palmas donde competían los partidos de Arucas (Fedac)
Las tardes de los domingos por ser día festivo y por el extraordinario movimiento  de viajeros, Arúcas presenta un animado y brillante espectáculo al que dan luz y colorido las lindas descendientes de Eva que ya adornando los balcones o imprimiendo vida á las calles ofrecen á la admiración del transeunte.

Cierto que hay mucha afición al sport gallístico; pero indudablemente no se soportarían las molestias de una expedición de 17 kilómetros por una carretera verdaderamente imposible, de no contarse con la sugeción que ejercen las bellas aruqueñas, cuyos atractivos son acicate poderoso que el deseo aviva de emprender de nuevo la caminata, olvido haciendo de los abrojos de que está sembrado el trayecto. Juzgando á los demás por lo que yo siento, creo de buena fe que los gallos son un pretexto para justificar las periódicas visitas. Lo que allí lleva, lo que atrae es el sexo débil; y testimonio de ello, la impaciencia que domina al fuerte durante las riñas, la precipitación con que abandona el "Circo" apenas aquellas terminadas y el placer con que recorre luego las vías públicas, estaciones realizando en todas las esquinas.

No sirve de estímulo en esas excursiones callejeras la curiosidad por contemplar adelantos materiales, obras de importancia, reformas trascendentales, por que, perdóneme el Muy Ilustre Ayuntamiento de Arúcas le diga, que no está el pueblo á la altura de su riqueza y bienestar; algo más se espera encontrar allí; algo más que revele entusiasmo local y ponga á la vez de manifiesto los grandes recursos de que dispone el Municipio más desahogado de la provincia en el terreno económico. No existe abandono, pero si indiferencia; y esta no se aviene con las aspiraciones de los que ansían ocupar el elevado puesto que de hecho y derecho les corresponde entre los pueblos del archipiélago.

¿A qué obedece, pues, el jubileo? Al afán de recrear los ojos en las esbeltas aruqueña?, que unen á su valer cortesía excesiva que las hace resistir el asedio de que son objeto, —asedio impertinente aunque los caracteres tenga de homenaje,— sin enojos, serenas y risueñas con esa serenidad y esa sonrisa con que la ciencia, el arte y la hermosura corresponden á las protestas de vasallaje que producen.

La libertad de los solteros que van á Arúcas peligra, aunque se cubran con la coraza que sirvió á San Antonio para defenderse de las tentaciones. El más recalcitrante cede. Y ahí está para no dejarme por impostor un amigo mío, distanciado en absoluto de las mujeres por hondas diferencias, que acaba de solicitar una plaza de guindilla de Árúcas, para tener el derecho de pasarse los días y las noches contemplando una estrella que se destaca en el esplendente cielo de la industriosa ciudad».

Después de la crónica social dada sobre el acontecer en las tardes de los domingos, donde sí parece que hay "entusiasmo local" es en las solicitudes de autorizaciones al Gobernador Civil para la perforación de pozos junto a los cauces de los barranco, pues de aguas corrientes pocas hay y todas son ya subálveas. En este caso la autorización se pide para el barranco de Bañaderos, más conocido como barranco de los Palmitos aguas arriba «Por la misma Dirección general (de Obras públicas) se señala las condiciones en que podrá otorgarse á D. Eugenio Quevedo Castellano, la concesión de aguas que tiene solicitada en el barranco de los Bañaderos, de Arucas».

De alguna forma acertó el articulista del "sport gallístico" en relación con la manifiesta "indiferencia de los concejales", pues a finales de abril se celebró una importante reunión de vecinos de la que nos cuenta el tercer cronista en sus artículos «...tuvo lugar una reunión de las "fuerzas vivas" aruquenses para conocer el proyecto de alumbrado de la ya ciudad de Arucas confeccionado por el Ingeniero militar don José Claudio, pero no se consiguió nada definitivo, aunque logro que en aquella ocasión lucieran, alumbrados del tal naturaleza, la calle de León y Castillo y la Plaza de San Juan, suministrado por la fábrica de San Pedro, en las fiestas patronales», que entendemos fue una petición que se le hizo por los reunidos a Francisco Gourié Marrero, dado que aquel alumbrado que anunció el fallecido alcalde Pedro Marichal Álvarez, le acompañó al cementerio.

Se escondía bien la "indiferencia municipal" no dando seña alguna el “Diario de Las Palmas”; la única pequeña noticia sobe la reunión publicada por “La Opinión” de Tenerife en su edición del 27 de abril, en un pequeño suelto «En la Villa de Arúcas se está estudiando con gran actividad la instalación del alumbrado eléctrico».

(rosagrancanaria-blogspot-com)
Si iban a estar prestos para publicar aquellas en las que resultaría favorecida la imagen de un leonino importante. Cuando se acercaba la fecha de san Isidro, el “Diario de Las Palmas” anticipó el acontecimiento: «El domingo se inaugurará la nueva iglesia del pago de Arúcas, Montaña Cardones. El sábado será bendecida por el Excmo. Sr. Obispo de Canarias.

Con este motivo habrá fuegos artificiales, música y feria de ganados en aquel importante caserío. En la función religiosa del 15 predicará el distinguido orador sagrado M. I. Arcipreste dé Canarias, Doctor López Martin, que también lo hizo el día que se colocó la primera piedra de dicha ermita. Después de la misa será sacada en procesión la imagen de San Isidro, bajo cuya advocación se ha puesto la iglesia».

El recuerdo que se hace de la primera piedra de dicha ermita nos permite recordar algo de su historia vinculada a la iniciativa de Rafael Ponce Armas, considerado el "Jefe" del leonino Partido Liberal Canario, quien además era Administrador de los aristocráticos Manrique de Lara, velando por sus  propiedades Arucas y Agaete, perteneciendo por tanto a la facción agustina del partido con buena proximidad a Agustín Manrique de Lara y Manrique de Lara, si bien las propiedades de Arucas y Agaete figuraban a nombre de la hermanas Luisa y Sebastiana, respectivamente.

Son precisamente las hermanas Luisa y Sebastiana Manrique de Lara las que donan el solar de la nueva ermita de San Isidro en Montaña de Cardones, quienes dieron órdenes de entregarlo al Capitán retirado Rafael Ponce Armas, realizando las gestiones a tal fin con el entonces párroco Manuel Morales para realizar su escritura notarial.

Cuenta el tercer cronista que con la ubicación de la ermita hubo opiniones disidentes «...no faltaron personas que metieron cizaña en dicho pago malquistando los vecinos los unos con los otros, y discutiendo sobre qué sitio sería el más conveniente para fabricar la ermita, y con tales discusiones pasaron cuatro años, hasta que vencidas estas rencillas se construyó la capilla ó ermita referida».

En la demora por esas discordias murió el párroco Manuel Morales Caballero, y el domingo 8 de agosto de 1897 se puso la primera piedra de la ermita de Cardones, cuya bendición realizó el Canónigo Arcipreste de la Catedral de Canarias José López Martín, acompañándole el nuevo párroco de Arucas Francisco Cárdenes, el coadjutor Leopoldo Gil Navarro y el presbítero Juan Francisco González.

A principios de junio se conoce que la Junta de Agricultura, Industria y Comercio ha informado favorablemente el expediente para la construcción de la segunda presa de la Heredad de Aguas de Arucas y Firgas, en la misma cuenca del barranco del Pinto. A los pocos días el “Diario de Las Palmas” inventaba la noticia de que «Dentro de poco, quizá en este mismo año, será un hecho la instalación del alumbrado eléctrico en la ciudad de Arúcas y en el pueblo de San Mateo. La energía la producirá saltos de agua que existen en aquellas localidades», falsa noticia de la que se hacen eco otros periódicos de las islas, cuando lo único que se alcanzó fue iluminar con algunos farolillos de la plaza de san Juan durante las fiestas patronales con el tendido de un cable que se hizo desde la Fábrica de Azúcares.

A los pocos días, sin corregir la noticia anterior, el “Diario de Las Palmas” comenta de la rivalidad entre Telde y Arucas en la celebración de sus fiestas patronales, que llega al extremo de competir por el alumbrado público con que ambas se dotan de forma especial por tendidos desde las fábricas azucareras. «En Arúcas, luz eléctrica en paseo y verbena, bailes, feria, gigantones y corridas de cintas que han pintado artistas y señoritas, luchada y otros festejos que llevarán gran número de forasteros a la industriosa y rica ciudad. Telde prepara también verbenas, iluminará con luces eléctricas su alameda, celebrará ferias, funciones religiosas tendrá gigantones, cabalgata y bailes. Y á mayor abundamiento, tropas y tres bandas de música: la suya y las de los regimientos de Valencia y de Sicilia».

La comisión de festejos estuvo formada por los jóvenes Juan Hernández, Manuel Lorenzo y José Grau, participando en ellas también Fernando Castro y  José Martin, quienes organizaron «una verbena en las calles de San Juan y Muñoz iluminada á la veneciana y con luces eléctricas».

Entre otros forasteros que vinieron a Arucas por esas fiestas debió estar el escritor José Batllori Lorenzo, quien después de la fiesta publicaba un elogioso artículo en el “Diario de Las Palmas” bajo el destacado titular de "La Montaña de Mádan", que debió incomodar algún que otro terrateniente de Arucas, pues enumera sus mejores atributos alguien que dice conocerlo sólo de  vista, al tiempo que nos describe el paisaje de las vegas de Arucas con los cultivos de entonces, así como sus gentes trabajadoras, de cuyo extenso texto no reproducimos su pensamiento generalista que es común a toda la isla.

«Ha sido el propietario de las dilatadas vegas que forman a los pies de la industriosa ciudad de Arúcas un inmenso tapiz de verdura, el único, tal vez, que contra la idea de desvastación y destrucción del arbolado ha opuesto la bienhechora y patriótica de protegerlo y fomentarlo.

(...)  El ejemplo que con sus obras dá Don Ramón Mádan, debe imitarse en esta tierra donde la rutina y la indiferencia nos consume. La riqueza de sus propiedades aumenta en sus manos, se acrecienta, se mejora. Lo ha conseguido su espíritu emprendedor, su dirección acertadísima, la importancia de los trabajos que realiza de continuo. Así deben de ser los grandes propietarios, libres de recelos y rutinas que llevan consigo el atrazo y la inutilidad solo por el temor de mermar una riqueza que en manos de quien esté animado de ideas prácticas y emprendedoras, aumentaría considerablemente.

El egoísmo y tacañería de algunos de instinto rutinario, que no exponen un céntimo, que no gastan un céntimo en mejorar sus propiedades, les lleva al atrazo y á la ruina quizás. Mientras el señor Mádan emprende obras, abre carreteras, paga un ejército de operarios que sostienen á centenares de personas pobres, rotura terrenos incultos y los convierta en productivas fincas, construye grandes depósitos donde estancar las aguas, traza riegos, etc, etc, ve como la riqueza aumenta de año en año y las obras realizadas le duplican los capitales en ellas invertidos. Y eso es lo útil, lo práctico. A D. Ramón Mádan se le puede llamar el primer labrador de Gran Canaria, el más entusiasta por la agricultura, y esta cualidad sería digna de toda admiración y elogio si otras tan apreciables aquél no tuviera, cual, es su cultura, su afición al arte, por cuyas obras, en reunir las más valiosas, las más hermosas, ha gastado sabiéndola gastar, una verdadera fortuna.

La cualidad que admiro con entusiasmo y me ha impulsado á hacer este articulo en elogio de este señor, al cual, para que se sepa la sinceridad y desinterés de lo escrito, solo de vista conosco, es su amor al árbol, la protección decidida que le presta, su obra que á más de patriótica y culta, —sépanlo bien los enemigos del arbolado— es tan práctica y utilisima de conservarlos y propagarlos plantándolos dondequiera que hermoseen y puedan arraigar.
Detalle de fotografía antigua de la montaña con los eucaliptos (Fedac)

D. Ramón Mádan ha realizado en la Montaña de Arúcas lo que parecería un sueño, una quimera. Dentro de muy pocos años, aquel monte cónico, escarpado y feo que se alza sobre el apiñado caserío de Arúcas dominando el mar de verdura que se desborda hasta el otro mar, estará también cubierto de verdor, semejará un fantástico monte da esmeralda. Los miles de eucaliptus verdean ya sobre las áridas faldas y bien pronto, abriendo sus ramas y entre lazándolas cubrirán todo el monte. El mar de verdura que se desborda hasta el mar azul, bajara entonces desde la cima de la montaña de Arúcas, que yo he llamado de Mádan. Es el nombre que debiera tener. ¡Qué ejemplos que imitar, si se imitaran!».

Puede que la lectura de este artículo entre el “poder fáctico” de Arucas despertara algún dormido sentimiento patriótico, que el 22 de julio el cercano periódico “Diario de Las Palmas” recogía que «Agítase de nuevo en la ciudad de Arúcas la ¡dea de construir un nuevo templo parroquial para lo cual se cuenta con el concurso de las sociedades y mayores contribuyentes». En este nuevo intento continuaba presidiendo la Junta de Construcción del Nuevo Templo Rafael Ponce Armas.

La construcción del nuevo templo había caído en el olvido desde cuando era párroco Manuel Morales Caballero y el 22 de mayo de 1889, Francisco Hernández Armas como heredero del presbítero Pedro Regalado Hernández, le hiciera entrega de la recaudación que su hermano tenía su poder, cantidades e inversiones que le habían sido entregadas por el médico del Carril Manuel González González. En la certificación expedida el párroco manifestó de su puño y letra «Que la dicha cantidad, y otras de distinto origen, destinadas á la construcción de la expresada iglesia parroquial, ha dispuesto el Excmo. é Ilmo. Señor Obispo de esta Diócesis, Dr. Dn. José Pozuelo y Herrero, que se reunan y esté á disposición del infrascrito Cura Ecónomo, para invertirlas en la reparación de la casa parroquial de esta Villa, por ser por de pronto imposible la construcción de la iglesia, ...»  

El gran negocio del agua había despertado el interés de muchos por perforar pozos subálveos ante la carencia de aguas corrientes superficiales, y no puede pasar desapercibido para el presidente de la Heredad de Aguas Pedro Castellano Ponce, quien promueve la adopción de un acuerdo importante que motivó pleitos jurídicos con algunos herederos, cuando en nombre de la Heredad solicita en el mes de agosto «autorización para alumbrar aguas subálveas, en los barrancos de "Basconderos" (Valsendero) y de la Virgen en cinco zonas que comprenden una extensión de 5200 metros entre el barranquillo de la "Hoya de la Cueva alta" y cien metros aguas abajo de los "Nacientes de la agua agria", del término municipal de Valleseco en Gran Canaria». Esta decisión supone anteponer los intereses comunes de la Heredad a los privados de herederos compraron tierras desamortizadas en el barranco de la Virgen.
Panorámica de Valsendero (Heredad de Aguas de Arucas y Firgas)

A mitad de año asume la alcaldía Pantaleón Quevedo Ferrera al que acompañan como concejales los siguientes Domingo Barbosa Quesada, Antonio Castellano Pérez, Sinforoso Ferrera Batista, Demetrio Granado Marrero, Carlos Medina Batista, Gumersindo Quevedo Martin y Antonio Quintana Medina; continúan en su cargo los elegidos en 1901: Martin Afonso González, Mario Benavides Ponce, Miguel Castellano Lorenzo, Antonio Guerra Navarro, Salvador Hernandez González, Francisco Hernández Marrero y Francisco Pérez Marrero. Aunque no podemos concretar si fueron elegidos o nombrados por el Gobernador Civil, si apreciamos que en unos y otros se repiten las personas que rigen la política local, de donde se proyecta continuidad en la indiferencia por los asuntos del común.

Además de esta carrera por los derechos de las aguas subterráneas de los cauces de los barrancos, se iniciaba la carrera por el "prestigio social", unos ambicionaban un nuevo templo parroquial para mayor distinción de la ciudad monumental, otros proponiendo actuaciones más cerca y más necesarias para los vecinos más hostigados por sus carencias. En esos primeros días de agosto el también escritor Francisco González Díaz, primo hermano de la mujer de Ramón Mádan Uriondo, después del acierto obtenido con el arbolado de la montaña, hace un llamamiento público en el “Diario de Las Palmas” en favor de "Un Asilo en Arucas", en un par de columnas en primera plana llenas de humanidad donde nos describe una Arucas que no salía en los periódicos y era ocultada como la mayor vergüenza:

«Arúcas que es el pueblo rico y trabajador por excelencia en nuestra isla quiere ser además un pueblo caritativo. No sólo quiere serlo, sino que lo es: en el seno de su riqueza creciente, las necesidades de la clase desvalida van mitigándose, amenguándose, desvaneciéndose, hasta trocar al fin en sonrisa plácida el gesto violento ó la mueca dolorosa que caracterizaba su expresión.

Pero aunque exigua, sí con la de otros pueblos se la parangona, y mejor amparada y más escondida, hay en Arúcas miseria. Hay la miseria universal, irremediable, cuyas manifestaciones encontraremos donde quiera el dolor humano también irremediable y también universal grita su drama y gime su elegía. Hay la miseria derivada fatalmente del curso agitado del vivir, engendrada por las condiciones penosas de la existencia en los seres que luchan sin vencer y se agotan sin gozar; gentes inútiles para toda faena, por naturaleza ó por accidente fortuito, enfermos sin recursos, niños á quienes sus madres tienen que abandonar mientras se ganan, con afanes y sudores, el sustento diario. ¿Podía Arúcas dejar de tener su parte en esta herencia de la humanidad cuyo peso mal distribuido insiste en unos puntos mucho más que en otros, pero en todos se siente y se deplora?

Lo que no ha hecho Arúcas hasta el día de hoy es tratar de aliviarlo eficazmente tal olvido le atosiga ya cómo un remordimiento y por repararlo algunos de sus mejores hijos, hombres adinerados, influyentes y piadosos están dispuestos, según me aseguran, á abrir su bolsa. ¡Hermoso arranque, digno de lo que, sólo con repetir las buenas corazonadas y los rasgos de generosidad oportuna lograrían convertir el desierto en vergel, la desesperación en beatitud, la pena en alegría!.

En Arúcas se ha iniciado la idea de fundar un Hospital-Asilo para remedio de desamparados, albergue de inválidos, asistencia de enfermos indigentes y protección de niños que, apenas salidos de la cuna, se ven privados de las solicitudes maternas. Trátase de hacer una invitación á la misericordia para que cumpla sus obras profesionales. Trátase de llamar á las arcas donde la laboriosidad productiva ha amontonado el oro, y encauzarlo en pequeñísimas corrientes hacia el campo obscuro, estéril y triste que riega el llanto de la desgracia. Con esas desviaciones pequeñas del caudal colectivo, cada día más grueso y más alto, se sembrará y se recogerá mucho bien, así como el agua desatada en mil raudales hace prosperar la hermosa vega aruquense. Y del propio modo que el agua, empleada en explotaciones agrícolas, rinde enormes ganancias el dinero empleado en obras benéficas produce á un pueblo en honra y en beneficio ciento por uno.

Esos desheredados á quienes se auxilia, son elementos sociales que pueden regenerarse y de embarazosos convertirse en gentiles, si acaso no son por completo intransformables, y entonces, de todos modos, al asilarlos, se retira un peso muerto. Esos inválidos, que hallan refugio para su decrepitud  ó su infirmeza, son un testimonio de los sentimientos filantrópicos que enaltecen á una colectividad civilizada. Esos enfermos pobres que encuentran asistencia cariñosa, son pregoneros de la misma virtud social, y serán, si se curan, buenos braceros, trabajadores fuertes, cooperadores á la labor común. Esos pequeñuelos recogidos y atendidos en el asilo mientras sus madres, por fuerza, los abandonan para cumplir faenas rudas, se salvan de caer en los vicios y de perderse en la holganza nociva y corruptora cuándo más tarde se resuelva su destino. Así que, en conclusión, socialmente considerados, los establecimientos caritativos constituyen un magnífico "negocio".

Negocio de muy otro género que aquéllos que explota la industriosa Arúcas; pero negocio al fin, noble, remunerador del mundo alabado y de Dios protegido. Emprenderlo será añadir una bella divisa al escudo de Arúcas donde tan altos títulos campean y bendecir el enlace santo del Trabajo con la Caridad. ¡Áruqueños, ya que sois trabajadores, sed caritativos!».

Hermoso documento que no puede pasar desapercibido en nuestra historia escrita, cuya literatura creemos no sea sólo el producto de la buena pluma e imaginación de un escritor; es un retrato real de la contemplación de la vida misma,  la visibilidad de los invisibles de siempre, de los que parecen no existir, más importantes que imágenes en un altar, quienes además no disponen del mínimo techo donde guarecerse de la temperie. Por no darle prioridad a los temas que verdaderamente importaban a una comunidad de vecinos, algunos se apartarán de los faraónicos proyectos monumentales que sólo premiarán la apariencia humana.

En la primera semana de septiembre es conocida la noticia que la autoridad gubernativa aprobó los reglamentos a la Sociedad de Trabajadores en Arucas con fines de instrucción y recreo, que entendemos pueda tratarse de la fundada por el tinerfeño Constancio Fuentes González, que treinta y dos años después modificaría su denominación para quedarse en Sociedad Atlántida, que establecería su sede en la conocida como "Casa de los Miedos" en la calle Nueva (Hoy calle Antonio González), por los extraños ruidos que allí se oían y según parece se debían a un tubo volcánico del subsuelo.

A finales de septiembre se produce posiblemente la primera noticia que se tiene en Arucas de una denuncia por derechos labores, cuando un dependiente alega incumplimiento del descanso dominical en el comercio donde trabaja. El primer domingo de octubre se produce la visita del delegado del gobierno en la isla, que en opinión del periódico “La Defensa”, lo fue para «formar opinión sobre las denuncias hechas por incumplimiento del Descanso dominical; que celebróse una reunión á la cual asistieron comerciantes y dependientes, conviniendo éstos, por mayoría, en el cierre de los establecimientos».

La versión del periódico “Diario de Las Palmas”, es algo distinta «La visita de la autoridad gubernativa á dicha ciudad no tuvo otro objeto que investigar si en las primeras horas del Domingo es tradicional allí la celebración de feria y mercado, toda vez que esto lo han negado seis dependientes de comercio de Arúcas, y nadie más que aquellos señores.

Al llegar la autoridad gubernativa á Arúcas y conociendo el nombre del dependiente de comercio que había dado la denuncia, le llamó y le hizo presente que dentro de dos horas tendría lugar en el Ayuntamiento una reunión magna de vecinos de todas clases sociales para abrir una investigación, pudiendo él asistir con las demás personas que sostuvieron que en Arúcas no había feria ni mercado.

Entre 12 y una reuniéronse en el Ayuntamiento unas 250 ó 300 personas, muchas de edad avanzada, sosteniendo todas que era público y notorio que desde tiempo inmemorial se verificaban en Arúcas, y en las primeras horas de la mañana del domingo, feria y mercado, haciéndose importantes transacciones comerciales. De esta rotunda afirmación del pueblo de Arúcas se separaron solo seis personas, esto es, los seis dependientes de comercio que sostienen lo contrario».

Son tan distintas las versiones como distintos son los intereses de ambos órganos de difusión de los partidos, el primero antes patriótico y ahora localista y el segundo leonino, de donde se hace difícil conocer la realidad de lo acontecido, máxime cuando no hay otra referencia documental sobre el incidente. Siempre el diario de la mañana “La Defensa” fue el órgano de difusión de los disidentes leoninos, bajo las distintas marcas que utilizaron para presentarse a las elecciones.

Al inicio de la segunda mitad de ese mes de octubre, muere Domingo Marrero Guerra que había luchado por mantener en pie su trapiche de caña en el Bañadero sufriendo las iras y continuas denuncias de la familia Del Toro, quienes aprovecharon su posición de privilegio en el ayuntamiento para no legalizar la chimenea de su fábrica. De su fallecimiento se hicieron eco varios periódicos de las islas pues se hizo famoso por su resistencia frente a los abusos del poder local.

En el mes de noviembre el “Diario de Las Palmas” avanza una noticia más concreta sobre el nuevo teatro circo «En Arucas reina gran entusiasmo por la construcción de un teatro-circo. Ya se han empezado á recaudar importantes cantidades, creyéndose que el año próximo empezarán las obras». Eran los primeros impulsos al embrión de la Sociedad de Cultura y Progreso cuyo principal promotor fue el depositario municipal Rodolfo Martín Rodríguez-Barbosa con los apoyos de los leoninos de la época. La sociedad estuvo inspirada en el formato del viejo Liceo ampliando su objeto social para ofrecer espectáculos teatrales y de circo, música, soñando con incorporar el revolucionario cinematógrafo, con acceso a los socios y al público en general que permitiera la obtención de ingresos a la sociedad que posibilitara su sostenimiento y trasladara alguna tipo de renta a los socios inversores.

En esa corriente cultural, por aquellos días ya se apostaba con la posibilidad de que la compañía de zarzuela que actuaba en Las Palmas se desplazara a Arucas para dar algunas funciones, noticia que fue avanzada por el periódico tinerfeño “La Opinión” ante el posible retraso de su llegada a dicha isla. «Es probable que la compañía de zarzuela Bonoris Duval, dé algunas representaciones en la Villa de Arúcas, cuando termine su temporada en Las Palmas y antes de venir aquí. Así por lo menos lo dicen algunos colegas de aquella ciudad». Fueron muchos los ofrecimientos y garantías que se hicieron desde Arucas a la compañía de zarzuelas, pero al final no aceptaron y siguieron actuando en el Pérez Galdós.

Los agricultores que iniciaron el cambio de ciclo con la plantación de plataneras, sufrían el problema del transporte del fruto al Puerto de La Luz. Tenían que colocar los racimos en huacales confeccionados artesanalmente con tablas y contratar carromatos tirados por mulas para llegar hasta el puerto a través de unas carreteras de tierra apisonada. De aquel viejo proyecto de ferrocarril que se había hablado tres años atrás, se tenían las nuevas noticias del Diario de Las Palmas en su edición del 23 de noviembre.

«Hemos oido decir que una compañía extrangera trata de adquirir la concesión del proyecto de un tranvía eléctrico que algunos señores gestionan, al norte de esta isla, desde el Puerto de Las Palmas al de Sardina, pasando por Arúcas, Bañaderos, Guía, Gáldar con ramal de esta última ciudad á Agaete.

Parece que después de establecido el tranvía tratase de poner un servicio de pequeños vapores entre dicho puerto de Sardina y Santa Cruz, los dos más cercanos de Gran Canaria y Tenerife. De realizarse este proyecto una persona se pondría desde Las Palmas al puerto de Sardina en una hora ú hora y media y en dos desde Sardina á Santa Cruz. Las facilidades que esto prestaría; la importancia que daría á todos los pueblos del Norte de Gran Canaria y el adelanto del comercio sería muy grande. Los beneficios que con obra tan necesaria obtendría el país y la compañía que la explotara habrían de ser de alguna importancia».

El negocio de la venta de agua iba a más según los comentarios que se hacían en la Alameda de la capital, comentarios tan favorables que animaban a muchos a invertir, que motivaban solicitudes de perforación de pozos en el subsuelo de los barrancos de tal manera que ya comenzaban a generar competencia en la captación, como era el caso de esta próxima a la obtenida por Ramón Mádan Uriondo donde es concedida otra por la Comisión de Obras Públicas a una sociedad de inversores «También se ha devuelto a aquel Centro con igual fin, el proyecto y expediente promovido por D. Juan Rodríguez Suárez a nombre de la sociedad "Liga de Propietarios y Comerciantes de Las Palmas", para alumbrar aguas subvalveas en el barranco de San Andrés, término municipal de Arucas». Todos querían obtener buenos beneficios del gran "porrón" descubierto en el subsuelo de los cauces de los barrancos de la Costa de Lairaga. Era suelo público gratuito, fácil de obtener la autorización si se tenía a un amigo en la Comisión Provincial, y a muy pocos metros de profundidad se encontraban las aguas subálveas retenidas por el vaso que conformaba la costa marina esperando ser bombeadas.

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