sábado, 11 de abril de 2015

1885 Un párroco del pueblo y la revolución industrial de la azucarera

La rápida salida de Teótimo Darias Padilla después del estallido del cartucho de dinamita, produjo un importante cambio al frente de la parroquia, después de las malas historias vividas, cuando  el 6 de Febrero fue nombrado párroco Manuel Morales Caballero quien procedía de Tetir, hombre de los que se dice "paciente en su apostolado", quien teniendo noticias de los mal vistos protagonismos de sus precursores, con astucia se trajo a los más afamados predicadores a las fiestas, aunque el mismo se distinguió por platicar desde el púlpito hasta tres veces al día, pero centrando su discurso en enseñar la doctrina cristiana, el comportamiento social y humano de los parroquianos, olvidándose deliberadamente de tomar parte en la política local, predicando con su ejemplo personal.

Con el paso del tiempo logró cierta pacificación en las relaciones de la parroquia con los difíciles políticos locales, quienes personificaban entre ellos las mismas batallitas que se daban a nivel insular y estatal por el control del poder. Esta forma de ser y actuar del párroco fue rápidamente percibida por los vecinos, más aún cuando inició una actuación importante y decisiva para la renovación de la imaginería, del propio edificio de la parroquia y de la casa parroquial, sumando en esas voluntades el multitudinario esfuerzo vecinal que se vería además recompensado por el apoyo económico de aquellos que disponían de buena voluntad y economía particular. Quizás el atributo más valorado del párroco Manuel Morales Caballero era su compromiso con la población empobrecida.
Conduciendo caña de azúcar (Fedac)
En el mes marzo llegaba la máquina de la Fábrica Azucarera de Nª Sra. del Rosario de los hermanos Suárez Guerra, que de forma inmediata se realizaron las pruebas y empezó a funcionar en el mes de mayo. Completaban así su proyecto después de apartarse del proyecto de azucarera compartida con Alfonso Gourié Álvarez-Conde con el que no podía competir por su tamaño e industrialización.

Azucarera Nª Sra. del Rosario (cit. Sánchez Rodríguez)

El equipo productivo de la Azucarera de San Pedro desde el primer momento estaba bastante industrializado en todas sus fases. En la molienda para la extracción de los jugos contaba con un conductor de caña con máquina de 6 caballos, un trapiche de 3 cilindros con acumulador y máquina de 30 caballos, y un molino de repaso.

Para los filtrados y prensados, en su fase de filtración separaba el bagazo del guarapo, para aprovechar el primero como combustible, utilizando filtros y plato de hierro. En la depuración del guarapo y reposo, utilizaba 3 defecadores o calderas de cobres de 3.500 litros de “espectación”. Después en el prensado y filtrado disponía de 2 montajugos, 4 filtros/prensas y depósitos de reposo. Por último en la 2ª filtración, disponía de igual manera de montajugos, filtros sacos y máquina auxiliar de 15 caballos.
Detalle Azucarera de San Pedro (Fedac)

En el proceso de elaboración de azúcar para la obtención de Azúcar de 1ª, disponía de aspiración al tacho, cocimiento del azúcar en los depósitos de fundición, reposo y mezcla del azúcar y de la miel, una máquina auxiliar de 15 caballos para la turbinación, con 4 turbinas, separando el azúcar de la miel. Para el Azúcar de 2ª disponía la aspiración de la miel al tacho, nuevo cocimiento y nueva separación del azúcar de la miel. El jugo resultante una vez finalizada la extracción del azúcar era la melaza.

Para la producción de aguardiente se hacía por el cocimiento de la melaza con agua, fermentación y destilación en un alambique para 9.000 litros de jugo fermentado en un día.

Disponía además de otras instalaciones como 3 calderas multitubulares (300 tubos) de vapor, 2 depósitos de hierro  y un estanque. Toda una industria a gran escala, con un maestro azucarero Honorato Pau Sánchez, natural de Coruña.

Habiendo fallecido Alfonso XII de tuberculosis el 25 de noviembre de 1885, cuando tenía 27 años de edad, conocidas con la demora de aquellos tiempos las noticias en la villa, el cura párroco siguiendo instrucciones del Obispo  organizó unas pompas fúnebres invitando a toda la corporación municipal, acto que se celebraría en el mes de enero del siguiente año.


Si bien el reinado de Alfonso XII permitió que la institución monárquica ganara prestigio popular por su propia juventud y personalidad, el poder ejecutivo y legislativo padecía los vértigos de los personalismos políticos de conservadores y liberales. Práxedes Mateo Sagasta que había fundado el Partido Liberal Fusionista gobernó hasta el 13 de octubre de 1883, sustituyéndolo José de Posada Herrera de su misma formación, quien había participado en la redacción de las Constituciones de 1869 y 1876, quien dimitió al año siguiente por las presiones de los seguidores de Sagasta. El rey encargó formar gobierno al liberal-conservador Antonio Cánovas del Castillo, que disolvió las Cortes convocando elecciones en abril de 1884, cuyo resultado de 318 diputados a favor de su formación fue considerado un auténtico "pucherazo" por falsificaciones en el censo, interventores y  presidencias de mesas que dieron la falsificación de los resultados.

Aunque resistió a las denuncias por el "pucherazo", la mortal tuberculosis del rey le obligó al "Pacto del Pardo", dando de nuevo el poder al Partido Liberal y encargándose de nuevo la presidencia del gobierno a Sagasta, lo que sería el primer gobierno de la viuda Regente María Cristina de Habsburgo-Lorena, segunda esposa de Alfonso XII (1879) tras la muerte de María de las Mercedes de Orleans, y madre de Alfonso XIII  nacido tras la muerte del rey en 1886. Sagasta convocó elecciones para abril de 1886, con iguales fraudes que dieron por ganadores a los liberales con 278 escaños.

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