lunes, 23 de marzo de 2015

1866 El préstamo al contratista de la carretera cuando la cochinilla mitiga la mendicidad

No importó que la Iglesia hubiera tomado la decisión de excomulgar tanto a los expropiadores como a los compradores de sus tierras y aguas. Algunos para salvar su alma utilizaron un intermediario y esperaron unos años para ponerlas a su nombre. Lo importante era acceder a la apetecida propiedad de tierras y aguas, que además se pagaban durante 19 años.

Desde el inicio del año prosperaba la invitación del alcalde Bruno González Castellano y algunos vecinos se sumaban donando farolas de belmontina para el alumbrado público de la villa, en los lugares de mayor tránsito de personas en las horas nocturnas. «La villa de Arucas quo hace ya tiempo tiene iniciado el proyecto de alumbrado público, y algunas cantidades depositadas con el mismo objeto, sin ver nunca un resultado en armonía con sus deseos; ha tenido la satisfacción de ver realizado en la noche del 18 de enero último el principio de tan anhelada mejora, D. Sebastián Pérez Rios, lleno de generosidad y patriotismo, ha regalado 0un hermoso farol á la referida villa; y si todos los que se hallan en circunstancias análogas á las del Sr. Pérez, imitaran su desinteresada conducta, y la autoridad municipal activara el proyecto, estimulando al mismo tiempo las buenas disposiciones de aquellos vecinos, creemos que muy pronto disfrutaría la villa de Arúcas del beneficio del alumbrado».

Este año se hace necesario un nuevo consenso de los políticos locales, cuando el contratista de la obra de la carretera Antonio Matos Moreno había apurado la ejecución de los trabajos del Tercer Trozo, pero el Cuarto Trozo que arrancaba en el puente de Tenoya no se había iniciado porque se le habían agotado sus recursos al contratista, y el Tesoro Público que además de vivir una enorme quiebra financiera, demoraba los pagos librando por obra ejecutada.

Esta situación del contratista, así como su privilegiada posición familiar y política era conocida por los políticos locales con mucho interés en la terminación de la carretera, trasladaba cierta solvencia a la prefinanciación de la obra, al estar aprobada por el Estado. Antonio Matos Moreno no es un contratista cualquiera, era un seguro candidato a Diputado a Cortes en las próximas elecciones, hijo de Pedro Matos Matos y de Mª Carmen Moreno Benítez de Lugo, su padre poseedor y heredero del Mayorazgo del Capitán Juan M. Matos Rodríguez Castrillo, el segundo mayor de la isla por el volumen patrimonial, cuyo hermano Domingo Matos Rodríguez Castrillo se estableció en Arucas a principios del siglo XVIII al casarse con Ana Ortega Talavera, hija del capitán y alcalde de Arucas Blas Ortega Ortiz (1700). Domingo y Ana son por tanto abuelos del capitán y alcalde Ignacio Matos Ponce (1770), padre de los alcaldes Mateo e Ignacio Matos Quintana (1800 y 1808).
  
Sin presuponer en esas fechas de su prometedor futuro pues se casará con Dolores Massieu Falcón, matrimonio del que nacerá en 1878 el ministro Leopoldo Matos Massieu, ni tampoco con los bienes del Mayorazgo que se dividirá en 1879, aunque la mitad corresponda a su hermano José Matos Moreno, la otra gran mitad es de su padre el Comandante General Pedro Matos, quien puede avalar la operación. Con estas grandes referencias, nadie se puede negar.
El puente de Tenoya, una de las causas de la ruina del contratista
(lospasosquedejamosatrás.blogspot-com)
Por la vital importancia de la carretera para la Villa, el contratista solicitó un préstamo de 12.000 pesos con interés a la Heredad de Aguas para poder continuar las obras. La junta de la misma en su sesión de 6 de mayo determinó que La Heredad no podía financiar a terceros, y a título particular asumieron la responsabilidad un nutrido grupo de herederos integrado por Luis Ponce Ponce, Francisco González Rodríguez, Alfonso Gourié Álvarez, el Conde de la Vega Grande, Rafael Ponce Armas, Manuel Sánchez, Juan Ponce Marrero, Rafael Massieu, Domingo Barbosa Pérez, Juan de Dios Martín, Juan Bautista Castellano, José Andrés Castellano, Juan Esteban García, Antonio González González, Manuel del Toro Sánchez, Justo Hernández, Manuel Rodríguez, Rafael Suárez González y Manuel Pérez Hernández, quienes en su condición de herederos sí gestionaron para sí el préstamo de la Heredad. Se comprometieron además a que los intereses del préstamo serían destinados a una obra pública en Arucas. Aquí se tuvieron que mojar todos, los del Partido Viejo y los del Partido Nuevo.

Así es como, «Para suplir esta falta momentánea de capital, don Luis Ponce Ponce, vecino de Arucas, le presta unos 180,000 r.v. (18.000 escudos) para acelerar los trabajos y permitir la llegada a Arucas de toda clase de carruajes. El préstamo se formaliza el 5 de enero de 1867 bajo las condiciones siguientes:
1.  La explanación se haría hasta el puente que está a la entrada de Arucas para que puedan llegar los carruajes sin peligro.
2.  Los trabajos finalizarían en el plazo de 2 años y, en caso contrario, devolvería el dinero.
3.  Don Antonio Matos podía tomar el dinero cuando quisiera pagando por él un interés anual del 6%. La amortización se haría a los 6 años salvo si no se cumplía la condición».
Tiempo después, el aval del padre Pedro Matos Matos permitirá que los que prestaron al contratista Antonio Matos Moreno dado que incumplió los plazos al demorarse mucho más los pagos del Tesoro Público.


El 16 de agosto de 1866 en  la ciudad belga de Ostende se firmó un pacto  entre los Demócratas de  Francisco Pi y Margall y Emilio Castelar y Ripoll, y, los Progresistas del General Juan Prim y Prats, con el planteamiento de "destruir todo lo existente en las altas esferas del Poder" en España, nombrándose  un Gobierno provisional para elegir mediante sufragio universal directo y masculino una Asamblea constituyente, la cual decidiría la suerte del país y la forma de su Gobierno.  El llamado Pacto de Ostende dejó evidencias de las profundas diferencias ideológicas y de definición del estado entre Demócratas y Progresistas, sólo superadas cuando el 30 de junio del año 1867 se suscribió el Pacto de Bruselas al sumarse la Unión Liberal de Francisco Serrano y Domínguez, cuando se vuelve anti-isabelina.

Los objetivos fundamentales del pacto son la caída de los Borbones y destitución de la Reina Isabel II, plebiscito por unas Cortes Constituyentes por sufragio universal, libertad de imprentas, derecho de reunión, y reconocimiento del General Prim como jefe y director militar del movimiento.

Esta fiesta que algunos celebraban en Arucas, así como las muchas adjudicaciones que de bienes desamortizados en toda España, no aportaron capital suficiente al Estado, quizás por el imprevisto de la Guerra de África, que se agudizó la crisis financiera y quiebra del Estado, que unida a las malas cosechas de esos años, motivaron el total desabastecimiento de granos y alimentos, generando una enorme crisis de subsistencia en los años 1867 y 1868, de la que salvaron los hombres de negocios y los políticos, padeciendo sus graves consecuencias las clases populares, sin olvidar la muerte de O ́Donnell el 4 de noviembre de 1867 y la muerte de Narváez el 23 de abril de 1868.

No se hizo esperar un nuevo pronunciamiento militar y en la segunda quincena de septiembre de 1868 se inició en Cádiz con la sublevación de la flota que mandaba almirante "unionista" Juan Bautista Topete, al que se unió el general Prim, quien venía de su exilio en Londres, y los progresistas Práxedes Mateo Sagasta y Manuel Ruiz Zorrilla. Después se le unirían los generales "unionistas" desterrados en Canarias encabezados por el general Francisco Serrano. Hicieron famoso un ambiguo manifiesto político con el lema ¡Viva España con honra!. Este pronunciamiento pasó a la historia como la Revolución de 1868  que fue llamada La Gloriosa, que destronó a la reina Isabel II para comenzar el Sexenio Democrático, en un intento de establecer un régimen político democrático.

El nuevo gobierno saldría del acuerdo del Partido Progresista liderado por el general Prim y la Unión Liberal del también general Serrano que presidiría el Gobierno Provisional, no incorporándose el Partido Demócrata, nacido a partir de los más izquierdistas del Partido Progresista, y que más tarde daría lugar al Partido Republicano Federal. Los tres partidos en el exilio (demócratas, demócratas-republicanos y progresistas) suscribieron el Pacto de Bruselas el 30 de junio de 1867, al que más tarde se unieron algunos unionistas defenestrados por Narváez, pero la permanente y mayor diferencia estaba en el modelo de estado: monarquía o república. Se comprometieron a redactar una nueva constitución y a convocar nuevas elecciones municipales.

La decisión más inmediata del nuevo Gobierno Provisional fue la disolución de las Juntas Provinciales, si bien continuaron de forma clandestina y muchos de sus miembros se integraron en los nuevos ayuntamientos y diputaciones, nombrados por ellas y revalidados por un decreto del gobierno, si bien se mantenía el compromiso de celebrar elecciones municipales inmediatamente. 

Gobierno Provisional de "La Gloriosa"
Pero ese mes de septiembre terminó muy frío cuando el día 28 cayó una granizada que mató la tercera parte de la cosecha de cochinilla, además de la desgracia que sus pérdidas comportaban para los cosecheros aruquenses.

El periódico El Ómnibus del 17 de octubre publica un extenso artículo dedicado a describir las acciones para la erradicación de la miseria de los pueblos, centrando gran parte de su comentario en la villa de Arucas, del que extraemos diferentes párrafos que nos dibujan la realidad de la villa en aquellos tiempos de máxima ocupación de mano de obra en la recolección de la cochinilla, con una fuerte oferta de labores bajo la condición de colonos, con lo que comportaba de precariedad y esfuerzo, la crudeza de la implicación de los hijos menores en las tareas y las limitaciones en cuanto a la libre disposición de los terrenos por las fórmulas de reparto de las cosechas a la parte, que el autor del artículo parece desconocer.

«Penetrados nosotros de la importancia de la solución del problema sobre la mitigación de los males de la miseria, aun cuando no sea su completa estirpacion, nos complacemos al ver que en uno de los pueblos de esta isla ha desaparecido completamente la mendicidad, por efecto de la continua ocupación y constante trabajo de sus habitantes. Hace algún tiempo que se nos había hablado de la prosperidad naciente de la Villa de Arúcas, debida á las grandes dimensiones que iba tomando el cultivo de la cochinilla, y, en efecto, enajenados los fértiles terrenos del mayorazgo que poseyera la casa de Benasusa, fueron desde luego divididos, pasando varios trazos al dominio particular de algunos vecinos de aquella Villa. Este hecho debió haber sido fecundo en felices resultados; pues pasando los simples colonos á la clase de propietarios, pudieron, con la seguridad que presta el dominio, variar el cultivo, adoptando otro de mucho mayor lucro; pero para el cual se necesitaba hacer grandes gastos.

No es esto decir, que la condición de los arrendatarios de los terrenos del mayorazgo de Arúcas fuera la semejante a la de los infelices cultivadores de las tierras de Irlanda. Nó; en Arúcas no había esos subarriendos, debidos á la vil especulación de los grandes arrendatarios. Allí los terrenos no eran tomados de manos intermediarias, que exigieran un lucro al hacer el traspaso del derecho concedido por los propietarios; por fortuna en estas islas han sido pocos los casos de especulación tan denigrante como contraria á los intereses de la Agricultura y causativa de la miseria, de esa infelicidad, de ese malestar, que, con tan vivos colores, nos ha pintado la elocuencia de O'Connell,
 
(Fedac)
Empero, por cómodos y lucrativos que fueran esos arrendamientos de los cercados del mayorazgo de Arúcas, siempre deberá considerarse como un progreso, según loa principios de la Economía social, la convercion de los meros colonos en propietarios y verdaderos dueños de las fincas.

Y sin embargo de lo que se nos decía sobre la progresiva marcha de la Villa de Arúcas en intereses materiales, nunca pudimos comprender el grande incremento que tomará su riqueza, sino después de haber visto la dilatada extensión del cultivo de nopales. Allí hay verdaderamente una vida activa, un trabajo continuo: el anciano, el joven y también el niño tienen señaladas sus tareas. Al ver á los pequeños ocupados en la recolección de la cochinilla, recordamos lo que tantas veces hemos leído sobre la triste condición de muchos niños que, apenas tocando á los primeros años do la juventud, se hallan dedicados á fuertes trabajos, muy impropios de su edad en varias ciudades de Francia é Inglaterra. Unos y otros son jornaleros; y sin embargo ¡cuan diferente es la condición de los niños dedicados á la recolección de cochinilla en la Villa de Arúcas, y la de los infelices jóvenes de ambos sexos que trabajan en los grandes establecimientos fabriles de Manchester, Liverpool, Edimburgo, Ruan, etc.

Si aun se quiere una prueba más del floreciente estado en que se encuentra la Villa de Arúcas, facilmente la encontramos en la demanda de brazos trabajadores, por no ser bastante la oferta de aquellos habitantes. Las necesidades del cultivo crecen cada día; familias enteras avecindadas en otros pueblos, abandonan sus hogares para establecer nuevo domicilio en la Villa de Arúcas.

La multiplicidad de las construcciones de casas es también una prueba palpitante de la verdad de nuestro aserto no es sólo en el núcleo de la población donde esto se observa; extiéndense las nuevas obras en una gran superficie, desde lo arruado del pueblo hasta la costa del Bañadero. Allí, próximamente á la hacienda de Agumastel, donde en un tiempo, no muy remoto, había únicamente algunas casas y unas cuantas chozas, se vé ahora un ameno pago, con edificios de regular y aun hermoso aspecto.
 
Cochinilla
Todos, todos estos beneficios se deben á las leyes desvinculadoras y al nuevo cultivo establecido en estas islas. Pero como los bienes materiales no se presentan solos, sino que tienen puntos de contacto y traen en pos de sí algunos males; de aquí el que no sea todo felicidad y bienestar en la Villa de Arúcas y en su inmediata campiña, á causa, tal vez, de ese mismo cultivo, que tanto metálico le proporciona. De este mal y de su remedio nos ocuparemos en otro número de este periódico».

Este cierre final a que hace referencia el autor, no es otro que la acumulación de pencas de tuneras en los cauces de los barrancos, y la teoría de que su putrefacción es contaminante para las aguas y el aire, generando focos de infecciosas enfermedades a las personas.

Para acabar el año, el 20 de diciembre se escrituraba el remate de las tierras del Lomo, una fanega que correspondía a la Cofradía del Santísimo de la parroquia, la cual fue adjudicada a Dionisio Henríquez Rodríguez por 128.200 reales de vellón.

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