domingo, 26 de abril de 2015

1898 La exaltación patriótica por la guerra de Cuba y el acuartelamiento de los reservistas en Arucas

La recuperación del gobierno municipal por los liberales leoninos comportó volver al llamado cantón de Arucas que tanta fama le diera dentro de sus correligionarios, en cierta medida trasladaba a los suyos tanta tranquilidad y rutina política que Arucas dejaba de ocupar espacios en periódicos y órganos de difusión de los partidos, más aún cuando éstos concentraban sus réplicas y contra réplicas políticas en el ámbito insular, siempre enfrentados liberales leoninos contra conservadores y viceversa.

Todo este nuevo escenario de alejamiento mediático, tampoco terminaba de agradar a aquellos cuyos nombres fueron conocidos más allá del territorio municipal. Se habían habituado a que de ellos se hablara, para bien o para mal, era el culto a la persona favorecido por los políticos locales, así decidieron olvidarse de las primeras necesidades de una gran vecindario para rescatar sus hábitos de aparente esplendor, presumiendo y alardeando de cara a la galería, era una vuelta a los tiempos de pocos años atrás en que se ganó el título de "ciudad", y como tal quisieron comportarse.

El 20 de marzo organizaron una gran fiesta a la que invitaron a sus amigos voceros del Diario de Las Palmas: «Ayer se verificó la gira con que el Ayuntamiento de esta ciudad obsequió á los marinos de la escuadrilla española. La excursión se hizo á la ciudad de Arúcas. Antes de llegar á la población una comisión, presidida por el Alcalde, recibió á los excursionistas. La entrada en la ciudad fué un acto que causó el mayor entusiasmo. Un público inmenso invadía todas las calles vitoreando á los marinos; miles de cohetes voladores fueron lanzados al aire, las casas lucían colgaduras, y muchas señoras y Señoritas, en balcones y ventanas, arrojaban serpentinas á los carruages donde iban los marinos, comisión del Ayuntamiento de Las Palmas y demás personas invitadas á la gira.

Al penetrar en la plaza de San Juan invadida de gente, la banda municipal dejó oír los acordes de una marcha, y la ovación á los marinos se repitió con mayor intensidad. En el edificio Ayuntamiento de Arucas se les sirvió á todos un expléndido refresco, distintas clases de licores y champagne. Después de visitar la fábrica azucarera de San Pedro se sirvió en el Casino de Arúcas el lunch que allí les tenía preparado el Ayuntamiento de Las Palmas.

Al partir, casi toda la población de Arúcas acompañó á los marinos hasta fuera de la ciudad entre vivas y aclamaciones que sin cejar se repetían. Los marinos mostrábanse complacidos de aquellas demostraciones de cariño de la ciudad de Arúcas, y del Ayuntamiento de Las Palmas, que con su invitación, les había
proporcionado tantas satisfacciones».

En esa época era alcalde de Las Palmas el conservador Juan Verdugo Pestana, quien curiosamente había sido en 1893 el líder del partido Asociación Patriótica y uno de los firmantes del folleto difundido en Madrid en el que «pedían una sola provincia, pero con capitalidad en Las Palmas», contrario a Fernando León y Castillo y correligionario de Ambrosio Hurtado Mendoza, quien había defendido a la Comisión Provincial en el famoso pleito de competencias interpuesto por Pedro Marichal Álvarez, pero su presencia era inevitable y en alguna ocasión compartieron ideologías.

Paralelamente siguieron organizándose las veladas musicales en el Colegio de San José reuniendo a la alta clase social de Arucas, a la que concurrían la gran mayoría de los grandes contribuyentes que componían el censo electoral para las municipales.

Azucarera de San Pedro (Fedac)
Dos meses después, en mayo, se organizó otro acto festivo al que invitaron a sus amigos voceros de su órgano de difusión para que la noticia tuviera trascendencia insular: «La ciudad de Arucas ha hecho un entusiasta recibimiento al batallón de reserva de Guia que en la tarde del 15 del actual llegó á la citada localidad.

El pueblo fraternizó con los soldados, colmándoles de obsequios, y el Ayuntamiento obsequió también á aquellos y á los jefes, con la solicitud y cariño que tanto caracteriza á los aruquenses. Los edificios lucieron colgaduras; la música dejaba oir patrióticos acordes y el público aclamaba a la noble España, al Ejército y a su Marina. Así cumplen los pueblos que tienen noción de sus deberes».

Los presupuestos municipales siempre tenían partidas para lunch y otros regalos a los muchos visitantes, aunque casco y barrios seguían teniendo muchas carencias.

Desde que en enero de este año los Estados Unidos enviaron a La Habana el acorazado Maine, bajo la excusa de garantizar los intereses de los norteamericanos residentes en Cuba, y que en febrero voló por los aires, las maniobras intimidatorias contra el gobierno español fue provocando una escalada bélica, ya totalmente desencadenada en el mes de junio. Esta guerra hispano-cubano-norteamericana motivó la movilización de las reservas de milicias en la isla, albergándose en Arucas cinco compañías «mandadas por un comandante, dos capitanes y ocho tenientes peninsulares», quedándose en las escuelas públicas y en el salón del azúcar de la fábrica de San Pedro, habilitado para este fin.
En julio, otros dos meses después, tuvo el ayuntamiento otra iniciativa, la primera organizada en la isla que llamaron "Suscripción de Caridad" que semanalmente sería remitida a los periódicos para su difusión, aunque esta idea iba a costar algunas pesetas a los concejales: «PRODUCTO de la suscripción pública abierta en la ciudad de Arúcas para socorrer á las familias de los reservistas pobres de la misma población que han sido movilizados por orden de la autoridad militar», cuestación que sería abierta por los miembros del ayuntamiento y seguida por la alta clase social aruquense como señal de "grandeza", aunque muchos pobres siempre los hubo en Arucas sin movilizaciones de sus mantenedores para las guerras de África y Cuba.
Los restos del Maine
Se difundía la primera cuestación con los siguientes nombres y las pesetas aportadas: «Pedro Marichal y Álvarez 100, Pantaleón Quevedo Ferrera 100, Demetrio Granado Marrero 20, Manuel del Toro González 20, Antonio Guerra Navarro 20, Francisco Cárdenes Herrera 30, Juan Francisco González 20, Antonio de Armas Ramos  25, Enrique de la Peña  25, Fermín Castellano Ramos 20, Luís García Guerra 20, Carlos Medina Batista 10, Miguel Grau Bassas 250, ...».

El último, boticario de profesión, completó su donativo cuando además «entregó 10 bonos con cargo á la farmacia de su propiedad para la provisión gratuita de medicamentos á igual número de familias de los reservistas pobres que adolezcan de cualquier enfermedad aguda durante todo el tiempo que dure la movilización». Las relaciones de la cuestación estuvieron saliendo durante meses en los periódicos convirtiéndose en espejo donde quedaban reflejadas "las almas más caritativas".

En el mes de agosto el ayuntamiento anuncia ir más allá de los pocos faroles y difunde que está estudiando la electrificación del casco de Arucas: «Asi que se instale el alumbrado eléctrico en esta ciudad el Ayuntamiento de Arúcas hará un contrato con la compañía eléctrica para instalar en dicha población el expresado alumbrado, dándole la energía eléctrica desde Las Palmas», idea como todas poco maduradas pues se conocía el elevado coste del tendido eléctrico desde la fábrica de la luz hasta Arucas, además de la complejidad que comportaban los postes al borde de la polvorienta carretera. Pero lo importante era dar la noticia.

Cuando en el mes de septiembre hay un principio de acuerdo para dar fin a la guerra, ratificado por los acuerdos de París de 10 de diciembre de 1898, los reservistas que estaban concentrados en Arucas volvieron a sus casas. Por dichos acuerdos se concertó la independencia de Cuba, España cede Filipinas, Puerto Rico y Guam a Estados Unidos y vende por 25 millones de pesetas a Alemania sus otras posesiones en Oceanía (Islas Marianas, Carolinas y Palaos), al no poderlas defender por la destrucción de la flota.

Los conflictos bélicos en Cuba produjeron auténtico pavor en la población de las islas, por los obligados reclutamientos que aquí se hacían, con muchos canarios que recurrieron a esconderse o cambiar de lugar de residencia para no ser localizados y declarados prófugos.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario