martes, 31 de marzo de 2015

1874 La desaparición de 33.246,36 reales en el ayuntamiento

El 2 de enero según se abre la sesión de las Cortes, Nicolás Salmerón, presidente del Congreso, interviene para manifestar que ha retirado su apoyo al Presidente de la República Emilio Castelar Ripoll por su claro alejamiento de los principios democráticos que inspira la República, interviniendo a continuación el presidente para hacer un alegato de que todavía había posibilidades para la República si se dejaba a un lado la demagogia. El debate se alargó hasta la noche en que ya se había planteado votar una cuestión de confianza. Mientras en la calle, el ambiente era de expectación; el Capitán General de Madrid Manuel Pavía ya tenía sus tropas acuarteladas y prestas a salir si Castelar perdía la votación; al otro lado, batallones de voluntarios de la República dispuestos a defenderla si ganaba Castelar.

Se inicia la votación de la cuestión de confianza, con un ajustado resultado de 100 votos a favor y 120 en contra, que determina la dimisión de Emilio Castelar. Mientras los partidos ganadores negocian el candidato que presentarán, nuestro paisano diputado asociado al Partido Constitucional Fernando León y Castillo, según se cuenta a través de Víctor Balaguer, hizo llegar el resultado de la votación al General Manuel Pavía.

Sobre las siete de la mañana del 3 de enero de 1874, Pavía ya había desplazado las tropas al Congreso que realizaba la votación para elegir a Eduardo Palanca Asensi, mientras la Guardia Civil que protegía el edificio se había puesto a las órdenes del general. Este comunicó al presidente del Congreso, Nicolás Salmerón, su orden de disolución de las Cortes y el abandono del hemiciclo por todos los diputados; así fue el golpe de Estado que daba por terminada la República Federal e instaura la República Unitaria, ofreciendo Pavía la presidencia a Emilio Castelar quien la rechaza por considerarla ilegal; ante tal negativa, se la ofrece al general Serrano, líder del Partido Constitucional (conservador) regresado de su exilio en Francia, lo que supone el desplazamiento de los "republicanos" y “federalistas” de los órganos de poder.

Después, el agotamiento político impedía acabar con la Tercera Guerra Carlista, la Guerra de los Diez Años en Cuba y las revoluciones "cantonales"; todo ello motivaría el 29 de diciembre de 1874 el pronunciamiento del general Arsenio Martínez-Campos que dará comienzo a la Restauración borbónica en España, cuando se manifiesta  a favor de la restauración de la monarquía en la persona de Alfonso de Borbón, hijo de Isabel II, que reinaría bajo el nombre de Alfonso XII. El 31 de diciembre se formó el llamado Ministerio-Regencia presidido por Antonio Cánovas del Castillo. Se iniciaba en 1874 la Restauración borbónica, en la figura de Alfonso XII, y empezaba a dibujarse con cierta estabilidad institucional, favoreciendo un modelo liberal del Estado, que aventuraban movimientos sociales y políticos, y sobre todo, la revolución industrial.


Es este tiempo de la I República, las noticias que se tienen del ayuntamiento de la Villa de Arucas son escasas e imaginamos que son un fiel reflejo de lo que pasaba a nivel del Estado. Debió seguir como alcalde Pedro Castellano Ponce que desde febrero de 1873, coincidente con la proclamación de la República Democrática Federal, en determinados momento "se dio de baja como alcalde", y en otros momentos, comparecía de nuevo como alcalde, sin que aparentemente ningún Teniente Alcalde asumiera su sustitución en su ausencia deliberada de las sesiones plenarias, probablemente eludiendo así responsabilidades. El alcalde navegaba en este tiempo con todas las banderas políticas a su alcance, en función de los ecos que llegaban de la metrópolis.

Tras el nombramiento de Rafael Bethencourt como Gobernador Civil interino, el 23 de enero este comunica la disolución de la Diputación Provincial y resuelve constituirla interinamente por José de Armas Jiménez, Gaspar J. Fernández, Luis María del Corral, Miguel  Castañeda y Pablo Dorta Abad. Igualmente se nombra Subgobernador del distrito de Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura a Antonio del Castillo Olivares.

Inmediatamente son cesados en cascada la mayoría de los ayuntamientos de las islas «También han sido destituidos los Ayuntamientos de Arúcas y San Lorenzo. Se piensa destituir el de Guía con este motivo se está amalgamando otro». La nueva corporación nombrada para Arucas estaba presidida por Antonio González González, político bastante pragmático de la Cruz de Pineda que en distintas ocasiones había sido concejal y como teniente alcalde acompañó el mandato de Bruno Gonzáles Castellano de alcalde.

Lo más importante en ese tiempo es la desaparición de los dineros disponibles que debía tener el ayuntamiento, dado que cuando en enero de 1874 es alcalde Antonio González González firmó recibir del anterior mandatario 270 pesetas. El concejal Manuel del Toro Sánchez expuso en una sesión posterior que el ayuntamiento había recibido del Pagador General del Estado para la fachada del cementerio la cantidad de 34.326,36 reales (8.581,59 pesetas), siendo el faltante de 33.246,36 reales (8.311,59 pesetas). Preguntado el anterior alcalde Pedro Castellano Ponce manifestó que la liquidación la practicó su sucesor en el cargo, remitiendo por tanto a un desconocido teniente alcalde que nunca ejerció.

La nueva corporación municipal dio cuenta al Gobernador Civil y nombró una comisión de investigación formada por los concejales Pantaleón Díaz Suárez, Francisco Pérez Marrero y Manuel González Martín. Aunque se redactó un informe que es enviado al Gobernador, quien al siguiente año se interesa por conocer si ha sido repuesta la cantidad a las arcas municipales, que es respondido por la corporación municipal que está siendo investigado. Como la parroquia venía reclamando al ayuntamiento que la indemnización del cementerio le correspondía, pudiera ser que algún "alma caritativa" le entregara el importe con el pensamiento que ello mejoraría el estado de salud del párroco con perlesía cerebral.

Nos induce este pensamiento, porque a pesar de tanto desgobierno, difícil es que alguien se lo llevara a su bolsillo, y la ocasión es la apropiada para un "mal entendido", más aún cuando con la corporación siguiente para supervisar las obras de la nueva fachada del cementerio, ya de propiedad municipal, nombra una comisión formada por el párroco accidental Pedro Regalado Hernández Armas y el concejal Bruno González Castellano, obras que serán financiadas con otros recursos municipales. Los cinco sepulcros construidos en el interior, adosadas al edificio de la fachada del cementerio fueron solicitadas por los vecinos interesados al párroco y autorizada su venta por el ayuntamiento. Los interesados entendemos que eran miembros de la corporación: Bruno González Castellano, Francisca Martín de Marichal (mujer de Pedro Marichal Álvarez), Luis Ponce Ponce, Manuel Guerra Rodríguez y Manuel González González. Este año concluirán también las obras del matadero, carnicería y despacho de carne de El Cerrillo.

En septiembre el alcalde, ante la insostenible situación del ayuntamiento, toma la decisión de convocar un concurso público para cubrir la vacante del secretario «dotada con el haber anual de 2 000 pesetas». Era urgente cubrir dicha plaza para intentar poner orden en el desastre que había dejado su predecesor Pedro Castellano Ponce, sin olvidar las cuentas municipales que no había por donde cogerlas.

El expediente de las cuentas de Arucas fue tratado por la Comisión Provincial en septiembre, adoptando el acuerdo de «Examinado asimismo el –expediente- del municipio de Arúcas, correspondiente al mismo año, remitir al señor Gobernador de la provincia la copia de dicho documento á fin de que si lo juzga procedente, que la Junta municipal vuelva sobre su acuerdo como contrario á la legislación vigente».

En esas fechas, con el pensamiento de sustituir el cultivo de la cochinilla por el tabaco, tiene lugar la constitución de la Sociedad "El Porvenir Agrícola de las Islas Canarias" «que significó un hito importante en la lucha de los sectores más dinámicos de la oligarquía por abrir mercados al nuevo cultivo» y en la que encontramos como uno de los principales promotores a Alfonso Gourié Álvarez–Conde.

Las noticias de la evolución de la cochinilla era mala, y se resentían también económicamente otros ilustres protagonistas de la política local, como Juan Ponce Marrero y su hijo Rafael Ponce Armas, que tenían atrasos en los pagos de los remates que habían realizado de los bienes subastados en el barranco de la Virgen. En noviembre de 1873 Rafael Ponce Armas ya había presentado en la Audiencia un expediente de suspensión de pagos, convocando el magistrado una junta general de acreedores para tratar sobre la quita y espera que éste proponía.

Atrás había quedado la carta magna, en una marcada línea del "progresismo" como Constitución para un Estado democrático y federal que descansaría en la exigida participación del pueblo, cuestión que trasladó esperanzas y nuevos horizontes que acabaron con el golpe de estado de Pavía.

En este raro y contagioso ambiente político, la nueva corporación bajo el mandato del alcalde Antonio González González, que por exigencia sanitaria ya había iniciado el proyecto de la construcción de la nueva fachada retranqueada del cementerio por la alineación de la carretera del Norte, toma la decisión política y urbanística más importante y futurista del siglo XIX: proceder a la construcción del nuevo edificio de Casas Consistoriales y de la Plaza del Mercado para los que ya se tenía autorización, obras que iban a comportar el desplazamiento del centro urbano de la villa. Le tocaría resolver el difícil tema del expediente del Pósito de La Panera, mediante su incorporación como bienes propios del municipio.

Sorprende la voluntad y capacidad para resolver un difícil expediente administrativo, cuando coincide en el tiempo con un año en que la administración periférica en las islas es tan compleja  como la del Estado. Su situación fue cambiante y presumimos que de total parálisis administrativa por los nombramientos y ceses sucesivos que acontecieron.

Cuando se votó la cuestión de confianza de Emilio Castelar, en la larga jornada de las Cortes del 2 y 3 de enero, la posición de los diputados de las islas fue contrapuesta.

«… los diputados canarios se enfrentaron: Benítez de Lugo, Marqués de la Florida -que había votado la República al término del reinado de Don Amadeo- atacó a Castelar, mientras que León y Castillo, monárquico alfonsino, defiende a don Emilio y combate a Salmerón».

Fernando León y Castillo fue nombrado Subsecretario del Ministerio de Ultramar en el Gabinete de Francisco Serrano Domínguez, constituido en enero, y este a su vez logró el nombramiento de Subgobernador de Canaria en favor de su primo Antonio del Castillo-Olivares, como ya se ha dicho, y de Alcalde de Las Palmas a Felipe Massieu Falcón, miembro destacado de su partido. Pero el primero, era “unionista” y no era bien acogido en Tenerife, donde residía su superior el Gobernador Civil Mateo Gamundi, nombrado el 21 de febrero en sustitución del interino Rafael Bethencourt, quien había sustituido a Pedro Mariano Ramírez nombrado en 1872. Debemos tener en cuenta además que Fernando León y Castillo fue uno de los firmantes del compromiso divisionario de la provincia  ante Nicolás Estévanez en 1873, como diputado que era por Guía, de donde sus supuestos socios ideológicos de Tenerife se sentían demasiado incómodos con sus manejos y recomendados que pudieran tener la doble intención de alcanzar un mayor grado de autonomía dentro de la provincia única.

La persecución a los “republicanos” se agudiza y tiene su mayor exponente cuando el Obispo José María de Urquinaona y Bidot condena la obra  "Biografías de Canarios Célebres" de Agustín Millares Torres, por ser ofensiva contra determinados prelados de la iglesia y «mandamos que todos los que conserven ejemplares de ella los remitan a Nos con sobre cerrado y lacrado, bien sea directamente, ya por medio de sus respectivos párrocos». Pasaban los meses y los contrapesos de poder entre Tenerife y Gran Canaria paralizaban o demoraban cualquier decisión administrativa.

A punto de acabar el año, acontecerá el pronunciamiento del General Martínez Campos, hecho que traerá a Alfonso XII y un nuevo Presidente del Gobierno en la persona de Práxedes Mateo-Sagasta, al que estará muy próximo Fernando León y Castillo.


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